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Género

Qariwarmi: una apuesta por visibilizar la diversidad sexual en la comunidad científica del Perú

José, Naomi y Johnny son investigadores peruanos y miembros del proyecto Qariwarmi, una plataforma que busca difundir los aportes de los investigadores LGTBIQ+ en la comunidad científica.

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Qariwarmi

Por: Abel Cárdenas y Diana Bueno

En el tiempo de los incas, los Qariwarmi cumplían un rol sumamente importante para la comunidad: eran chamanes que establecían conexión directa entre ellos y el dios Chuquichinchay, deidad de dos géneros. Pero ahora han tomado una nueva forma, han dejado de lado las abstracciones esotéricas y la chamanería para convertirse en investigadores y promotores de la ciencia en el país, aunque sin perder su pilar central: representar a las diversidades sexuales.

Así nació el nombre de la primera Red Peruana de Investigadores LGBTIQ+, una plataforma que busca promover la diversidad e inclusión en la comunidad investigadora del país. Sus historias demuestran que aun en una sociedad que discrimina y violenta a la comunidad LGTBIQ+, continúan luchando contra todas estas trabas para lograr sus sueños.

Qariwarmi

Tu identidad de género no define cuán lejos puedes llegar en la vida

“Todavía somos discriminados en diversos ámbitos de la sociedad, pero desde la ciencia podemos (trabajar para) acabar con el mito de que hay algo mal dentro de nosotros o que es antinatural”, cuenta José, un chico trans que, pese a los problemas estructurales que todavía las y los invisibiliza socialmente, así como vulnera sus derechos, ha demostrado que su identidad de género no es impedimento para surgir en su profesión.

A sus 25 años, recuerda que la ciencia estuvo presente en su vida desde muy pequeño y, hasta ahora conserva esa curiosidad extrema que solo personas de ciencia mantienen con el paso del tiempo. “Desde el colegio siempre fui muy curioso. Me gustaba saber cómo pasaban las cosas, cómo funcionaban desde adentro”, rememora.

Eventualmente, José se dio cuenta de que no era solo un gusto de niño, sino el camino que deseaba seguir a lo largo de su vida. “La curiosidad me impulsó a estudiar Biología y a especializarme en el área molecular; es decir, al estudio de todo lo más pequeño que hay dentro de una célula y cómo interactúa para hacer que esté viva”, explica, con la precisión y sencillez que predomina en los especialistas de la materia.

Sin embargo, el camino no fue fácil. Lamentablemente, el machismo normalizado en nuestra sociedad así como la discriminación a la comunidad LGBTIQ+, especialmente a las personas trans, provocaron que el descubrimiento de su identidad sexual se convierta en un proceso doloroso y estigmatizante.

“Yo soy un chico trans, entonces para mí la universidad fue ese espacio donde inició el descubrimiento de mi identidad. Creo que a pesar del apoyo de mis amigos, incluso de mi jefa del laboratorio donde trabajaba, tenía temores y miedos que eran más internos”, revela, y reconoce que todavía hay factores dentro de la universidad que generan incomodidad para una persona trans, como la ausencia de baños neutros, o la falta de espacios más inclusivos para poder denunciar algún tipo de discriminación.

Pese a eso, José no perdió su objetivo de convertirse en investigador de alto nivel y siguió su camino con el apoyo de sus compañeros. Motivo de su esfuerzo y dedicación, logró graduarse satisfactoriamente en el 2019, e inmediatamente ingresó a trabajar en el laboratorio de proliferación y regeneración celular de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Pero no solo eso, ahora está postulando a un programa de maestría en una universidad de Australia.

Y hay más: desea cursar un programa de doctorado para subir a las grandes ligas del mundo científico. “Quiero ser un orgullo del Perú, no solo de la comunidad [LGBTIQ+]”, resalta. Además, también desea involucrarse en la difusión de la ciencia, porque reconoce que, ante la poca claridad científica, la especulación les ha ganado varias batallas. “Me gustaría relacionarme más con la difusión de ciencia, porque a veces en la teoría y en la academia se pierde mucho al querer llegar a personas de otras carreras. Quisiera que la difusión de ciencia sea sencilla y no haya espacio para la especulación”, declara con seguridad.

La historia de José es un ejemplo claro de que los tiempos están abriendo un horizonte de inclusión y tolerancia en el mundo de las ciencias: “Cuando decidí contarle sobre mi identidad a mi jefa, me moría de miedo, pero su reacción fue la más amable, la más comprensible. Su respuesta fue: ‘tú sabes que aquí no nos importa eso y que te vamos a apoyar igual’. Se sintió como una familia. Fue muy bonito”, narra, emocionado, José.

