Hace 35 años, el 7 de julio de 1984, el suboficial del Ejército Rigoberto Tenorio Roca, fue interceptado por agentes de la Marina cuando viajaba desde Huanta hacia Ayacucho. En esa época él era maestro en el colegio Gonzales Vigil.
Desde ese momento su esposa, Cipriana Huamaní, desconoce su paradero. “Mi esposo el único pecado que cometió fue ser militar, servir a su patria con honor y libertad. Lo desaparecieron y no tuvieron ninguna respuesta”, contó a América Noticias.
Según Huamaní, la víctima se identificó con su carné de militar cuando las autoridades se lo pidieron. Estos lo atacaron lanzando su documento al piso y cubriendo su cabeza con un saco. “Empiezo a buscar por todos los lugares donde eran botaderos. Empecé a excavar y encontré a 25 personas, pero para mi mala suerte no pude encontrarlo”, aseguró.
Debido a que no fue escuchada por la justicia peruana, la víctima acudió al tribunal de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, entidad que en 2016 emitió un fallo que obliga al Estado a “realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional por los hechos del presente caso”.
Por ello, el Estado pedirá disculpas a los familiares de Tenorio en el Lugar de la Memoria. No obstante, su viuda mantiene la esperanza de encontrarlo. “Quizás abandoné el estudio de mis hijos porque me dediqué a buscar a mi esposo”, dijo.