En medio de investigaciones, allanamientos y entregas a la Policía, en la Cancillería de la República se conoció la renuncia de los embajadores Manuel Rodríguez Cuadros, quien era representante permanente del Perú ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y de Harold Forstyh, quien ejerció como representante permanente del Perú ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Pese al hermetismo con el que se suelen manejar las crisis a nivel diplomático, se conoció que ambos dejan sus cargos por el nombramiento de Miguel Rodríguez Mackay como canciller de la República porque lo ven como un personaje polémico que no garantiza la continuidad de la política que vienen aplicando en ese sector.
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La República intentó comunicarse con Rodríguez Mackay, pero al cierre de la edición no respondió las consultas y en la Cancillería optaron por mantener la reserva de los motivos de las renuncias.
Lo que se conoció fue la carta de renuncia presentada por Manuel Rodríguez Cuadros el 7 de agosto, en la que se despide del presidente Pedro Castillo y señal que “en estos 11 meses se ha obtenido que los impactos negativos de la evolución inestable y compleja del sistema internacional no afecten o tengan efectos mínimos en el proyecto nacional”.
Fuentes de la Cancillería dan cuenta de un clima de inestabilidad por la presencia de Rodríguez Mackay, quien ha sido crítico del presidente Castillo y no genera confianza. En Torre Tagle muchos no se explican aún el motivo de su nombramiento.