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Sociedad

Internet: manipulación política, el dinero para pocos y la polarización

Esther Paniagua. Periodista española escribió un libro que le quita la careta a las plataformas digitales y descubre su verdadera mirada. En esta entrevista con La República reflexiona que el mal uso hace tambalear la democracia.

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Esther Paniagua. Periodista española escribió un libro que le quita la careta a las plataformas digitales y descubre su verdadera mirada. En esta entrevista con La República reflexiona que el mal uso hace tambalear la democracia.

Fin de mes y un empleado anónimo intenta pagar sus cuentas virtualmente. En la pantalla de su ordenador le aparece el mensaje “error 404″. No hay conexión.

La periodista madrileña Esther Paniagua plantea ese escenario en su reciente libro bautizado con el apocalíptico anuncio: Error 404: ¿preparados para un mundo sin internet? ¿Qué pasaría con un apagón de la red? Ya hubo caídas que dejaron desconectados varios países. El sistema es vulnerable.

“Internet no fue creado para ser usado por todos”, precisa esta catedrática que participará en el Hay Festival Arequipa. Desde España, se conecta a través de una plataforma digital que nos hará una mala pasada durante la entrevista.

- Internet es vulnerable, fue una red creada para un grupo de científicos.

Exacto y para compartir recursos computacionales en sus investigaciones. Y sobre todo eso, pusimos el comercio mundial, nuestras instituciones, incluso infraestructuras críticas como la electricidad, que pueden ser hackeadas. Hay vulnerabilidad. Muchas caídas se producen por errores simples (hasta por la actualización de un protocolo).

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Hace tres décadas, la red se usa masivamente, ¿cuánto cambió nuestra vida? Panigua afirma que la respuesta da para una tesis doctoral. El teléfono móvil forma parte de nuestras “extremidades corporales”. Imposible vivir sin él. Hay nomofobia, miedo a no disponer todo el tiempo del celular. O phubbing, ignorar a otras personas por prestar atención al celular. “Socializamos de manera distinta”, responde la escritora que conversará el sábado 5 de noviembre con Inés Santaeulalia en el Teatro Fénix.

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“No éramos tan dependientes. En 1995 ya se hablaba de una adicción a internet. En Estados Unidos, había centros de rehabilitación sobre todo relacionados con videojuegos. En lo espiritual, supongo que, para bien o mal, abre la posibilidad de conectar con personas que a lo mejor no profesan nuestras creencias o nuestra forma de vivir nuestra espiritualidad. O de ayudar a minorías, porque no todo es malo”, nos dice Paniagua.

En política, sostiene la periodista, Donald Trump, expresidente norteamericano, representa el símbolo del mal uso de las redes sociales en una democracia. Recuerda que él difundió bulos para incendiar la pradera y desinformar. “Se ha comprobado que los que más usan estas plataformas para desinformar son los partidos políticos. Es grave para la democracia. Eso me preocupa y la razón por la cual escribo el libro”, afirma desde el otro lado de la pantalla.

- Las redes sociales son foros para discutir de política, entre el sí o el no. ¿Esa radicalización del comportamiento ciudadano se lo debemos también al internet?

Obviamente. Son herramientas desarrolladas en hacer viral lo viral, recompensando la viralidad, lo visceral, lo que es más clickado, que suele ser por la curiosidad o lo extremo. Aquí hay dos elementos que suelen entrar en juego. Los filtros burbujas, que al hacer click en cosas, hace que se nos recomiende ese tipo de cosas todo el tiempo y nos sumerjamos en nuestras propias cámaras de eco y sigamos reforzando nuestras opiniones en aquello que queremos ver, leer, escuchar. Hay otro efecto, que probablemente es más poderoso, se trata de la polarización. Estas plataformas funcionan viralizando contenidos, con los cuales no siempre estamos de acuerdo, están muchas veces al extremo opuesto de donde nos encontramos. Estar expuesto a esos elementos tan radicales nos hace radicalizarnos más. Esto lo comento en el libro y proviene de una investigación del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford.

