Luis Pásara: “Un grupo del gobierno representa a los grandes intereses económicos”

Entrevista a Luis Pásara, docente e investigador y miembro honorífico del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca. Entrevista,Luis Pásara sacará en julio un nuevo libro titulado La ilusión de un país distinto, con entrevistas a 30 personajes de distintas profesiones. Es parte de su empeño personal por tratar de entender al Perú. Doctor en derecho, vive en Salamanca, España, pero vino a Lima a dictar clases en la PUCP. Antes de su regreso, conversó con La República. PUEDES VER PPK: prioridad del gobierno es la lucha contra la corrupción Vive fuera desde hace 30 años. ¿Qué impresión se lleva del país en esta nueva visita? Vine entre marzo y abril, con los huaicos e inundaciones. La respuesta del gobierno, rápida y eficiente, despertó la ilusión de que algo podía hacerse bien. Dos meses después, parece, eso se acabó… ¿La ilusión? Sí. Por eso la sensación es de desconfianza y hasta de desesperanza. Eso incluye lo que pasa con Toledo, Moreno, García y Humala, hasta el escándalo de Pura Vida. Es lo que uno percibe cuando se habla con gente en la calle. Cuando hablé con usted por la publicación de su libro de conversaciones ¿Qué país es este?, me dijo que había encontrado algunos cambios para mejor. Es verdad. En ese libro recogí ciertos cambios de relevancia. Uno ya no puede decir “cholo de mierda” sin recibir una reacción contraria, fuerte y merecida. Y hay empresarios que piensan diferente a la lógica del “cholo barato”. Esos cambios son reales e importantes. A lo que me refiero ahora es a un estado de ánimo que se percibe bastante bajo. ¿Por qué razones? Hay muy buenas razones. Estamos comprobando que las instituciones no funcionan. Nos enteramos de cosas porque en Brasil salta el escándalo, porque en Panamá salta otro escándalo. De lo contrario, seguiríamos tomando Pura Vida. Ya sabíamos que la justicia no funcionaba, pero suponíamos que Indecopi sí lo hacía. Una de esas famosas “islas de eficiencia” del Estado peruano. Junto al Banco Central, a la Sunarp... Y las reguladoras. Y resulta que las reguladoras no funcionan. Indecopi es un cuento. Tenían denuncias, ya sabían del tema Pura Vida y no hicieron nada. La sensación es que no solo existen redes de corrupción sino que estas controlan el poder. Lo de Pura Vida no es algo en lo que uno piensa si le hablan de corrupción, aunque puede causar tanto a o más daño. Ya que los ha mencionado: ¿Qué le sugieren los nombres de Toledo, Humala y García? Usted sabe que yo he trabajado mucho tiempo temas de justicia, pero hay una pregunta que nunca pude responder. Hemos esperado a que Toledo se vaya del país para, recién, pedir su detención. La extradición desde Estados Unidos no va a ser concedida… ¿Le parece? Me parece, porque Estados Unidos muy difícilmente concede extradiciones. Y sobre Humala: ya no sé cuántos soldados han salido a decir lo que pasaba en Madre Mía y sigue libre. O miremos a Félix Moreno. Entonces uno se pregunta: ¿qué prevalece?, ¿la ineptitud o la corrupción? Quizás ambas. O las dos cosas. La gente piensa que todo esto se explica por la corrupción. Yo tengo mis dudas. También puede ser ineptitud. El Ministerio Público no tiene capacidad de investigación. Se afirma que después de Brasil, el Perú es el país que más ha avanzado en el caso Lava Jato. Creo que ya casi nadie duda de la responsabilidad de Toledo. Hay una condena social, como la de Alan García. Todos sospechamos de García. Algunas cosas no se le probaron, otras prescribieron en un aparato judicial lleno de apristas. Y García sigue libre, predicando honestidad y decencia. La condena social existe, sin embargo, no es suficiente. Sin condena real, se siembra desesperanza. ¿Cree que el caso Lava Jato avance en el Perú? Yo temo que se encapsule, se aísle. Es decir: que se cierre Odebrecht y listo. Lo que ocurre es que el problema no es solo Odebrecht. Hay personas que tienen cosas por aclarar, incluido el presidente Kuczynski, ex ministro de Economía y ex premier. No estoy muy seguro de que a Kuczynski le interese que Toledo vuelva. Esa desesperanza que dice tener, ¿ha sido impulsada por la gestión del actual gobierno? Pensé que Kuczynski, a su edad, que es un poco mayor que la mía, no iba a seguir con su juego. La suya es una trayectoria de lobista. Pensé que quería dejar… ¿Una huella importante? Un buen nombre, y Chinchero es el ejemplo de que el lobby es más importante que cualquier otra cosa. A Fiorella Molinelli, persona clave en la historia, la han premiado con otro viceministerio. ¿Por qué? Fuera del discurso del destrabe, ¿ve algún proyecto de país en este gobierno? El programa de Kuczynski nunca ofreció una visión de país. El punto central era agua potable para todos, lo que no está mal, al contrario. Sin embargo, eso no es suficiente para un proyecto nacional. El agua potable es un gran proyecto de obra pública y constructoras. ¿Considera, como otros, que el Ejecutivo y el Congreso seguirán en colisión directa? El enfrentamiento es fuerte y complicado. No está claro si Keiko desea que su padre salga de prisión, o si desea que Kuczynski acabe su mandato. Imagino que estas son permanentes dudas estratégicas dentro del fujimorismo. Y del lado del gobierno, también se percibe una gran confusión. Veo varias luchas inestables. En su libro ¿Qué país es este? no conversa con políticos. ¿Los rehuyó, no? Quizás. Es que mi impresión de los políticos es deprimente. No quise tener a ninguno (risas). ¿Qué piensa de los políticos nacionales? En el Perú no hay casi nadie en la escena política que represente el interés general. Hay quienes representan intereses particulares, concretos, empresariales. Hay un grupo fujimorista que vela por las universidades chicha. Hay un grupo del gobierno, cuya personalidad más importante parece ser Cecilia Blume, que representa a los grandes intereses económicos. ¿Quién defiende el interés general? La idea de la democracia. Exacto. Por encima de los intereses particulares deben estar los intereses de todos, para que no nos den gato por leche, ¿no es verdad? El interés de Gloria es darnos gato por leche, pero alguien debe representar a quienes queremos tomar leche de verdad. ¿Y quién lo hace? No hay, por más que se mire en todo el espectro. Y no hemos hablado de la izquierda, que está en una situación penosa. Desde hace tiempo. Eso es cierto. La ambición personal en política es muy legítima, no obstante, debería haber un intento de ir más allá de eso. Eso es lo que falta.