Cada 26 de abril se celebra el Día del Pene para conmemorar la fertilidad y tomar conciencia sobre las enfermedades de transmisión sexual. Esta fecha tiene su origen en las festividades de Komaki, una ciudad de Japón, donde se festeja esta fecha al miembro viril desde el siglo XVII. Ese día las trabajadoras sexuales iban al santuario para pedirle a los dioses del sexo protección contra las infecciones.
Teniendo en cuenta la importancia que tiene el falo en la salud de cada persona del sexo masculino, con ayuda del sexólogo Christian Martínez y los urólogos Jorge Saldaña y Luis Velasco, recogimos los siete datos que toda persona debe saber sobre su sexualidad y salud viril.
Los urólogos señalaron que en cuanto a este dato es difícil dar un tamaño promedio exacto del pene, ya que en los estudios la persona es la que mide su tamaño y esa medida está supervalorada, pero, en general, las investigaciones dicen que está entre los 10 y los 14 cm de largo.
Los especialistas explican que la edad en que inicia el aumento del tamaño del pene es igual a la edad en la que inicia el desarrollo de la persona de sexo masculino y termina cuando concluye el proceso de desarrollo; es decir, se comienza a los 12-13 años y termina a los 18-19 años.
Otra duda que se presenta mucho en los hombres es sobre el tipo de falo que tienen. Y, aunque existan muchas formas y tamaños, cuando se habla de pene de sangre o de pene carne, se refiere a la variación del miembro de acuerdo a su erección. Si tiende a triplicarse de tamaño o más, es uno de sangre. Por otro lado, si solo crece unos centímetros cuando se erecta, es uno de carne.
“En el caso de los penes de sangre, no hay una medida. Puede tener 3 cm normal, pero un día entrenando en el gimnasio puede tener 4 y un día de verano 5 cm. Depende mucho del músculo que reacciona a ciertos estímulos, como el agua o el frío”, comenta Saldaña.
El sexólogo Martínez sustena que la eyaculación no es la única forma de obtener un orgasmo masculino.
“El orgasmo es la incentivación del sistema nervioso a través de una estimulación de varias partes del cuerpo. Una de ellas puede ser el glande, pene, las tetillas, los labios, etc. Uno puede llegar al orgasmo con cualquier parte, solo que nos hemos acostumbrado con los genitales”, dice Martínez.
En cambio, la eyaculación es la expulsión del semen que viene producto de la excitación o activación de la próstata y se expulsa por la uretra. “La eyaculación y orgasmo son distintos, que suceden uno después del otro. Algunas veces en tiempos muy muy cortos”, informa el profesional.
“No hay un tiempo exacto, pero lo normal es de 5 a 25 minutos”, indica Jorge Saldaña. Sin embargo, resalta que la erección puede durar lo que el hombre aguante.
Durante el sexo, el falo tiene un periodo refractario o latencia eyaculatoria, que es el tiempo desde que uno eyacula hasta que puede erectarse de nuevo. Según el doctor Luis Velasco, este va a depender de varios factores: la estimulación cerebral y manual que se le pueda dar al pene, la predisposición para tener sexo, el estilo de vida (consumo de alcohol, tabaco y más) y la edad.
“Una persona joven de 16 a 18 va a tener erecciones continuas con intervalos de tiempo muy cortos entre una y otra erección: puede pasar uno o dos minutos y se erecta nuevamente. Cuando el hombre tiene 25 o 30, ese tiempo se va alargando en 10 a 15 minutos; y ya cuando tiene 40 tiene que pasar una hora u hora y media. Ya de mayores de 60 años tienen que esperar un día”, detalla.
Muchas veces se habla solo del mal sabor del semen; sin embargo, el mismo pene también puede tener un mal sabor, el cual, según especialistas, va a depender de la alimentación e hidratación, ya que de esta depende la sudoración que le da sabor a la piel del pene.
En el caso de las personas no circuncidadas (las personas que tienen el prepucio largo), su glande va a sudar más, y al sudar más va a generarse un proceso de fermentación mayor y va a tener un olor y sabor más intenso que una persona circuncidada.
Para mantener bien aseado un pene, no es necesario tener muchos elementos, tan solo un jabón de glicerina o neutro y agua. Se tiene que limpiar el tronco, los testículos y sobre todo el glande, pues es en esta parte donde se pueden acumular más gérmenes.