Este martes 30 de marzo, tres vacunadoras contra la poliomielitis fueron asesinadas en el este de Afganistán, al día siguiente de que las autoridades lanzaran una campaña de inmunización nacional, informaron fuentes administrativas locales.
Las víctimas fueron ultimadas en dos ataques diferentes en Jalalabad, ciudad frecuentemente asolada por la violencia. “Iban casa por casa vacunando a los niños”, indicó a la AFP Wahidulá, su jefe directo, quien utiliza un solo nombre, como ocurre con muchos afganos.
Un funcionario de la oficina del gobernador de Nangarhar, provincia cuya capital es Jalalabad, confirmó los hechos.
Una de las víctimas realizaba este trabajo para ganar un poco de dinero y poder mantener a su familia, confió a la AFP su tío, Haji Maqbool. De acuerdo al portavoz del ministerio de Salud, la campaña fue temporalmente interrumpida en la provincia.
A pesar de que el virus de la poliomielitis ha sido erradicado en el resto del mundo, continúa presente en Afganistán y Pakistán, países donde la vacunación es vista a menudo con desconfianza.
Precisamente, la violencia ha obstaculizado las campañas precedentes en Afganistán, sobre todo en territorios que escapan al control del Gobierno.
A inicios del mes pasado, Afganistán recibió su primer medio millón de dosis de vacuna contra el coronavirus desarrollada por AstraZeneca, producidas y donadas por India.
La vacuna de la universidad de Oxford y AstraZeneca está siendo fabricada por el Serum Institute of India, y este primer lote llegó a Kabul como parte de un programa patrocinado por Nueva Delhi para distribuir la vacuna entre los países vecinos.