Existen más investigadores LGTBIQ+ dispuestos a dar una mano

En el mundo de la ciencia, menos del 30% son mujeres, según datos de la Unesco. Sin embargo, cada vez son más las niñas que, pese a los estereotipos y las brechas de género, sueñan con convertirse en científicas.

Esto ocurrió con Naomi, una joven nikkei de 25 años, a quien siempre le interesó la ciencia y, por ello, no dudó en estudiar Biología. Aunque inicialmente su familia se opuso a su decisión porque no es una “carrera típica”, logró convencerlos tras varias conversaciones.

Durante sus primeros años de estudio empezó a cuestionar absolutamente todo lo que tenía al frente. Desde la falta de visibilidad de la comunidad LGTBIQ+ en los eventos de su universidad, el sistema heteronormativo bajo el que todo se rige y hasta las técnicas de enseñanzas en Biología que legitiman los roles de género.

“Durante mis años de pregrado estudiando Biología, siempre sentí que en mis estudios faltaban las humanidades. Creo que la falta de estos cursos conlleva a sesgos de género y otras formas de opresión en carreras de ciencias naturales”, explica Naomi.

Naomi Qariwarmi

Esa falta de enfoque humanista en su profesión fue lo que la llevó a especializarse en Bioarqueología, ciencia que estudia los restos humanos en contextos arqueológicos. “Tiene todo lo que me gusta: historia, cultura, biología, lenguaje, anatomía, etc”, indica.

También reconoce que, como todo saber científico tradicional no contempla un enfoque de género. Por ejemplo, cuenta que en Arqueología una de las técnicas clásicas es concluir si los esqueletos han sido hombres o mujeres. No obstante, advierte que “por más que tu esqueleto diga que eres masculino, tu identidad de género podría ser femenina o no binaria”.

Fue en esta época, cuando tenía 18 años, que la joven bióloga se aceptó y se reconoció como una persona bisexual, una orientación sexual a la cual define como la atracción por más de un género. Confiesa que darlo a conocer a su mamá y hermana fue “todo un proceso”, porque por más que sean muy abiertas a estos temas, siempre existía un pequeño temor en ella sobre qué ocurriría si ya no la aceptaban y la dejaban de querer por ser quien es.

Sabe que esos temores lo tienen las personas LGTBIQ+ antes de “salir del clóset” con su familia, amigos, compañeros de trabajo o en la universidad. Por eso, dice que durante su carrera le hubiera encantado poder contar con mentores y/o mentoras que sean miembros de esta comunidad, ya que son muchos estudiantes e investigadores que prefieren no expresar su sexualidad libremente en estos espacios por temor a las miradas prejuiciosas y comentarios discriminatorios.

Por ello, desde su historia como investigadora y la experiencia que ha ido adquiriendo en campo, desea derribar los típicos estereotipos que se tiene sobre los científicos: que son hombres blancos, cisgéneros y heterosexuales.

No importa la orientación sexual, sino tu capacidad y curiosidad para descubrir el mundo

El día que Johnny les dijo a sus familiares que quería estudiar Biología y ya no una de las carreras de ingeniería que tenían en mente para él, le dijeron que no estaban de acuerdo. En ese momento, señala, afloraron temores en sus familiares sobre su futuro y las pocas posibilidades de conseguir un trabajo estable en el impredecible mundo de las ciencias; sin embargo, Johnny nunca había estado tan seguro de su elección y de lo que quería hacer el resto de su vida. “Al principio no estuvieron de acuerdo. Tuve que ponerme firme y convencerlos de que yo era bueno. Les dije que (con el pasar de los años) se los iba a demostrar”, aseguró.

Y así fue. Ahora, con 24 años, está estudiando un doctorado en Biología en la Universidad de Clark (Massachusetts, Estados Unidos), por medio de una beca a la que accedió luego de un proceso demasiado riguroso o “doloroso”, como él mismo lo define. “El doctorado en Estados Unidos es financiado. Te dan un estipendio o un sueldo durante 5 o 6 años. Es un programa que te permite formarte como científico de alto nivel”, precisó Jhonny, un ejemplo claro de que el mundo de las ciencias es para todos y todas.

Qariwarmi

Pero su camino no ha sido fácil, ha sido producto del esfuerzo de toda una vida. Johnny recuerda que su niñez, en el barrio de Villa El Salvador, fue muy complicada. Su familia pasó por problemas económicos que le impedían solventarse adecuadamente.

