Por: Mireya Fabian
Desde hace cinco años, un promedio de 30 jóvenes arriba al asentamiento humano Villa Estela en Ancón para compartir sesiones de lectura con escolares de entre 8 a 12 años, que los esperan entusiastas en el colegio César Vallejo. El voluntariado Educa Ancón forma sueños, fantasías y también conocimiento. Camila Vásquez y Esteban Vizcardo explican más sobre ello.
¿A qué objetivo apuntan como voluntariado?
CV: A contribuir a que los niños tengan mayor disposición a la lectura. Que imaginen, que se cuestionen, que reflexionen, pero que sobre todo propongan. Aquí ellos son agentes de su propio aprendizaje.
EV: Niños dispuestos a leer y que disfruten haciéndolo.
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‘Educa’ brinda un espacio alternativo a la escuela, enfocado en la lectura.
CV: Es importante saber que los niños asisten porque quieren y porque aman leer. Es increíble, los ves echados en el jardín disfrutando de un espacio que podría llamarse “formativo no convencional”. Les damos herramientas de aprendizaje, pero ellos disfrutan de leer en el lugar que hay.
¿Cómo fue impulsar el proyecto en Ancón, donde hay realidades complejas?
CV: Algo que más me chocaba es conocer las responsabilidades que a su edad tenían los niños. Unos tenían que cocinar para sus hermanos, trabajar en las avenidas con sus mamás o en el mercado. Otros vienen con sus hermanitos pues deben cuidarlos.
EV: Acabada la escuela, se van solos a sus casas, no los recogen, ya sea porque los papás estén ocupados por trabajo o algo. Se agencian solos.
¿Por qué es importante fomentar la lectura en niños?
EV: Creo que les ayuda mucho a expandir su mente, a ver otras realidades más allá de la que ellos viven, además de aprender todo lo que pueden de eso que leen.
CV: La lectura es una herramienta para la vida, hace que se sientan inteligentes además de libres. No solo es fantasear. Leyendo en el aula, con sus voluntarios, están encontrando formas de aplicar algo nuevo que les dará una mejor calidad de vida.
¿Cómo sacan adelante el voluntariado?
CV: De manera independiente. Los libros y materiales que utilizamos en cada sesión son donaciones. Para lo demás, hacemos todo tipo de actividades profondos, aquello que nos pueda dar dinero para solventar refrigerios y materiales.
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Acompañan a los niños en una etapa crucial, la primaria. ¿Qué emoción les da?
CV: Haber visto a mis niños acabar la primaria es increíble. Observar cómo pasan de disfrutar un cuento tan simple a estar en sexto grado, hablando sobre temas como el feminicidio o temas de corrupción. Se apropian no solo de lo que les damos, sino de lo que aprenden ellos mismos en cada sesión.
¿Cuál es la satisfacción más grande que se llevan como miembros del programa?
EV: El empoderamiento de los niños y su evolución. Con el tiempo se dan cuenta que saben, que han aprendido, preguntan, cuestionan.
CV: La mayor satisfacción ha sido ver muchos rostros felices, que han aprendido algo que les servirá para toda la vida.
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¿Apuntan a llegar a otros colegios de Lima?
CV: Nos han buscado, pero siempre digo “nosotros encantados, pero no tenemos recursos, libros”. Por eso estamos buscando personas o empresas interesadas en hacer todo tipo de donaciones.