Le tomó casi dos meses llegar hasta donde ella estaba. Pareja está nuevamente junta y tiene una hija.,Dicen que el verdadero amor no tiene límites y así lo demuestra Martín Péndola y Rocío Estefanía, una pareja de novios en Argentina. Ellos contaron su historia a un diario de su país en el marco de la celebraciones por San Valentín. Ambos se conocieron cuando eran adolescentes en una discoteca ( o como ellos llaman, un boliche) de la localidad bonaerense de San Miguel; él de 17 y ella de 16. Así es que iniciaron una relación por un tiempo de tres años y medio, sin embargo, un problema en su relación hizo que discutieran y terminen el noviazgo. PUEDES VER Anciana recibe 77 años después la última carta de su novio que fue a la II Guerra Mundial Tras esto, la mujer decidió irse a vivir a la provincia sureña de Esquel junto a sus familiares. La despedida que se dio entre lágrimas, fue difícil y parecía ser para siempre. Sin embargo, Martín estaba dispuesto a recuperarla y para ello se planeó recorrer la distancia que los alejaba manejando bicicleta. Seis meses después que ella partió, un 4 de mayo del 2014, él tomó una Mountain Bike modelo Raleigh 4.5 y salió con rumbo a Esquel, para lo cual compró unos mapas que lo ayudarían a no extraviarse. “Yo ya tenía la idea de hacer un viaje largo en bicicleta, eso me ayudó a arrancar”, cuenta Martín a El Clarín. Revela que para llegar le tomó poco más de un mes y medio, pero sobretodo un gran desgaste físico, aunque sabía que la recompensa sería mayor. “Me quería morir apenas llegué al primer camping. A la mañana siguiente tenía las piernas agarrotadas, no podía pedalear, me acalambré y se me ampolló el muslo. Muchas veces pensé en volver”, cuenta. Y es que a pesar que Rocío sabía que él venía a su encuentro, ya que siempre estaban en constante comunicación, sabía que había posibilidades que él se quede a medio camino. “Por suerte insistió. Hoy formamos esta familia hermosa”, dice. PUEDES VER China: La triste historia de la mujer que murió el día de su boda [VIDEO] El día del reencuentro, él la buscó en el colegio donde ella se desempeñaba como profesora. “Ella estaba trabajando en una escuela, como maestra de jardín. Yo llegué con la bici, pregunté por la familia a un camionero y a una mujer le hice identificar el guardapolvo que usaba. Me encontré con su familia y fui a esperarla a la salida. Cuando salió, con los alumnos de paseo, me saludó y me hizo señas de que la esperara”, narra a El Clarín. Una vez en Esquel, la familia de Rocío lo invitó a quedarse en la casa de ellos y en un mes se fueron a vivir por separado. Dos años después abrieron el sueño conjunto que ambos tenían desde hace tiempo, abrir una cervecería. Luego tuvieron a su hija que el próximo mes cumplirá dos años. Aunque su vida la pasan en tranquilidad, ellos no se olvidan del lugar donde se conocieron y nació su amor. “Al menos una vez por año volvemos a San Miguel, donde empezó todo, para que mis viejos y nuestros familiares y amigos disfruten de Emma”, cuenta Martín.