¿Son efectivos los suplementos para "elevar" la testosterona en varones?

En el libro "La sinagoga de los iconoclastas", el escritor argentino J. Rodolfo Wilcock presentó algunas "sustancias ideales, prolongadamente buscadas y jamás encontradas". Entre ellas, registró la misión del inventor ficticio Henrik Lorgion, quien estaba en la búsqueda sin mucho éxito de la "sustancia de la belleza", bautizada como "eumorfina". Con ese mismo ímpetu —y quizá también con los mismos resultados—, muchos hombres esperan hallar cómo aumentar la tan quimérica virilidad, traducida en apariencia física, apetito sexual y características asociadas a lo masculino. ¿El elemento anhelado? La testosterona.

Basta una búsqueda de Google para encontrar miles de consejos y productos que juran potenciarla. Incluso, 'influencers de medicina' han recomendado el uso de suplementos para "elevar" los niveles de testosterona en los varones: que la vitamina D3, que el zinc, que el magnesio, que la DHEA. Pero ¿qué tan cierto es esto? Es hora de inflar el pecho y sumergirnos en el curioso mundo de esta hormona masculina.

Testosterona, ¿con qué se come?

El portal médico MedlinePlus indica que la testosterona es una hormona producida por los testículos, tan crucial para el deseo sexual como para la apariencia física masculina. Ayuda a mantener la densidad ósea, la distribución de la grasa, la masa y fuerza muscular, el vello facial y corporal, la producción de glóbulos rojos y del esperma, según añade la web de Mayo Clinic.

Como nada dura para siempre, ambos portales especifican que después de los 30 o 40 años, los niveles de testosterona disminuyen de manera natural y progresiva, en función de 1% por año, aproximadamente. Este descenso —cuyas causas no siempre están relacionadas con la edad— se puede manifestar en un bajo apetito sexual, dificultad para conseguir una erección, un bajo conteo de espermatozoides, disminución de la fuerza y del tamaño de los músculos, entre otros.

¿Funcionan los suplementos para elevar la testosterona?

Verificador de La República conversó con el médico endocrinólogo Andrés Gómez en torno a los tan mentados suplementos potenciadores de testosterona. "Si bien el consumo de estos puede ser popular entre los varones, no hay pruebas suficientes sobre la seguridad y la eficacia real de dichos productos", sostuvo.

A partir de la literatura médica, el especialista presentó las evidencias disponibles en torno a la eficacia del magnesio, el zinc, la vitamina D3 y la DHEA para "elevar" el nivel de testosterona. Por ejemplo, una revisión bibliográfica publicada en la revista Endocrines en 2021 encontró, con respecto al primero mencionado, solo un ensayo clínico aleatorizado con 30 participantes. Según la investigación, los participantes que lo recibieron vieron aumentar la testosterona libre y total, hicieran o no ejercicios. "El posible mecanismo de acción es que el magnesio podría servir como parte del proceso de formación y activación de la testosterona", comentó el endocrinólogo.

En cuanto al zinc, Gómez refirió un artículo publicado en Androgens, el cual reporta que desde 1960 se ha descrito la relación entre deficiencia de este y la de testosterona. Esta condición se revierte tras una suplementación con el mencionado micronutriente.

No obstante, señala el texto, no ha habido informes de un aumento de la hormona en humanos con suplementos de zinc. Además, una ingesta "ligeramente alta" de este puede interferir con el metabolismo del cobre y el hierro y, en mayores dosis, puede causar anemia, neutropenia y funciones inmunes alteradas. Para individuos sanos, hasta el momento, no hay evidencia clara de que suplementarse con este micronutriente produzca un aumento de testosterona sérica (presente en el suero sanguíneo).

Similar escenario es el de los suplementos de vitamina D, según el especialista. Para hombres sanos, la evidencia (1) sostuvo que, tras 12 semanas de ingesta, no hubo diferencia estadísticamente significativa en los niveles séricos de testosterona en comparación con el placebo. Pese a ello, sí se observó una mejora en la sensibilidad a la insulina en el grupo que recibió la vitamina.

De igual modo, el consumo de 50 mg de dehidroepiandrosterona (DHEA) no produce variaciones significativas en los niveles de testosterona, acorde con los registros analizados por el endocrinólogo. Nuevamente, en una comparación con placebo, la DHEA no supuso una diferencia importante en los cambios físicos en la referida hormona al someter a los participantes a un programa de ejercicios de resistencia.

Intentamos comunicarnos con Carmen Talavera, quien se presenta en Instagram como especialista en "medicina ortomolecular" y certificada en medicina regenerativa. Talavera difundió el video de los "cuatro suplementos", con un alcance que supera los 95.000 'me gusta'. Consultamos en qué fuente se basó para afirmar la supuesta eficacia de los mencionados suplementos, pero no obtuvimos respuesta. Cabe resaltar, finalmente, que la llamada medicina ortomolecular fue incluida en la lista de pseudoterapias por el Ministerio de Sanidad de España, en 2019, al no contar con suficiente soporte científico.

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