El conocimiento del clima, no solo debe servir para la preparación ante temporada de lluvias. Diversos especialistas, coinciden en que las condiciones atmosféricas tienen una incidencia relevante en las actividades humanas; por ello, cualquier proyecto de desarrollo, debe considerar al clima como una variable principal.
En el afán de conocer el entorno dentro del país, Senamhi actualizó el mapa de climas en las diferentes regiones del país, identificándose 38. La antigua base de datos de 1988, contenía 27 tipos. No es que en el lapso se hayan gestado nuevas condiciones atmosféricas, sino que se tipificaron más con el aumento de estaciones y aparatos.
De los 28 tipos climáticos, tres predominan a nivel nacional: el árido y templado (costa), semiseco y frío (sierra) y muy lluvioso y cálido (selva). Cada departamento tiene diferentes composiciones.
Por ejemplo, Cusco tiene hasta 16 tipos, que varían según la altura y geografía. Así, en la zona central, predominan las condiciones semisecas, templadas y frías. Sobre los 5 mil metros de altura ocurre el ambiente glaciar y en la selva alta (Paucartambo y La Convención), está uno de los climas más lluviosos y húmedos del Perú.
Mientras que Puno tiene 18 tipos, que también varían entre semiseco y frío (Altiplano), lluvioso y cálido (selva). Arequipa presenta hasta 12 climas, con mayor presencia del semiárido.
Uso en el campo práctico
Esta información no solo debe quedar en la academia. El representante del Comité Regional de Cambio Climático en Cusco, Edwin Mansilla, señaló que el mapa debe servir para la planificación de las actividades económicas. Sostuvo que en la región, la agricultura y el turismo depende de las variantes atmosféricas.
Añadió que la data servirá también para que las autoridades planifiquen obras. Una infraestructura de un ambiente lluvioso debe tener otras características respecto a edificaciones de zonas áridas. “Las obras públicas, ahora deben obedecer a la condición climática”, dijo.
Añadió que el mapa, como un registro en el tiempo, también será útil para monitorear el avance del cambio climático.
De otro lado, Mario Tapia de la Asociación Especializada para el Desarrollo Sostenible (Aedes), señaló que el hombre del campo tiene un conocimiento empírico del clima, con el cual proyecta cultivos según año y estación. La herramienta de Senamhi, debe optimizar esta planificación. Sugirió incluso que este mapa climático se difunda entre las juntas de usuarios.
El catedrático de la Universidad Agraria de La Molina, Juan Torres Guevara, señaló que se requiere que la sociedad tome conciencia de su entorno y condiciones climáticas, para generar un modelo de crecimiento sostenible. Puso como ejemplo Lima, donde su desarrollo no se condice al de una metrópoli en medio del desierto. “Tendríamos otros jardines, otros edificios y otra manera de relacionarnos con el agua, si las características desérticas de Lima fueran explícitas”.