Cargando...
Opinión

Recuperar el espacio perdido (Apec no basta), por Mirko Lauer

Los políticos del Congreso, que autorizan los viajes, no creen que haya terreno perdido ni que los viajes de Boluarte ayuden a recuperarlo. Se equivocan. 

larepublica.pe
Mirko Lauer

Hoy, América Latina está cruzada de insultos y ataques entre presidentes a través de las fronteras. El enfrentamiento de acusaciones que más resuena en los medios ahora es entre Nicolás Maduro y Javier Milei. Cabe notar que, en un momento, Dina Boluarte estuvo en el centro de este tipo de intercambios, pero ya no lo está. Sin embargo, aún tiene algunas puertas por abrir.

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ha decidido mantener el veto a Boluarte para su juramento como presidenta. El argumento formal es que Boluarte no es una mandataria elegida, y el argumento politiquero es que usurpó la presidencia del golpista Pedro Castillo. Sheinbaum no repite mucho esa idea de López Obrador, pero la acata.

Además de la mala sangre con México, Boluarte tiene algunos enemigos naturales entre las dictaduras del Caribe, que le reprochan haber descartado su origen en la ultraizquierda, que es exactamente lo que han hecho todas ellas. Pero, salvo Maduro, nadie en ese club está muy interesado en lanzar misiles verbales a Lima.

El agresivo aislamiento en que comenzó su gobierno le ha dejado a Boluarte unas intensas ganas de establecer una presencia regional y, si fuera posible, mundial. Más allá de lo que uno piense sobre Boluarte, Perú viene perdiendo terreno internacional desde 2016. Recuperarlo, aunque sea en módicas cuotas, es una tarea necesaria.

Pero los políticos del Congreso, que autorizan los viajes, no creen que haya terreno perdido ni que los viajes de Boluarte ayuden a recuperarlo. Se equivocan. Además, se comportan como ronderos, echando látigo o pidiendo mostrar el DNI para afirmar su autoridad. Para esas rondas no existe, propiamente hablando, una política exterior.

Para el Ejecutivo peruano, sí existe, pero para el Congreso peruano, no. En verdad, en estos tiempos, nuestros cancilleres y demás altos cargos de Torre Tagle deberían estar volando a tiempo completo, reencauchando la desinflada marca Perú. Aunque es complicado sonar en el mundo sin despertar celos en Palacio y la PCM.

Todavía hay tiempo para arreglar las cosas con México, en el contexto de un relanzamiento de la Alianza del Pacífico, por ejemplo. Quizás se podría comenzar por el lado de un intercambio cultural. Si no funciona, entonces, para esos días del cambio de mando mexicano, invitemos al Rey de España, que es un buen amigo del Perú.