“Para serte honesto, he crecido con muchas dificultades económicas, y llegar aquí (Estados Unidos) ha sido una travesía”. Pese a todos esos problemas, se demostró a sí mismo y a sus familiares que ni el factor económico ni su orientación sexual podían impedir el desarrollo de sus capacidades ni las ansias de llegar a ser un gran profesional: fue así que en su historial académico conserva sus primeros puestos en el colegio, su diploma de primer puesto en su examen de admisión y los reconocimientos de primeros puestos en su promoción universitaria.

Qariwarmi

Desde Estados Unidos, donde ahora se forma bajo el más alto rigor científico, Johnny cuenta que, a la par de su formación, trabajó en diversos laboratorios para poder ganar más experiencia, entre ellos IMARPE y también en el laboratorio de ecología molecular de la UNMSM. Asimismo, narra que tuvo la oportunidad de realizar varias pasantías universitarias en el extranjero. La más importante la hizo en la Universidad de Harvard. “Ahí trabajé en el área de evolución y con códigos de barras de ADN. Eso fue en mi quinto año de carrera”, recuerda.

Johnny es pansexual y no binario. Esto quiere decir que se siente física y sexualmente atraído por las personas sin importar su orientación sexual o identidad de género, así como tampoco se siente identificado con los géneros tradicionales masculino y femenino. “Hay espacio para todos en la ciencia en general. Ya que esto no pasa por tu orientación sexual o identidad de género, sino por tu capacidad y tu curiosidad por descubrir el mundo”, sentencia.

Qariwarmi: la primera Red Peruana de Investigadores LGBTIQ+

“En la mayor parte del Perú, todavía no es seguro ser abiertamente parte de la comunidad LGTBIQ+”, nos dice Johnny, quien reconoce que eso también sucede en el mundo de las ciencias. Por eso, el proyecto Qariwarmi tiene dos objetivos claros: visibilizar que existen investigadores de la comunidad LGTBIQ+ y, segundo, servir como un grupo de apoyo y acompañamiento para aquellos estudiantes que recién están iniciando su carrera, pero que aún tienen temores de expresar libremente su sexualidad.

Esta nota no puede dejar de mencionar a todo el valiente equipo impulsor de la primera Red Peruana de Investigadores LGTBIQ+, que fue lanzada oficialmente el pasado domingo 11 de octubre:

- Regina, estudiante de doctorado en Biomedical and Health Informatics en University of Washington (EE. UU.)

- Juan Carlos, estudiante de maestría en Coastal Science and Policy en University of California Santa Cruz (EE. UU.)

- David, estudiante de doctorado en Cornell University (EE. UU.).

- Naomi, asistente de docencia en la PUCP.

- José, tesista en el Laboratorio de Proliferación celular y regeneración de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

- Johnny, estudiante de doctorado en Biología en Clark University (EE.UU).

- Bryan, director de innovación en la ONG Turing: ciencia, tecnología y neurodiversidad. Coordinador general de científicos.pe.

Qariwarmi

- Percy, director de Gestión de Proyectos y Promoción de la Investigación de la Universidad Científica del Sur. Editor en Jefe de Acta Médica Peruana.o

- Carlos, candidato a doctor en medicina de la conservación en la Universidad Andrés Bello (Chile). Director de proyectos de la ONG Conservacción.

Qariwarmi

Asimismo, nos sumamos a su campaña de visibilización y compartimos su convocatoria para que más investigadores LGTBIQ+ del país puedan integrar este proyecto. Si estás interesado puedes ingresar al siguiente LINK o también puedes encontrar mayor información por medio de las redes sociales de Qariwarmi.

Glosario de diversidad sexual

A continuación te brindamos un pequeño glosario sobre algunos términos que han sido tratados a lo largo del informe.

PalabraSignificadoFuente
Orientación sexualSe refiere a la atracción física, romántica y emocional de una persona por otras personas. La orientación sexual no guarda relación con la identidad de géneroUNFE, 2017
Identidad de géneroEs la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo.CIDH, 2017
Persona transgéneroCuando la identidad de género de la persona no corresponde con el sexo asignado al nacer.OAS, 2015
BisexualPersonas que se sienten emocional, sexual y románticamente atraídas por su propio género y otrosFritz Klein, 1978
PansexualPersona que se siente atraída por todas las identidades de género o atraída por personas sin importar el género.GLAAD
Género no binarioPersonas que no se autoperciben con los géneros tradicionales femeninos y masculinos, y que pueden identificarse con un tercer género o ninguno.Centro Nacional para la Igualdad Transgénero
Persona cisgéneroCuando la identidad de género de la persona corresponde con el sexo asignado al nacer.OAS, 2015