Las ollas comunes son una vía para paliar el hambre en época de pandemia. Aunque ya se dejó la cuarentena y algunas actividades económicas se reactivaron, siguen siendo un medio de subsistencia para varias familias de escasos recursos. Estas ollas comunes, hasta ahora, viven de donaciones privadas o colaboraciones esporádicas de programas estatales. Una reciente ley del Congreso, busca formalizarlas para que reciban apoyo público específico.
La norma se aprobó el jueves, la cual modifica la Ley Orgánica de Municipalidades y la Ley del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. Ahora, ambas entidades añadirán a su rol, registrar y dar asistencia técnica a las ollas comunes, nombradas en la ley como iniciativas ciudadanas de apoyo alimentario temporal, en caso de emergencia sanitaria o desastre natural.
El presidente de la Comisión de Inclusión Social del Congreso, José Luis Ancalle, señaló que la norma era necesaria, pues el apoyo estatal solo se canaliza hacia entidades registradas. Considera que ahora los municipios tendrán el mecanismo para otorgar la ayuda, la que debe partir de fondos del gobierno central.
Ancalle añadió que el apoyo a las ollas comunes sería temporal, mientras dure la emergencia (por pandemia o un eventual desastre natural). Vale recordar que la emergencia sanitaria en el país tiene vigencia hasta el 7 de marzo del 2021, con posibilidad de prórroga.
Hasta el 2017, se estimaba que unas 797 mil personas a nivel nacional dependían de los comedores populares para su alimentación. Sin embargo, durante los primeros meses de la pandemia muchas quedaron desprotegidas, por su cierre temporal. La salida para varias familias entonces fueron las ollas comunes, que surgieron como respuesta ante el hambre.
La ley aprobada, tiene una disposición final complementaria, para que el Estado brinde apoyo prioritario a comedores populares y ollas comunes, en el marco de la emergencia sanitaria por la COVID-19.
Durante la pandemia se constituyeron ollas comunes en diferentes partes de Arequipa. Cerro Colorado concentra la mayoría, con cerca de 67. Mediante el programa Qali Warma, se realizaron donaciones a estas iniciativas.