En estos días un pequeño poblado del Cusco es escenario de una antiquísima ceremonia de cultura viva en el mundo andino: la renovación anual del puente de cuerdas sobre el río Apurímac, más conocido como Q’eswachaka,En estos días un pequeño poblado del Cusco es escenario de una antiquísima ceremonia de cultura viva en el mundo andino: la renovación anual del puente de cuerdas sobre el río Apurímac, más conocido como Q’eswachaka (puente de cuerdas) que a partir del 5 de junio se realizará en el poblado de Quehue, provincia de Canas. La ancestral técnica de tejido andino ya es famosa en el mundo. Hace unos años, los alumnos del célebre Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) reprodujeron este puente para unir dos facultades en su local. Mientras que en Washington DC, el Instituto Smithsoniano hizo lo propio en uno de los parques más emblemáticos de la capital estadounidense. Lo cierto es que su técnica y la ceremonia de su renovación sigue sorprendiendo al mundo. Comuneros de Quehue unen fuerzas en un practica de la antigua Minka (trabajo comunitario incaico) para renovar su puente de casi 30 metros de largo sobre un angosto cañón formado por el río Apurímac (el “dios que habla”). El primer día mujeres y hombres unen esfuerzos para recolectar la qoya-ichu con el que luego trenzarán las sogas que sostendrán la base y las barandas del puente. Luego se realiza la ceremonia de pago al apu local, el Quisallallahui. Una vez terminada la faena, todo termina con un festival de danzas típicas de la nación Cana. Tres días de cultura viva a sólo 150 kilómetros al sur de la ciudad del Cusco. Desde el 2013, la UNESCO inscribió en su lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad al puente Inca Q’eswachaka “por los conocimientos, habilidades y rituales asociados a su renovación anual”. Pero años antes (2009) el banco Banbif fue elegido padrino de Q’eswachaka y cumple con el compromiso de colaborar con las comunidades actoras responsables de su renovación anual. Este año, empero, Banbif realizó el evento “Historias y aromas de Quehue” en una cena especialmente preparada por la chef Arlette Eulert con el objetivo de seguir difundiendo el valor del legado inca, así como los proyectos que tiene la entidad bancaria con las comunidades aledañas al puente Inca Q´eswachaka y, de paso, promocionar el turismo y gastronomía en la zona. Los proyectos inician en el año 2013 y son financiado por BanBif en alianza con el Patronato de Cultura Machu Picchu y otras ONGs. Está dirigido a beneficiar a las familias más pobres centradas en la comunidades de la zona de influencia del puente Inca Q’eswachaka. Los programas y proyectos se materializan en un trabajo permanente en desarrollo de capacidades, emprendimiento, mejora de condiciones de vida, inclusión social y economía inclusiva desde la tradición y cultura local de dicho Distrito. A diciembre de 2018, el resultado son 20 viviendas locales construidas e implementadas para el turismo rural comunitario en el distrito de Quehue; 10 familias en la comunidad de Percaro (anexo de Ccollana Quehue) y 10 familias en la comunidad de Huinchiri, siendo los beneficiarios directos veinte (20) familias de ambas comunidades propietarias de dichas viviendas. Este proyecto incluye la capacitación de las familias en la atención y buenas prácticas en turismo rural comunitario. Es importante resaltar que BanBif lanzó en el año 2010 la primera tarjeta de crédito en el Perú dirigida a apoyar y contribuir con nuestro patrimonio cultural, la tarjeta Visa Q´eswachaka. Un porcentaje del retorno de las tarjetas es donado al Patronato de Cultura Machu Picchu para que junto al BanBif realicen programas que mejoren la calidad de vida de las 500 familias de las comunidades que están a cargo de la reconstrucción del puente. La cena también sirvió para la presentación del libro “Q’eswachaka, tejiendo puentes”, con un registro de saberes, tradiciones y prácticas rituales del proceso de renovación anual del puente inca y sus principales comunidades protagonistas. El libro fue escrito por Carmen Arróspide Poblete, directora del Patronato de Cultura Machu Picchu y editado por BanBif, Padrino Oficial de la ceremonia de su reconstrucción anual.