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Luego Esther cita a la escritora Hannah Arendt, famosa por sus libros del holocausto judío. Ella hablaba de la necesidad de “la visión compartida de la realidad”, necesaria para el diálogo democrático. “Cada uno está en su pequeña burbuja o silo. En estas redes accedes a un contenido muy parcial. Es muy difícil, el contenido que está en el medio, que es lo que, en el pasado, exponían los medios de comunicación, obviamente sin idealizarlos, que también tiene sus propios problemas e intereses. Más allá de eso, en los medios hay un elemento noticioso común, que expone (al público) una realidad compartida, aunque sea desde diferentes ángulos ideológicos, o como lo queramos expresar.

- Los medios también están bajo fuego de estos grupos radicalizados. Eso lo vivimos en Perú. Quieren que tomes posición sobre algo, sino lo haces, eres tibio o estás comprado.

También hay una percepción errónea de que la desinformación sale de los medios de comunicación. Esto es importante matizarlo ante la opinión pública. En los medios trabajamos periodistas que somos humanos y nos equivocamos, cometemos errores, pero no es desinformación porque no hay un elemento intencionado. Siempre hay excepciones. En Estados Unidos, la Fox, intencionalmente crispa el debate porque eso trae más audiencia y hay una presión muy grande también por obtener rendimiento económico porque como sabemos, estamos en crisis. Con el elemento gratuito digital es difícil conseguir suscriptores y hacer que el modelo funcione, especialmente porque Google, Facebook y otras redes se están llevando dinero que corresponde a los medios de comunicación. No trabajo para ningún medio, soy independiente, pero me preocupa mucho que la publicidad esté yendo a estas plataformas, que lucran, entre otras cosas, con el contenido que los medios producen.

- En sus discursos el presidente peruano tiene reservado un espacio para atacar a los medios y los señala como culpables de todos los males.

Esa es una estrategia trumpista de deslegitimación de los medios de comunicación. Fake news es lo que Trump usaba para descalificar al New York Times, CNN o Washington Post, cuando publicaban noticias que no le gustaban. Esto lo hacen todos los líderes megalómanos y centrados en su propia figura. Esto es un recurso muy común. Cuando esto pasa es muy peligroso para la democracia. Pasan cosas como el asalto al Capitolio, incitación a la violencia. En el caso del Perú, no soy quién para juzgar, pero me parece que hay una situación bastante complicada.

- ¿Bajo ese concepto, urgiría un apagón electrónico, error 404?

(…)

Muchas veces pensamos, ¿no sería mejor si no tuviéramos internet? Y mi respuesta es por qué llegamos a pensar así. Cuando se crearon todas estas tecnologías, se nos promete que cambiará la vida para mejor, que internet facilitará las democracias más participativas, compartir conocimiento, y en parte eso es verdad. El problema es la comercialización, no hay normas de gobernanza. Es peligroso que estas herramientas solo sirvan para polarizar, dar dinero a unos pocos, para que los políticos manipulen o para que las empresas nos vendan más cosas. Debemos usarlas sin que esté tambaleando nuestra democracia.

- ¿Se podría decir que internet viola los derechos fundamentales de las personas?

Internet no. Es el uso que hacen corporaciones de internet, personas, partidos políticos y empresas, las que están violando derechos humanos. Muchas personas dicen: “me da igual que me rastreen si yo no tengo nada que esconder”, pero no se trata de eso. A lo mejor sí tienes algo que esconder, en el sentido si tienes un dispositivo como Alexa, Amazon Echo o Google Home, si usas asistentes virtuales o si haces negocios en tu móvil. Pueden estar escuchándote y grabándote. y esas grabaciones pueden publicarse, pueden haber ciberatacantes que expongan ese contenido, puede compartirse con muchísimas empresas para, por ejemplo, subirnos la prima del seguro, porque saben cosas de nosotros que intencionalmente no hemos compartido, pero que las saben a través de esas escuchas, de nuestros movimientos online. La privacidad es un derecho por tal, que abre la puerta a otros derechos, como el de la propia dignidad, de la autonomía personal. Hasta qué punto, y sobre todo pienso en los más jóvenes, tienes capacidad para crear tu personalidad, si constantemente te persigue tu pasado porque eso ha quedado registrado online y no desaparece. Todo eso te va a recordar la persona que tú eras antes, si has hecho algo malo o no, te va a perseguir toda la vida.

