El reconocido educador nacional expresa sus reparos a las tareas escolares que se envían a casa, porque para él no existe nada que lo justifique. Además, no observa alguna reforma en el sector educación. Reconocido educador nacional cuenta con tres maestrías, una de ellas en Educación de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Condecorado con las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta (2001) y asesor del Consejo Nacional de Educación.,León Trahtemberg, considera que la innovación en la educación es de suma importancia para mejorar los actuales modelos y no seguir repitiendo aquellos que vienen del pasado; y exhorta al Ministerio de Educación (Minedu) a alentar para que las instituciones educativas con equipos competentes emprendan ello en aras de tener mejores resultados. PUEDES VER: Minedu niega que Jaime Saavedra vaya a renunciar En entrevista con La República, Trahtemberg también expresa sus reparos a las tareas escolares que se envían a la casa, porque según él no hay nada que lo justifique. Usted es un ferviente creyente de la innovación en la educación, ¿por qué es importante ello en la actual coyuntura? Porque si no hay innovación uno va a repetir todo el tiempo los modelos que vienen del pasado, que corresponden a otras épocas, a otros contextos, a otra realidad política, económica, social, tecnológica, cultural, y repetir lo que funcionaba en otras épocas no garantiza que funcione ahora. ¿Y por qué cree que desde el Minedu no se apuesta por esta propuesta? Creo que hay una dificultad por parte del ministerio de incentivar a la innovación y de generar las normas que hagan que cada vez más instituciones tengan el espacio, la autonomía suficiente para innovar. La innovación es un buen negocio para el Minedu, porque de una u otra manera lo ponen en práctica las instituciones públicas o privadas y los resultados los puede aprovechar el Minedu para sus propias políticas. El rol del ministerio no es ser el promotor de las nuevas fórmulas, su rol es alentar para que las instituciones que tienen los equipos competentes busquen el camino que les permita tener mejores resultados. Entonces hay algunas reticencias desde el Minedu... Lo que pasa es que el Minedu tiene una visión de una uniformidad, de tal manera que las mismas normas, el mismo currículo, las mismas estructuras y estrategias se aplican a todos por igual; pero el principio universal de la innovación es marcar las diferencias. Cada institución tiene que forjar su destino y tiene que tener el espacio para hacerlo. Pero las normas del Minedu generalmente son rígidas, parametradas. A eso voy justamente, las normas del Minedu deberían abrir espacios para la innovación y no repetir de que una misma propuesta es aplicable a todos por igual. Usted tampoco comparte el hecho de dejar tareas a los estudiantes, ¿por qué no se debería seguir con esta forma de trabajo? No hay ninguna razón que la justifique, cuando uno hace algo tiene que preguntarse si tiene sentido o no, y yo me he preguntado muchas veces qué sentido tienen las tareas en inicial y primaria, y si coadyuva esto al aprendizaje de los alumnos y encuentro que no hay ningún beneficio, más allá de cargarle la vida a los niños para que tengan que estar ocupados haciendo algo que en su mayoría es irrelevante. Eso debería hacerse en la clase y no en la casa... Claro, lo que el alumno tiene que aprender acompañado por un profesor o un adulto debería hacerse en la escuela. Lo que se llama tareas en realidad deberían ser oportunidades que el alumno libremente tenga para investigar los temas que le interesa o para leer, pero sin esa connotación de estar forzado a hacer algo por lo cual lo van a premiar o castigar con la nota. Eso distorsiona totalmente la posibilidad de que el niño por su propio interés quiera aprender más de aquellos temas que realmente le apasionan. ¿Los niños que no responden a ello pueden sentirse cohibidos o relegados? ¿Pero qué gana un niño viéndose forzado a hacer una tarea que no está a su alcance?, simplemente someterse al designio de un profesor; en tanto que los padres de familia van a presionar para que haga algo que no está a su alcance. ¿Y cuál es la ganancia del alumno de tener encima a los padres, el profesor particular o alguien que lo empuje a hacer algo que él no entiende o no le siente relevancia? Yo he buscado qué investigación avala las tareas y no encuentro alguna, la mayoría de los estudios que están publicados en el mundo lo que dicen es que no hay ninguna diferencia entre hacer o no hacer, más allá del malestar que le genera al estudiante y a los padres tener que lidiar con las tareas escolares. En este momento hay un movimiento de padres en Europa contra las tareas, en España, Alemania, Francia hay movilizaciones sociales de padres que dicen que aquellas cosas que el alumno tiene que aprender por razones escolares lo haga en la escuela. Además, hoy en día la mayoría de padres trabaja y no tiene mucho tiempo para hacer las tareas con sus hijos. Así es. Y termina siendo discriminatorio entre aquel que tiene padres que pueden dedicar el tiempo o tienen el conocimiento para ayudar a sus hijos de aquellos que no lo tienen. Es que esto viene de la tradición peruana y de los padres de familia, porque yo no he visto que el ministerio plantee exigir tareas a los alumnos, eso es más un tema cultural, social de los padres. Incluso hay quienes piensan que si no le dejan tareas a los chicos creen que no están haciendo nada. Usted también es crítico de que los resultados de los censos a niños de primaria no deberían ser dados a conocer a los padres. Claro, porque se convierten en una presión sobre los colegios, los profesores y los niños, y distorsionan totalmente el quehacer escolar, porque el colegio se convierte en una academia para preparar para las pruebas de matemática y lectura, se deforma todo lo que debería ser la experiencia natural de un niño en el colegio. Cuando uno pone pruebas y estas determinan el prestigio del colegio, de los profesores, se vive una neurosis con respecto a los exámenes, entonces todo lo que debería ser una educación integral queda reducido, amputado, a un entrenamiento para esas pruebas. Por lo demás tiene un efecto efímero, porque cuando les toman las pruebas en cuarto grado, otra vez salen rezagados, entonces para qué sirvió todo ese empeño en segundo grado. Una cosa es tomar pruebas para que sirvan como una muestra que retroalimente al Minedu, a la escuela, respecto a cómo andan en ciertas áreas y que lo utilicen para perfeccionar sus estrategias, y otra cosa es que lo conviertan en el tema que define si un colegio tiene o no calidad. Y el hecho de entregar a los padres los resultados individualizados deviene en lamentos y se empieza a presionar a la escuela. Las reformas en el sector educación ¿cree que están dando resultados? Pero yo no sé cuál es la reforma, básicamente es el mismo currículo, la misma formación docente, las mismas estrategias de enseñanza, en lo pedagógico no entiendo cuando se habla de reforma, a qué se refieren. Y el aumento de sueldos a los maestros como parte de esa reforma… Bueno, eso sí, porque los maestros están mal pagados, el esfuerzo que se haga por pagarles más va a levantar las posibilidades de que tengan una vida más digna, más acceso a un cierto nivel de bienestar, reconocimiento social y mayor atractivo para que los futuros maestros sientan que esta sí es una opción. El docente tiene que tener condiciones de vida apropiadas. ¿Usted cree que se ha perdido la pasión por ser maestro por las condiciones económicas? Es que hay que ponerse en el zapato de los profesores para darse cuenta de que es una tarea bien complicada, muchos tienen que lidiar con varios trabajos a la vez, y tienen que capacitarse y responder a las expectativas públicas; pero si no hay un mínimo de bienestar económico todo lo que se espera de ellos es complicado.