Debido a su ubicación geográfica, Estados Unidos registra una actividad sísmica constante, siendo la Costa Oeste, Alaska y Hawái las áreas más afectadas. Estos fenómenos, que varían desde pequeños temblores hasta fuertes terremotos, son cuidadosamente monitoreados por el Servicio Geológico de EE. UU. (USGS), una entidad fundamental en la observación y análisis de la actividad tectónica del país.
El USGS utiliza una red avanzada de estaciones sismológicas para detectar, analizar y reportar movimientos telúricos en tiempo real. Esta vigilancia permite no solo alertar a las comunidades afectadas, sino también estudiar patrones sísmicos para mejorar la preparación ante futuros desastres.
Fecha: 14/01/2025
Hora: 10:55:21 (UTC 05:00)
Magnitud: 2.7
Epicentro: 61 km al Noroeste de Petrolia, California
Latitud: 40.368°N
Longitud: 124.999°W
Profundidad: 8.8 km
Fuente: USGS
El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (SSN) recomienda a quienes se encuentren dentro de un vehículo al momento de producirse un sismo, detenerse y salir del vehículo hacia un lugar seguro. Además, es importante mantenerse alejado de edificios, árboles y postes de luz.
El sismo más fuerte de la historia registrado fue el 22 de mayo de 1960. El evento ocurrió en Valdivia, Chile y alcanzó una magnitud de 9,5.
Los sismos en Estados Unidos son causados principalmente por la interacción de placas tectónicas, como la del Pacífico y la de América del Norte, principalmente en la Falla de San Andrés, en California. Esta región es una de las más activas del país.
Además, algunos movimientos sísmicos están vinculados a actividades humanas, como la inyección de aguas residuales en pozos profundos, lo que ha incrementado la actividad telúrica en estados como Oklahoma y Texas.
Casi la mitad de los residentes en Estados Unidos vive en una zona sísmica, según informes. Foto: CNN
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Estados Unidos experimenta una alta actividad sísmica debido a su ubicación en varias placas tectónicas activas. La Placa del Pacífico y la Placa de América del Norte interactúan a lo largo de la Falla de San Andrés en California, una de las zonas más conocidas por generar terremotos. Además, regiones como Alaska y Hawái están asociadas con límites de placas y actividad volcánica, lo que contribuye a movimientos telúricos frecuentes.
Otras áreas, como el centro y este del país, también registran sismos, aunque en menor medida. Esto se debe a fallas más antiguas dentro de las placas continentales y, en algunos casos, a actividades humanas como la extracción de petróleo y gas. Estas características hacen que el territorio estadounidense sea propenso a sismos de diversa magnitud y frecuencia.