Durante mucho tiempo, el único anticonceptivo que más se ha popularizado es el condón masculino: la estructura de látex que se amolda a cualquier tamaño de algún miembro viril. También tiene otros usos como las ecografías transvaginales, la colocación en los juguetes sexuales para utilizarlo como una forma de lubricarlos, incluso llegaron a ser parte de un reto viral que consistía en llenarlo de agua hasta que reviente en la cabeza de alguien. Sin embargo, también existe su otra variable: el condón femenino, también conocido como condón interno, que es más amplio a diferencia del masculino.
En cuanto al material, no hay nada distinto al condón externo (condón masculino): está hecho de látex, de nitrilo o poliuretano y lubricado por dentro y por fuera. Lo que cambia respecto al condón son cuatro aspectos: el tamaño, siendo más ancho y largo del condón normal cuando se saca de su envoltorio; el placer que se obtiene, ya que, según estudios, el placer es mayor en comparación con el condón común; sus anillos protectores, que está asegurado desde el inicio y el final de la estructura del condón, y la resistencia, que está hecha para soportar muchas más alteraciones.
Su precio varía entre los S/25 a S/30, el cual más caro que su competidor, el condón externo, puesto que su el costo de este varía desde los S/3 hasta los S/20 en las mejores marcas. También puedes adquirirlo gratis en las postas médicas de tu localidad.
Asimismo, las y los usuarios afirman que presenta mejor sensación respecto al condón común en el sexo con penetración, debido a que físicamente la lubricación, los anillos internos y externos y la fricción ayudan a la percepción del placer. También psicológica porque, según la investigación de UNFPA de Argentina, se halló que las mujeres y personas LGTBQ+ se han sentido seguras al elegir en qué momento colocarse el condón. Y, para el sexo sin penetración, es el que más protección ha demostrado, debido a que parte del condón protege las zonas menores.
Sin embargo, a pesar de su cualidad satisfactoria, no ha sido muy conocida y difundida; en Perú, mucho menos. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas y el Ministerio de Salud, las mujeres de cinco regiones del país están dispuestas a emplear el condón femenino, pues les hace sentir que tienen el poder de elegir sobre sí mismas y que no dependen de quién sea su pareja sexual activa.
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El condón interno debe ser aplicado en quien reciba la penetración y/o estimulación. Se puede colocar en dos zonas diferentes:
Para colocarlo, hay que seguir una serie de pasos para conseguir que el condón interno se quede plegado a las paredes del miembro sexual de quien lo posea.
¡Ahora estás lista o listo para disfrutar! Ten en cuenta que, para retirar el condón, es necesario que presiones los anillos abiertos para ir retirando, de a pocos, dicho preservativo de su sitio.
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¡Claro! Su protección es incluso mayor que la del condón masculino y posee un 95% de efectividad contra enfermedades de transmisión sexual (ETS) y contra embarazos. No obstante, esto no es todo, ya que posee otros usos: