Una mirada a los niños trabajadores del cementerio de Jerusalén de Arequipa

Esfuerzos. Pequeños ofrecen agua y pintado de cruces. Juntan dinero para apoyar en casa o para cumplir un sueño.,Es el mediodía y el sol arrecia en el cementerio Jerusalén del distrito de Mariano Melgar. En ese recinto, convertido en la última morada de cientos de muertos, las sonrisas de lo niños trabajadores son destellos de vigorosa vida. Es Día de Todos los Santos y un centenar de niños ha encontrado en la venta de agua la forma más honrada de ganar dinero. Tienen en mente dos cosas: apoyar a sus familias o cumplir algún sueño infantil. PUEDES VER: Pecados imperdonables: Sacerdote acusado de violación sigue dando misa Con mucho esfuerzo, John, de 5 años, carga un pequeño balde con agua para venderla. Concreta una nueva venta. Sonriente, se sienta sobre la tierra y cuenta sus monedas. Logró 23 soles luego de cinco horas de trabajo. Está satisfecho y cansado. Aún no vocaliza bien las palabras, pero explica que trabaja con sus hermanos Rubén (9) y Ángel (7). Juntan dinero para llevarlo a casa. El cementerio Jerusalén se extiende sobre un terreno sinuoso. Si se le observa desde la parte más alta, se visualiza un laberinto de tumbas. El camposanto, seco y sin árboles, ha crecido a su suerte. En ese desorden, Frank (14) busca recobrar fuerzas echándose abundante agua en la cabeza. Por 10 soles pinta cruces y el nombre de difuntos. Massia (09) no ha tenido tan buenos resultados a pesar de sus cuatro años de experiencia como aguatera. Solo ha conseguido 14 soles. Espera que a sus dos hermanos les haya ido mejor. Necesita el dinero para sus gastos escolares. Andrés (7) nos está contando que quiere comprarse un dron cuando interrumpe su venta de agua. En el pozo los niños se disputan el agua y la sacan con ayuda de sogas. Andrés no se arriesga. Teme caer. Está preocupado porque sabe que no logrará juntar el dinero. De sus bonitos ojos de largas pestañas, están a punto de salir algunas lágrimas, pero se contiene. MÚSICA PARA MUERTOS Es un día festivo. Cientos de arequipeños acudieron a los cementerios de la ciudad. El de Jerusalén es uno de los más jóvenes y se sitúa en la parte más lejana de Mariano Melgar. En este camposanto, buena parte de los restos mortales corresponde a migrantes puneños. Por eso, la banda Internacional Auténtica de Arequipa, compuesta por docentes y soldadores, llega para tocar huaynos melancólicos. Richard Paccori contrata a la banda. Paga 5 soles por canción. Al ritmo de "El Panteonero", evoca los momentos felices de sus padres, procedentes de Puno, Alberto y Luzmila.