La isla de Sommarøy (Noruega) se ubica por encima del círculo polar Ártico, y en estas latitudes la percepción del tiempo cambia: en invierno el sol no sale, y sus veranos tienen 69 días sin noche. Por ello, sus habitantes están proponiendo convertirse en la primera zona libre de tiempo del mundo.
Los pobladores de Sommarøy tratan de llevar a la legislación una tradición por la que son conocidos. De hecho, cuando las personas visitan la isla, suelen dejar sus relojes en el puente que conecta este pueblo de pescadores con el continente.
“Para muchos de nosotros, obtener esto por escrito simplemente significaría formalizar algo que hemos estado practicando durante generaciones”, dijo a CNN Kjell Hveding, un trabajador de recursos humanos de 56 años que lidera la petición.
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“Aquí al norte del Círculo Ártico hay una vida totalmente diferente”, agregó.
Hveding describe los meses de verano como si fueran libres para todos: los niños y adultos pueden recibir llamadas telefónicas a las 2 am, cortar el césped a la medianoche o ir a nadar ‘de madrugada’.
“Cuando el gobierno está discutiendo la nueva ley sobre el invierno o el verano o sobre cómo cambiar el reloj, todavía nos estamos riendo aquí, porque no importa”, comentó Hveding a la CBC.
Hasta ahora, Hveding reunió aproximadamente 100 firmas, que representan un tercio total de la ciudad. La lista fue entregada la semana pasada a su parlamentario local.
De concretarse la medida, Hveding cree que las personas se volverán más impulsivas y eliminarán el estrés de un horario rígido de sus vidas. Sin embargo, no se podrá abandonar por completo los relojes, pues las personas tienen que trabajar, ir a la escuela y organizar reuniones.
“Nuestros cuerpos cuerpos se han adaptado a este ciclo de 24 horas generado por la rotación de la Tierra. Realmente no podemos ir en contra de la evolución, y eso es lo que está sucediendo en esos lugares. Vas en contra de lo que estamos programados para hacer”, argumenta Hanne Hoffman, una científica de la Universidad Estatal de Michigan.
Es difícil saber si pobladores de enclave de Noruega hayan adquirido un reloj biológico diferente, pero en cuanto a las personas que viven en latitudes menos extremas, muchas de las funciones y actividades normales de su cuerpo, como dormir, despertar, comer e ir al baño, sigue el cliclo de 24 horas.