Un tema recurrente que nos pasa a los periodistas y que tiene que ver con publicaciones que hacemos de personas cuestionadas que, de repente en el juicio, demostraron una inocencia y nos llaman para decirnos: baja esa información (de internet) porque me estás perjudicando, y ya de los servidores de Google no se puede eliminar esa información.

Esto es negativo. En estos casos, hay sentencias que han llegado a obligar a medios de comunicación y de ahí a Google, a eliminar información de los servidores, en casos en que finalmente la persona era inocente. O que han pasado 20 años, y es como que hubiera prescrito y debe eliminarse de la esfera pública online porque perjudica a esas personas. No sé si en Perú se reconoce el derecho al olvido. En un gran porcentaje de casos, Google no está solucionando las solicitudes legítimas de borrar la información, por tanto, la gente tiene que acabar en procesos judiciales, lo cual es un gran problema. De nuevo, como todo, siempre perjudica a las minorías, a las personas que no pueden permitírselo o que ni siquiera tienen conocimiento de este derecho, de pedir a Google.

- En Perú, un grupo de hackers ha entrado a las plataformas del Ejército de Perú y Chile y han comenzado a revelar los secretos militares de ambos países. Es información muy delicada.

Desconocía. Esto está a la orden del día. Aquí en España, atacaron al Consejo de Investigaciones Científicas y filtraron información confidencial. Esto es posible a que estamos conectados, no estamos protegiendo adecuadamente ni siquiera los elementos de seguridad nacional. No se destina el dinero suficiente a la ciberseguridad. Es un poco como la pandemia. Desde el 2017, científicos alertaban de que el SARS Covid era una bomba de relojería, precisamente por el tema de los murciélagos. También había muchos avisos que estábamos en riesgo de que llegaran pandemias mundiales devastadoras. La alerta la puso la crisis que hubo con el ébola hace unos años. Los gobiernos no han invertido en prepararse para una pandemia porque se ve como algo muy remoto, piensan no me va a tocar a mí. Hasta ahora esa era un poco la sensación. Ahora hay un poquito más de conciencia, por lo menos en Europa, por la guerra entre Rusia y Ucrania. Se están atacando muchas infraestructuras a través de hackers. Los gobiernos necesitan empezar a invertir más en esto, lo que pasa es que los ciudadanos tampoco estamos reclamándolo. Y como los políticos hacen aquello que les va a dar más votos y esto no es lo que de momento preocupa más. Hace poco, en España había una encuesta que decía que la ciberseguridad está entre los primeros puestos en las preocupaciones de las personas. Es por el contexto de guerra que estamos en Europa.

¿Qué motiva a los hackers a poner entre las cuerdas al mundo?

Los hackers son personas que representan todo lo que hay fuera de la sociedad. Hay gente que lo hace solo porque quieren demostrar que pueden hacerlo y ya está, otros lo hacen para divertirse, otros porque les pagan para hacerlo y otros porque quieren desestabilizar el orden mundial porque ese es su propósito en la vida, simplemente generar caos, sobre todo, porque eso puede convenir a ciertas ideologías, las cuales intentan desacreditar o cambiar el orden mundial, desprestigiar a ciertos movimientos, puede haber muchísimos motivos. Hay países que benefician la actividad cibercriminal como Rusia o China, con refugios seguros. Ellos permiten que estén ahí, sin perseguirles o encarcelarles a los piratas informáticos, siempre y cuando no ataquen a su propio país y estén disponibles si el país lo necesita para atacar a otros. También hay ciberataques que se hacen simplemente por broma, como estos youtubers que decía antes.