¡Descubre al topo fuchi!

A estas alturas, ya no es ningún misterio que, para las elecciones de enero (las que se realizarán para elegir el Congreso del mini período 2020-2021, el fuchimorismo ha decidido apostar por la #EstrategiadelTopo. Es decir, por infiltrar a sus vilcatomas, bartras y demás yerbajos en otras listas, aparentando, claro, previas discrepancias, broncas y deslindes tan auténticos como un billete de cien soles con la cara de monseñor Cipriani.

¿La intención de la movida? Obvio: que, por efecto de arrastre de otras candidaturas, les ligue una curul y, luego, con la frescura que los caracteriza, se “amisten” y vayan a engordar la que seguramente será la desnutrida bancada de Fuerza Popular, encabezada por la indescriptible Martha Chávez, uno de los viejos cuadros que Keiko Fujimori descartó para su campaña del 2016 y que hoy ha retornado para dizque renovar la imagen del fujimorismo. Sí, ya sé, el chiste se cuenta solo.

¿O acaso tendría otro sentido que fujimoristas tan conspicuas como Rosa Bartra y Yeni Vilcatoma hayan decidido abandonar sus nada prometedoras ubicaciones en FP para pasarse nada menos que a Solidaridad Nacional? Evidentemente, la apuesta, aunque arriesgada, podría funcionar. Después de todo, Solidaridad Nacional, con UPP, Contigo y otras agrupaciones de olvidable nombre, siempre han sido keiko-friendly, pero hay que ver qué alicaído andará el partido amarillo patito del exalcalde de Lima que le ha entregado a Bartra el primer lugar de su lista. ¿Y Vilcatoma? Bueh, si algo sabe la doña es saltar de partido en partido, pero nadie duda de su corazoncito naranja.

De otro lado, además, de sus “cuadros prestaditos”, Mrs. K estaría apostando a los topos históricos. Es decir, aquellos que ya en el pasado congreso le demostraron fidelidad eterna, votando con su bankada en todos los blindajes, lobbies y cuchipandas en los que era fundamental tener mayoría. ¿Los nombres? Los conocen todos. Basta echar una mirada a quiénes se negaron a la propuesta del adelanto de elecciones del presidente Martín Vizcarra, quien, si les surte efecto el plan, sería su primera víctima, porque no hay que ser adivino para pronosticar que, apenas reunida la bankada, su primer trabajito sería buscar su vacancia.

Lo bueno es que, después de lo ocurrido antes y después de la disolución del Congrezoo, todo el mundo los conoce y ya no engañan a nadie así se pongan la máscara de Dalí, y los topos que ha sembrado el fujimorismo en varios huecos partidarios tienen tantas opciones de ser elegidos como las novias de Christian Domínguez de ganarse su fidelidad eterna. Además, los mismos partidos que los acogen andan tan alicaídos que será un milagro que pasen la valla electoral, pero la Magdalena no está para tafetanes y es mejor apostar a lo que sea a quedarse solo con los cuatro o cinco kongresistas que obtendrá la lista firme.

Lo peligroso es que, en algunos casos, habrá candidatos de simpatía popular candidateando en las mismas listas y que, si reciben un voto más o menos apreciable, podrían terminar favoreciendo, por efecto de arrastre, a los impresentables que apuestan al votante despistado. Por eso, cuidadito a la hora de votar en enero. Revise bien cada lista, cada nombre, y mire si junto a su candidato favorito no hay un fujitopo o, peor aún, alguno de los topos de segunda mano que ya usaron en el congreso disuelto.

Ay, mamita, Antauro

Cualquiera hubiera jurado que sería alguno de los partidetes de izquierda los que echarían mano al fácil recurso de asustar al respetable y jalar el (nada desdeñable) voto radical anunciando la candidatura del Bart Simpson del etnocacerismo, pero ha sido nada menos que el partido fundado por César “Plata-como-cancha” Acuña el que decidió acogerlo en sus filas y darle la tribuna que buscaba.

En este momento, es obvio, no podría candidatear (está sentenciado y preso), pero él mismo acaba de confirmar que será nada menos que el candidato presidencial de ese partido que alguna vez tuvo a figuras como Javier Pérez de Cuéllar en sus filas y que ahora es un cascarón capaz de alojar a cualquier bicho estrafalario sin la más mínima coherencia ni orientación ideológica. Verónika, agárrate que tienes competencia.