Buen sabor: el palacio del tacu tacu está Chorrillos

Takkú es un huarique chorrillano, cuya única identificación en la puerta es el número 777. Ingresar causa desconfianza, pero una vez dentro el comensal se olvida del temor y se rinde ante su majestad el tacu tacu. ,Noemí Acuña / Revista Rumbos El plato estrella: el tacu tacu de frejol con saltado de cuadril a punto de flama. El nombre es un poco raro, pero es el correcto. “El corte es ése y aquí las cosas las llamamos por su nombre”, aclara Julio Martínez, docente de cocina, chef y dueño de Takkú restaurante. Aunque su especialidad son los tacu tacus de frejol canario y negro y de pallar, también ofrece menús ejecutivos para los oficinistas de la zona. Ninguno se resiste a la crema de coliflor, aunque la primera vez la miran con desdén. Luego de probarla regresan una y otra vez. Además, preparan chancho al cilindro, salteados, adobo de cerdo y una gran variedad de platos criollos, irresistibles al paladar. PUEDES VER: Rímac: Conoce El Maxi, un restaurante especializado en la preparación de carnes al cilindro En Takkú no hay carta. El mismo Julio ofrece las bondades de la casa. Escucha atentamente a sus clientes y según sus antojos ofrece el platillo. Si va en grupo es mejor que cada uno haga un pedido diferente. Así todos puedan probar varias opciones. Así lo recomienda Julio. Es que en Takkú son fieles a su lema “generosos como en casa”, y sirven bien taipá, una sola persona no termina un plato. Los domingos son de menú. Los hay mixtos y rústicos, acompañados de papas nativas. El restaurante se ha integrado este año a la Alianza Cocinero-Campesino que promueve el consumo y la revaloración este tubérculo. “Su color, textura y sabor es único. Imposible no ofrecerlo en nuestro restaurante. Además se apoya a los campesinos de nuestros Andes que viven en el abandono a pesar de tener muchas riquezas”, señala Martínez. Lo primero que preparó en su vida fue una crema volteada. Siempre andaba husmeando en la cocina, pero su mamá lo botaba. Hasta que un día su tía le dio la receta de este dulce. Aunque estudió diseño grafico, siempre se recurseaba en un restaurante. La crisis económica de los 90 le hizo ver otras posibilidades y un día decidió ir por eso que le apasionaba: la cocina. Luego se dedicó durante muchos años a la docencia en reconocidas escuelas de cocina. Recién el 2011 abrió Takkú. En esta aventura lo acompañó su hermano José y su amigo Luís Enrique. Aprovecharon el local disponible que tenía la familia en la avenida Defensores del Morro, más conocida como Huaylas, en Chorrillos. Hicieron un estudio de mercado y se dieron cuenta que existían bastantes chifas y pollerías, pero no un restaurante de comida criolla ni de tacu tacus que le encantaban a Julio. El local es sencillo pero acogedor. Mantienen la esencia del huarique. Nada de letreros pomposos. Su mejor marketing es el boca a boca. Takkú vale la pena. Tacu tacu bien taipá por favor. En Rumbo Dirección: Av. Defensores del Morro, 777 (ex Av. Huaylas) – Chorrillos. Horario: de domingo a viernes de 12:30 p.m. a 5:30 p.m.