Desde 2016, el proyecto del Aeropuerto Internacional de Chinchero es fuente de rechazo o de apoyo. En ese lapso, hubo ceremonias de primera piedra, denuncias penales, resolución del contrato con Kuntur Wasi y cuestionamientos por un posible daño al patrimonio cultural en Chinchero y el Valle Sagrado de los Incas.
La reconocida historiadora Natalia Majluf y decenas de antropólogos, arqueólogos e historiadores pidieron al presidente Vizcarra que suspenda el proyecto, porque registra peligros para el entorno. Algunos comuneros de Chinchero y Poroy aseguran que habrá efectos nocivos a las fuentes de agua. Una de ellas es la laguna de Piuray, que abastece de agua potable a más del 40% de los habitantes de la ciudad de Cusco.
Desde el Ejecutivo, principalmente los ministerios de Cultura y de Transportes y Comunicaciones, aseguran que ninguna de las observaciones tiene sustento. Iniciaron una suerte de campaña para “despejar” las dudas y observaciones.
Ayer estuvieron en Cusco el coordinador general del proyecto Chinchero, Ricardo Mariño, y el jefe del Gabinete de Asesores del MTC, Eduardo Gonzales. Mariño defendió la viabilidad técnica y operativa del proyecto aeroportuario. “Cuenta con todos los estudios de preinversión a nivel de perfil y factibilidad, que incluyen evaluaciones de meteorología, suelos, geotecnia, hidrología, movimiento de tierras, obras hidráulicas, drenaje, pavimentos, procedimientos de vuelo, balizamiento e informes de los fabricantes de aeronaves, como Boeing y Airbus”, dijo.
Agregó que los estudios meteorológicos se hicieron de acuerdo a las normas de OACI y la obra cuenta con el respaldo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).