“Poner creencias por delante de evidencias es peligroso”

José Miguel Mulet. Bioquímico español. Crítico de la comida orgánica. Experto en vacunación., Escuchándote uno pensaría que tu dieta es McDonald’s, jugos de caja y comida chatarra… Te puedo decir que no es cierto, entre otras cosas, porque estoy a dieta ahora. Y ahora estoy comiendo bastante fruta y bastante verdura, pero que no sea orgánica por favor (risas). ¿De verdad tienes un prejuicio contra la comida orgánica? No. Simplemente es que es más cara. Y para qué vas a pagar más por algo que sabes que no es mejor. ¿La defensa de la comida orgánica es más mística que científica? La nutrición es un tema de salud y, como tal, es un tema científico. Entonces, exponer las creencias por delante de la evidencia siempre es muy peligroso. A ver, un judío comerá kosher, un musulmán comerá halal, pero eso no quiere decir que sean dietas más sanas o más equilibradas… Claro, es una elección religiosa. Pues eso pasa también con comer orgánico. Tú puedes comer orgánico si está de acuerdo a tu filosofía y es algo que respeto mucho, pero nada te garantiza que vaya a ser una mejor comida y una comida más sana. ¿Por qué lo apoyan tantos gobiernos entonces? Porque está muy de moda, porque es un tema que cae muy bien a los votantes, porque suena muy bonito, pero cuando tú lo miras desde la óptica de la ciencia, ningún estudio muestra que sea mejor para la salud ni el medio ambiente. Tú también eres un defensor de preservantes y aditivos en la comida. De los que están autorizados. Como digo en mi libro, mejor es conservante en mano que salmonella volando (risas). Un agricultor, y yo soy nieto de agricultores, no pone un insecticida o herbicida por gusto o porque quiera envenenar a la gente. Para él es gasto y trabajo, pero si lo hace es porque quiere una buena cosecha. Los ecologistas acusan a las grandes corporaciones por el estado del medioambiente. Hombre, me hace mucha gracia lo de los ecologistas. En origen tenían una lógica e ideas con las que en gran parte yo podría estar de acuerdo, pero hace mucho tiempo que han perdido la orientación inicial y ahora no son más que una gran multinacional. Pregunta cuánto cobra un líder de GreenPeace. ¿Qué es lo más absurdo que les has oído en propaganda ecologista? Eso de que el ganado ecológico es ganado feliz… Sí, sobre todo cuando va al matadero. (risas) ¡Es que he oído tantos! Que no se puede hacer transgénicos porque no son naturales. ¡Si todo lo que cultivamos es fruto de hibridaciones y técnicas no naturales! Uno de los argumentos contra lo transgénico es que no se sabe qué efecto tendrá en nuestro organismo. Argumento falso. ¿Por qué? Antes de salir al campo, un transgénico tiene que haber superado muchos más controles que cualquier otro alimento. Un ejemplo: el maní. Mucha gente come un maní y se muere, porque es uno de los alérgenos más potentes que existen. Un transgénico que provoca alergia nunca podría salir al campo, porque es una de las muchísimas pruebas que tiene que superar. ¿Alguna vez los ecoambientalistas te han hecho un plantón? De insultarme me insultan por redes sociales, pero luego al debate no se presentan. O cuando se presentan maldicen el día en que nacieron (risas). Hay un sector de ecologistas a los que respeto mucho, y que son los que tienen base científica y que sus argumentos los basan en la ciencia. Hay otro sector que es muy integrista, que es como discutir de religión. A ver, tú a un creyente no lo vas a convencer nunca de que Dios no existe porque son sus creencias y con creencias no puedes debatir. Has venido a hablar de vacunas y hay una tendencia a oponerse a vacunar a sus hijos… Sí, es un problema muy grave tanto en Europa como aquí. Y el problema es que ahora que muchas enfermedades, como polio o sarampión o paperas, han vuelto por culpa de grupos antivacunas… ¿Y oponerse a vacunar a un niño no es un delito? Hay países donde la vacunación es obligatoria, pero en otros, sobre todo europeos, donde es electiva. En España, por ejemplo, vacunar a las mascotas es obligatorio, pero vacunar a los niños es electivo. Tú dices: ¿Estamos locos o qué? El resultado es que en enero se murió por primera vez un niño de difteria en los últimos 30 años, por culpa de unos padres que decidieron no vacunar a su hijo. La ficha Nací en Denia (España) hace 42 años. Me licencié en Química por la Universitat de València y soy doctor en Bioquímica y Biología Molecular (2001). Ahora, soy profesor de biotecnología en la Politécnica de Valencia. Me dedico a desmitificar creencias en torno a la alimentación "natural". He publicado Comer sin miedo, Medicina sin engaños y Los productos naturales ¡vaya timo! Vine a Lima para participar en la Semana de la Vacunación de las Américas.