GfK: Peruanos en regiones piden mayor empleo formal y obras públicas

Última Encuesta Nacional Urbano Rural de GfK revela que en el centro del país esperan mejoras en atención en salud, mientras que en Lima la prioridad es el combate a la delincuencia. En tanto, el 31% aprueba gestión de Pedro Pablo Kuczynski.,Mientras el país enfrenta los embates del denominado 'El Niño costero' y se empieza a hablar del proceso de reconstrucción, las demandas de la población siguen creciendo. Según la última Encuesta Nacional Urbano Rural de GfK para La República, el 23% de los peruanos espera que el gobierno cree mayor número de empleos formales, que se ejecuten más obras públicas (22%) y que se detenga a los delincuentes (22%). PUEDES VER: ¿Qué es el 'Niño Costero' y por qué está generando tantas emergencias en Perú? | VIDEO No obstante, las prioridades en regiones se diferencian, por ejemplo, tanto en el norte como el oriente, la población demanda la creación de más empleos formales; mientras en el centro del país piden mejoras en la atención en los hospitales y postas (46%). En tanto, en Lima, el combate a la delincuencia es la demanda principal, mientras que en el sur esperan que el gobierno ejecute más obras públicas. Para el politólogo Eduardo Dargent, se tendría que evaluar si estas demandas se sostienen a largo plazo o si responden a la coyuntura actual. Explicó que muchos de estos reclamos podrían estar vinculados con los efectos generados por la crisis climática. Se detiene caída de ppk La encuesta –realizada entre el 18 y el 22 de marzo– revela que la aprobación del presidente Pedro Pablo Kuczynski pasó de 29% a 31%, dos puntos porcentuales más que el mes anterior; no obstante, si bien indica que se detuvo la caída, estas cifras todavía se encuentran dentro del margen de error. En contraparte, el 60% desaprueba la gestión de Kuczynski. El promedio de aprobación presidencial en los últimos tres meses alcanza el 32%. También se muestra un incremento de las personas que consideran que el jefe de Estado está cumpliendo su promesas electorales con 32%. "Se detiene la caída. Especulando, diera la impresión que hay un efecto de que la crisis ayuda un poco. Esto se sostiene, además, con la evaluación de los ministros", comentó Dargent a La República. Gabinete en alza En ese aspecto, la popularidad del gabinete ministerial subió siete puntos porcentuales, al pasar de 23% a 30%. Asimismo, la aprobación del presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, creció en cuatro puntos, pues alcanza 34%. En contraste, el 46% rechaza su gestión. Un detalle importante es que, por ejemplo, en el oriente, el gabinete ministerial y Zavala tienen un mayor respaldo con 43% (crece 13 puntos) y 47%, respectivamente. El ministro con mayor aprobación es el titular de Cultura, Salvador del Solar, con 43%. Eduardo Dargent considera que estas cifras responden a la mayor exposición de los ministros en los medios de comunicación como la televisión abierta durante la respuesta a los desastres naturales en las que se les ha visto recorriendo el país. Enfoque Oportunidad y urgencia Hernán Chaparro (Gerente GFK) Las circunstancias y la reacción del gobierno con relación a lluvias y huaicos han detenido la caída que, en los últimos meses, se venía dando en la evaluación de la gestión de PPK. Un 31% vs. el 29% de febrero no es “subir dos puntos”. En términos estadísticos es equivalente, pero es indudable que es una señal de que el gobierno tiene una oportunidad para recuperar el apoyo ciudadano. Solo la evaluación de los siguientes meses permitirá interpretar mejor las cifras y el sentir colectivo. El comportamiento del conjunto de ministros ha sido muy importante en esta coyuntura. El despliegue y movilización que se inició hace unos días ha llevado a que la aprobación del gabinete suba siete puntos porcentuales. Eso sí es una diferencia estadísticamente significativa. Algo semejante se puede observar cuando se ha preguntado por algunos nombres en particular. La mejora en la evaluación del Ejecutivo se da en Lima y la zona Centro del país así como en los sectores medios y altos. Los más críticos siguen siendo las zonas Sur y Norte, así como las personas de menores recursos (niveles D y E). Ahí la