Una de las fantasías sexuales más comunes, pese a que se encuentra prohibido y configura un delito, es mantener relaciones íntimas en espacios públicos, según el estudio “Dime lo que quieres: la ciencia del deseo sexual y cómo puede ayudarte a mejorar tu vida sexual”, de Justin Lehmiller, psicólogo social y experto en sexualidad.
En esa línea aparece el ‘dogging’, un término que no es nuevo, puesto que tiene sus orígenes en la década de los 70 en Reino Unido y hoy en día se ha convertido en una práctica sexual bastante popular.
El ‘dogging’ es un tipo de actividad sexual que realizan las personas que buscan pasar una sola noche íntima pero en lugares públicos, con el extra de ser vistos por los demás.
El significado de esta palabra se debe a que las personas salían al parque con la excusa de pasear a sus perros, pero realmente aprovechaban el momento para tener encuentros sexuales con desconocidos o simplemente para ver a otros realizando este acto sexual.
Generalmente se realiza en los lugares públicos como playas, bosques, baños públicos e incluso construcciones abandonadas. Sin embargo, es considerada como una práctica peligrosa, en parte por la exhibición porque esto ocasionaría multas y también por las relaciones sexuales con extraños que pueden implicar enfermedades.
De acuerdo con el portal web Psicología y Mente, el ‘dogging’ podría considerarse como voyeurismo por parte de la persona que mira dentro de las parafilias, y exhibicionismo para aquella persona que se exhibe sexualmente.
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