La conexión de la tribu Marubo con el mundo exterior a través de la red de satélites Starlink de Elon Musk ha marcado un hito significativo en su historia. Esta nueva ventana al mundo digital ha traído consigo tanto avances notables como desafíos culturales evidentes, reflejando las complejidades de la era contemporánea. Desde septiembre del año pasado, la comunidad de 2.000 personas asentadas a lo largo del río Ituí han experimentado los beneficios de la internet de alta velocidad. Para ellos, esta herramienta ha representado una auténtica revolución.
Ha posibilitado la salvación de vidas en situaciones de emergencia médica, ha mejorado la coordinación entre las distintas aldeas y ha facilitado el contacto con familiares distantes, transformando de manera radical la logística y el intercambio de información y recursos educativos. Sin embargo, junto a estos avances, internet también ha provocado desafíos que no pueden ser ignorados. La adicción a la pornografía, los videojuegos y las redes sociales se han manifestado como problemas latentes en esta nueva era digital.
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En la actualidad, los jóvenes marubo se encuentran en un momento de transición marcado por la apertura a un mundo más allá de sus fronteras forestales. Este nuevo escenario ha traído consigo cambios significativos en sus comportamientos y en la percepción de sus tradiciones ancestrales. La influencia de los videojuegos violentos, la pornografía y las redes sociales se ha hecho presente en su vida cotidiana, generando inquietud y debate entre algunos líderes tribales.
Tsainama Marubo, de 73 años, le comentó al New York Times que todos estaban contentos cuando el internet llegó a la tribu. Sin embargo, ahora las cosas han empeorado y los jóvenes se han vuelto perezosos. “Está aprendiendo las costumbres de los blancos”, afirma. Tsainama manifestó su profunda inquietud al observar cómo las generaciones jóvenes se distancian cada vez más de las prácticas tradicionales que han sido parte fundamental de la cultura y la identidad de su pueblo.
Alfredo Marubo, líder de una asociación de aldeas marubo, destacó la preocupación existente en torno a la exploración y compartición de contenidos desconocidos para los jóvenes en sus chats de grupo. La difusión de material pornográfico y videos explícitos ha despertado alarmas entre las cabezas de la tribu, quienes temen posibles modificaciones en el comportamiento sexual de la juventud.
En conversación con The New York Times, Alfredo reveló que algunos líderes Marubo han observado actitudes sexuales más agresivas por parte de los jóvenes de la tribu. "Todos están tan conectados que a veces ni siquiera hablan con su propia familia", añadió.
Frente a los problemas mencionados, era evidente que la regulación de los horarios de uso de internet es una medida necesaria para controlar los efectos negativos que puede tener en la sociedad, especialmente en el ámbito cultural y educativo.
Kâipa Marubo, padre de 3 hijos, valora el papel educativo de internet en la comunidad. Sin embargo, le molestan los videojuegos de disparos a los que juegan dos de sus hijos. "Me preocupa que quieran replicar lo que ven en los juegos", expresó al New York Times. El miembro de la tribu amazónica intentó eliminar los mencionados programas. Aún así, cree que sus pequeños podrían tener las aplicaciones escondidas.