izquierda y el fujimorismo han tenido o tienen mayor respaldo. Preguntamos qué tiene que hacer el gobierno “para sentir que está haciendo algo por usted/por su mejoría” y las respuestas son muy interesantes por las diferencias que hay entre niveles sociales y zonas geográficas del país. El interior tiene una agenda muy distinta a la limeña. En este último es la mejora en seguridad ciudadana lo que más se menciona. En el interior es trabajo, obra pública de impacto directo (“en mi barrio”) así como evitar que suban los alimentos y que mejoren los servicios de salud. Algo semejante ocurre por nivel socioeconómico donde trabajo y obra pública es lo que más se demanda en los niveles con menores recursos mientras seguridad es lo que se pide en los sectores altos. Liderar la reconstrucción, tomando en cuenta estas demandas, es una alternativa Enfoque Su aprobación se desplomó Paula Muñoz (Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico) La aprobación del alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, cayó 13 puntos en un mes. Hasta ahora el gestor edil destacaba frente a los deslucidos niveles promedio de aprobación de las autoridades políticas peruanas. Esta excepción podría estar llegando a su fin. Por primera vez desde que inició su gestión, la desaprobación del alcalde Castañeda (62%) supera largamente su aprobación. Una mirada de los últimos meses muestra un descenso progresivo que se habría acelerado en los meses de verano. Pero lo más interesante es que esta caída está influenciada sobre todo por cómo lo están evaluando los sectores socioeconómicos más bajos. En D/E, su otrora sólido y solidario bastión de apoyo político, la caída de aprobación ha sido de 17 puntos porcentuales (frente a 13 en A/B y 10 en C). El campo de esta encuesta fue realizado después de que la emergencia por El Niño costero llegara a Lima, afectando sobre todo a zonas habitadas por ciudadanos de menores recursos económicos. La emergencia muestra que su estilo del político mudo que solo comunica con “sus obras”, grandes o a nivel barrial, tiene límites y grandes costos. Se ha hecho evidente la ausencia de planificación y políticas de prevención. También se pone en duda la calidad de sus obras y queda pendiente evaluar posibles malos manejos. Y la actitud del alcalde, escondido, incapaz de ser autocrítico y dar la cara contrasta con una mejor gestión de crisis desde el Ejecutivo. Sin duda, el momento más difícil del alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio. Enfoque Los efectos de una tregua de corto plazo Eduardo Ballón (Antropólogo) La encuesta de GfK evidencia la “tregua” que los desastres naturales y la tragedia han abierto en el país. Realizada entre el 18 y el 22 de marzo, aquella registra un leve incremento en la aprobación del Congreso de la República, que asciende de 21 a 23%; los dos puntos que desciende en su desaprobación que se ubica este mes en 67%. La suspensión de la interpelación y eventual censura del ministro Vizcarra, resulta así reconocida de alguna manera por la opinión pública, que percibe también el relativo “silencio crítico” que se han autoimpuesto nuestros representantes. La magnitud del desastre natural y humano así lo exigía. La presidenta del Congreso, Luz Salgado, quien fue una operadora significativa de la “solución” que se encontró al bloqueo de la interpelación, recoge también ese resultado e incrementa su aprobación en 4 puntos, ganando a varios de los “no sabe-no opina” de la encuesta del mes pasado; ello, aunque su desaprobación desciende solo un punto. No obstante ese ligero cambio en la percepción de los entrevistados, la encuesta muestra un incremento de 5 puntos en quienes valoran la relación entre el Ejecutivo y el Congreso como conflictiva (41%) y un retroceso de un punto en quienes lo hacen como cordial (8%). En esta respuesta, interviene indirectamente el relativo reconocimiento que ha obtenido el gobierno con su respuesta colectiva al desastre, pero también la intuición de la gente que cree que, concluida la emergencia, volveremos a “más de lo mismo”. No basta pues con un Congreso “silencioso” ni con representantes dando vueltas por el país. La tregua “mejora”, aunque muy poco, las percepciones. Pero es de corto plazo.