Interrogatorios. Los espías, incluso Vicky Peláez, son interrogados en Moscú. Agentes del Servicio de Espionaje Exterior ruso usan detectores de mentiras para saber quién delató a los agentes infiltrados en Estados Unidos. Moscú. EFE. Los diez agentes rusos deportados de Estados Unidos que fueron canjeados por cuatro rusos condenados en Rusia por espionaje son sometidos a una investigación que incluye el empleo de detectores de mentiras, reveló el periódico Moskovski Komsomólets. El rotativo, que cita una fuente anónima de los servicios secretos rusos, indicó que la investigación tiene como objetivo establecer las causas que llevaron a la desarticulación de la red de agentes que actuó durante diez años en EEUU. “A fin de esclarecer todos los detalles, se llevan a cabo conversaciones, diversos test, que incluyen el empleo de detectores de mentiras. Pero este trabajo no puede llamarse interrogatorio”, precisó. Una de las líneas de la investigación se refiere a la posibilidad de que la caída de la red de agentes haya sido producto de una traición. “Son investigados funcionarios del SVR (Servicio de Espionaje Exterior), tanto en servicio como algunos que trabajaron en él hace diez años”, aseguró la fuente de Moskovski Komsomólets. Agregó que la búsqueda es un trabajo enorme, pues decenas de altos funcionarios del SVR, muchos retirados, tenían acceso a información sobre los agentes. Los diez agentes, que llegaron a Rusia el viernes pasado, tras el mayor canje de espías entre Moscú y Washington desde el término de la Guerra Fría, están en hoteles del SVR, en territorios cerrados, “donde no funcionan los celulares”. “En principio, pueden ser visitados por sus familiares, pero ellos no tienen derecho de abandonar el territorio”, subrayó el periódico, que destaca que la “concentración” de los agentes, todo ellos miembros de la plantilla del SVR, puede durar algunas semanas. Según la fuente de los servicios secretos, si se establece que los agentes no cometieron fallos graves en su trabajo en el extranjero, quedarán libres y podrán seguir su trabajo en el SVR o retirarse. Moskovski Komsomólets augura a uno de ellos, a Anna Chapman, la esbelta pelirroja de 28 años que ha sido bautizada por los medios como “agente 90-60-90”, un brillante futuro como presentadora de televisión. “De segundo nivel” Varios de los agentes rusos deportados a Moscú han decidido cambiar de identidad. “Han expresado su deseo de cambiar sus nombres y apellidos en el marco del programa de protección de testigos”, indicó un representante de los cuerpos de seguridad. La fuente subrayó que los deportados de EEUU “no se dedicaban personalmente al espionaje, sino que eran agentes infiltrados del llamado ‘segundo nivel’”. Según Interfax, esto significa que servían de enlace para transmitir información de inteligencia codificada, obtenida por otros agentes y oculta, en particular, dentro de las fotos publicadas en redes sociales. Los diez agentes rusos aceptaron un trato con la Justicia de EEUU para declararse culpables de actividades ilegales, aunque no de espionaje, a cambio de la retirada de cargos y su deportación a Rusia. Detienen a otro supuesto espía Autoridades estadounidenses detuvieron a una persona más relacionada con la investigación de la red de espías rusos infiltrados en EEUU, que podría ser deportada a Rusia, informó The Washington Post. Esta es la duodécima detención vinculada a la investigación que supuso el arresto de diez personas el pasado 27 de junio acusadas de ser agentes rusos “ilegales”, y de otro hombre que fue puesto en libertad con cargos y que está en paradero desconocido. El nuevo detenido es un ciudadano ruso de entre 20 y 30 años, que ingresó a EEUU en octubre y vivía en la parte oeste del país, pero del que no hay suficientes pruebas para acusarlo de ningún delito. Los únicos cargos de los que se le imputan son violaciones relacionadas con la ley migratoria.