Varios proyectos mineros se encuentran paralizados debido a los conflictos sociales. En el sur, para citar, figuran Corani en Puno y Coroccohuayco en Cusco. Ambos tienen problemas sociales con las poblaciones de su zona de influencia.
Esa misma situación la afronta Tía María, cuya licencia de construcción está sometida a revisión. Para el docente universitario Carlos Gordillo, son las empresas mineras las que deben cambiar. Primero, tienen que optar por nuevas tecnologías para despejar toda duda de contaminación ambiental.
Gordillo plantea, por ejemplo, en el caso de Tía María, la explotación subterránea y ya no a tajo abierto, como lo propone ahora. “Es posible hacerlo, pero la empresa se resiste a invertir más. Por eso, venden la idea de que solo se puede hacer a tajo a abierto”, dijo.
Gordillo plantea que las empresas mineras deben pensar en cambiar sus mecanismos de operación para ser más amigables con el ambiente.
En cuanto el Gobierno, también debe cambiar la burocracia y que esta sea transparente para evitar cuestionamientos como en Tía María. Se hizo muy rápido y eso causa dudas.