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Domingo

Parte de Guerra: La peste

El curso de la guerra de la independencia dependía en parte de una enemiga implacable e invisible: la peste. El propio general San Martín cayó enfermo por una serie de males que diezmaron a las tropas patriotas acantonadas en Huaura. La peste no discriminaba, ni perdonaba y también castigó al ejército realista y a la población civil. Mientras la guerra fue intensa en la sierra, la salud de las tropas en la costa forzó a los bandos rivales a entrar a un compás de espera.

IMPLACABLE EPIDEMIA.
Disentería, malaria, tuberculosis y viruela
castigan a los soldados de ambos ejércitos acantonados en el norte chico y en el valle de Chillón respectivamente.
IMPLACABLE EPIDEMIA. Disentería, malaria, tuberculosis y viruela castigan a los soldados de ambos ejércitos acantonados en el norte chico y en el valle de Chillón respectivamente.

Escribe: Jorge Lossio *

En el verano de 1821, más de 2.000 soldados del ejército libertador se hallaban hospitalizados al norte de Lima como consecuencia de una mezcla de males que incluía brotes de disentería y paludismo. El campamento principal del ejército de José de San Martín, en Huaura, se había convertido prácticamente en un hospital, con decenas de muertes diarias y miles de enfermos. Las tropas sufrían de fiebres, diarreas, fatiga e insomnio. Aunque había médicos y cirujanos en el ejército libertador, su número era reducido para la cantidad de enfermos. Los medicamentos eran también insuficientes y se tenía que improvisar. Se usó agua de mar para las purgas, e infusiones de ipecacuana o hielo para apagar el ardor del estómago. Para las fiebres y los escalofríos se empleó la quinina –derivada de la planta de la quina–, un saber heredado de la población originaria de la Amazonía.

Jorge Lossio (*)

Jorge Lossio (*) Especializado en la historia de la ciencia y la salud latinoamericanas, es profesor principal de la PUCP y director del Instituto Riva-Agüero. Es autor de Salud pública en el Perú del siglo XX: paradigmas, discursos y políticas (PUCP, 2017)

San Martín, quien enfrentó él mismo problemas de salud, era consciente del peligro que esto representaba para sus planes, y buscó ayuda en Chile y entre los médicos limeños que apoyaban la causa patriota. Un personaje que resultó especialmente valioso en el cuidado de los enfermos fue fray Antonio de San Alberto, de la orden bethlemita. Los hermanos bethlemitas tenían como principal función el cuidado de los enfermos y aquellos que acompañaban a San Martín lo demostraron. Fray Antonio de San Alberto tenía conocimientos de botánica, medicina y flebotomía. Era una época en la que persistían ideas hipocráticas, de la enfermedad como consecuencia de un desbalance en los fluidos que componían el cuerpo humano, y por ello las sangrías eran una práctica común para atender a los enfermos. Otro personaje importante fue Guillermo Geraldino, un farmacéutico que defendía la causa patriota y que se encargó de proveer botiquines a un ejército carente de medicinas. Desde Chile, algo de apoyo médico llegó por el empuje de Bernardo O’Higgins. Muchos soldados sufrieron también de escorbuto, el cual era tratado con zumo de limón o naranja.

La situación del ejército realista asentado en Aznapuquio era también dramática. Muchos soldados sufrieron de disentería y paludismo y murieron debido a la falta de tratamiento. Los médicos atribuyeron estos brotes a la existencia de pantanos desde los cuales surgían los miasmas, efluvios envenenados que emergían de aguas estancadas y que eran la causa de las epidemias. Los médicos lo atribuían también al hecho de que los soldados comían frutas sin lavar, a las aguas contaminadas que se bebían y al cambio de clima, básicamente al aumento de la temperatura del verano. Se hizo notar también que los soldados vivían hacinados, en campamentos en los cuales se exponían a las lluvias y la humedad, lo cual agravaba los males respiratorios.

Las tropas, en sus movimientos al interior del país, estaban cayendo víctimas de malaria, tifus, soroche y verruga. Pero no solo se enfermaban: se convertían además en agentes de transmisión de enfermedades por distintas partes del territorio.

En Lima, la situación para la población civil era también complicada. Las luchas por la independencia agudizaron los males respiratorios y estomacales y los hospitales no se daban abasto. Se contaban por cientos los muertos diarios, cifras muy superiores a las normales. La toma del Callao provocó que los alimentos escasearan o fueran de mala calidad.

No solo en Lima las guerras por la independencia tuvieron efectos negativos para la salud pública. Los hospitales en distintas partes del virreinato fueron abandonados o dejaron de recibir financiamiento. Las campañas de vacunación contra la viruela se frenaron debido a la inestabilidad política, y los brotes de esta enfermedad, muy contagiosa y letal, fueron cada vez más comunes.

Como conclusión, se puede señalar que las guerras y las epidemias van de la mano. Las guerras llevan a la movilización de tropas, al cierre de puertos, a la escasez de alimentos y a la ansiedad. Todos estos factores conducen, a su vez, a una más rápida propagación de las enfermedades. Las guerras por la independencia no fueron la excepción. Tanto el ejército libertador, como el ejército realista y la sociedad civil sufrieron los brotes epidémicos de disentería, malaria, tuberculosis y viruela, entre otras enfermedades.

(*) Especializado en la historia de la ciencia y la salud latinoamericanas, es profesor principal de la PUCP y director del Instituto Riva-Agüero. Es autor de Salud pública en el Perú del siglo XX: paradigmas, discursos y políticas (PUCP, 2017).

Cronología de la independencia del Perú

1821

29 de ene. Dieciocho jefes realistas, en Aznapuquio, conminan al virrey Pezuela a entregar el mando al general José de la Serna y a dejar el Perú en un plazo de 24 horas. El virrey dimitió.

12 de feb. En Huaura, San Martín dicta un reglamento provisorio. El territorio libre es dividido en cuatro departamentos: Trujillo, Tarma, Huaylas y la Costa, que después tomó el nombre de la capital.

13 de feb. Se publica el periódico realista El triunfo de la Nación hasta el 29 de junio. El editor fue Guillermo del Río.

17 de mar. En Paita, los patriotas capturan el buque Sacramento.

4-18 May. Los negociadores del general San Martín y del virrey La Serna, se reúnen en Punchauca. Se negocia un armisticio vigente hasta el 4 de junio. San Martín propuso el establecimiento de una monarquía con un príncipe español, previo reconocimiento de la independencia del Perú. No hubo acuerdo.

20 de May. Combate de Mirabe en Puno. Victoria de Miller. Arenales ocupa Jauja. Fuente: M. Guerra, coord., Cronología de la independencia del Perú, 2016.

Edición y coordinación: Marco Zileri. Diseño: brian tejeda. Fuente de ilustraciones: José de San Martín de Jean Baptieste Madou. Danza Macabra de Michael Wolgemut (1493)

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