Policía héroe sacrificó su vida salvando a niños y ancianos

tumbes. Suboficial brigadier Ántero Llaque Otero dejó sus labores de inteligencia y se sumó al rescate de personas atrapadas por desborde de río Tumbes. Tenía 27 años de servicio.,“Sacrificó su vida por nosotros”, aseguró con insistencia Juvenal Julca Berrú, un hombre discapacitado de 61 años, quien vio la muerte de cerca durante el desborde del río Tumbes. El jueves último, el suboficial brigadier Ántero Llaque Otero murió mientras ayudaba en el rescate a este poblador y a otros damnificados por las lluvias y huaicos en esa región del país. Varios niños y ancianos sobrevivieron, pero el policía cayó fulminado por un paro cardiorrespiratorio, en plena acción de servicio.Don Juvenal sostuvo que el policía lo salvó cuando quedó atrapado en el río, en medio de la ciudad. Recalcó que se sacrificó por él, lo tiene muy presente. Dice que nunca se le va a quitar de su cabeza.“Claramente recuerdo su rostro cuando me decía ‘todo está bien, no te preocupes, tío’”, señaló este poblador.“¿Cómo lo pagamos?”Llaque se convirtió en un héroe para esas personas y sus familias, quienes saben que ofrendó su vida salvando la de su prójimo.“¿Con qué le pagamos?”, se preguntó el pequeño Willy R.H. (09), quien también fue rescatado por este valeroso suboficial. “Todo pasó en cuestión de segundos”, recordó Luzmila Hidalgo.Con 27 años de servicio en la institución, este agente realizaba labores de inteligencia contra el crimen organizado, pero también de búsqueda, rescate y apoyo a la ciudadanía”, reveló el general Orlando Velasco, jefe de la Aviación Policial.“Este efectivo es una víctima de los embates de la naturaleza”, explicó el oficial. Sus restos fueron traídos a Lima la noche del jueves. La madre del efectivo, su esposa y sus hijos acompañaron el traslado. “Es lamentable, pero es la labor de la Policía”, indicó Velasco.dolor, aflicciónDurante el velatorio, el dolor y el silencio solo fueron interrumpidos por murmullos quedos. Entonces surgió el conmovedor llanto de su cónyuge. “Fuiste un hombre generoso, valiente, decidido”, dijo la afligida mujer, quien evitó identificarse por las labores propias de Ántero.“Con hombres como tú haremos un Perú de esperanza”, fue lo único que dijo su hija Kiara. Ella también prefirió no declarar en su casa de Villa María del Triunfo, donde fueron velados los restos.El momento más conmovedor, que se vio reflejado en que la gente se secara las lágrimas o se abrazara con un familiar, fue cuando uno de los seis hijos del suboficial Ricardo Rivera dejó una flor y su gorra safari sobre el féretro.Sus vecinos en Tablada de Lurín también se sumaron al dolor. “¿Por qué, Dios mío?”, repetía Lucía Cruz, vecina de la calle Flora Tristán.era agente encubiertoLlaque Otero trabajaba como un agente encubierto. En su hoja de vida aparecen felicitaciones porque se había infiltrado en grupos criminales y sobresalía por su deseo de acertar en las investigaciones.Uno de sus hermanos resaltó que Ántero venía realizando labores de inteligencia en las regiones más convulsionadas por la delincuencia. A los 44 años fue destacado a Tumbes, donde participó en la desarticulación de diversas bandas delictivas y en otras capturas importantes como la detención de Gerardo Viñas, ex presidente Regional de Tumbes, quien fue atrapado en Ecuador tras permanecer dos años prófugo de la justicia.Fue un policía ejemplar, muy estudioso, con cursos de capacitación en el extranjero.“Realizó cursos de especialización en inteligencia en Brasil y en Colombia”, recordó un amigo de su promoción.❧ VIRGILIO GRAJEDA