Moldes, banda peruana de pop noise, triunfa en EE. UU.: “Aquí hay oportunidad, en Perú es difícil”

Moldes es una de las bandas peruanas de pop noise más escuchadas en la actualidad. A lo largo de sus 14 años de trayectoria, sus integrantes han luchado por sacar adelante su proyecto de música independiente, con álbumes como “Moldes”, “Aguas de marte” y más recientemente “Infraficie”, y han llegado a tocar su música en diferentes países de Latinoamérica y Europa.

Ahora, la agrupación conformada por Katia de la Cruz, Estefania Aliaga, Sayuri Espinoza, Alonso Castillo y Sebastián Novoa se presenta en Estados Unidos por segunda vez para realizar su “INFRA GIRA USA 2022”, cuyo punto de partida fue en el Treefort Music Fest, evento que reúne a más de 30.000 personas en cada edición. Katia y Sebastián conversaron con La República sobre esta experiencia.

— ¿Cómo nació la banda Moldes?

Katia: El 2008 nos juntamos Efrén Castillo, Marta Postigo y yo, en PREVI, de Los Olivos, a hacer mucha bulla porque ni Martita ni yo teníamos idea de qué era tocar, solo Efrén (guitarra). Los vecinos nos tiraban botellas para que nos callemos (risas). Comenzamos a componer y estos ruiditos de muñequitos y cositas se trasladaron a un sintetizador; entró un bajo y eso dio forma a la base rítmica.

El 2010 sacamos nuestro primer disco (”Moldes”), la disquera A Tutiplén nos vio y el 2014 lanzamos el segundo (”Aguas de marte”). Eso nos abrió puertas para ir a otros países, como Colombia, México, Francia y Alemania.

— Están realizando una gira por Estados Unidos (INFRA GIRA USA) para presentar su disco “Infraficie”. ¿Cómo los ha recibido el público?

Sebastián: El recibimiento de la gente ha sido bastante cálido, muy gratificante; de hecho, nos reconocen en la calle, nos dicen “ustedes son los de Perú, Moldes, qué chevere”. En todos los lugares en los que hemos tocado, hasta ahora, nos han recibido muy bien, tanto el público como las otras bandas que van a tocar.

Katia: Es una experiencia muy distinta a tocar en nuestro propio país, en otros países en general, porque no estamos acostumbrados a tanto amor.

Tienen más de medio millón de reproducciones en Spotify, han participado en el Treefort Music Fest y ahora están en plena gira por EE. UU. ¿Esperaban llegar a ello?

Katia: De todas maneras, sí, esperábamos llegar a girar. Gracias a la invitación que nos hicieron y a que la pandemia nos indicó que todo podía acabar en cualquier momento, decidimos venir como sea al Treefort, agarrar las maletas y armar nuestra gira. Se nos abrieron muchísimas puertas y, claro, esperábamos esto, pero, más que esperarlo, es una suma de esfuerzos muy grande.

Sebastián: Claro, nada es nunca de la noche a la mañana, ni cae del cielo; es un montón de trabajo, porque también hemos tenido que ensayar un mes antes con los nuevos integrantes con los que vinimos, así que ha sido bastante ajetreado, pero igual la estamos pasando súper bien, increíble.

Por otro lado, ¿creen que no hay suficiente apoyo a las bandas independientes en el Perú? ¿Qué se necesita para mejorar esto?

Sebastián: Sí (falta apoyo), aunque depende de qué o de quién. Muchas entidades deberían involucrarse para mejorar eso, porque público hay. El tema es cómo se facilitan los medios para que los artistas independientes podamos pasar esa valla, que es tocar en los mismos locales de siempre, a sonar en la radio o salir en programas de televisión, por ejemplo.

Katia: A veces los esfuerzos que uno hace por salir no tienen la difusión necesaria. La UPC Cultural nos está apoyando con la difusión en esta oportunidad, pero igual es difícil… El año pasado, cuando acudimos al Treefort, fuimos la primera banda peruana en salir en pandemia. Mandamos la nota de prensa, nos esforzamos (y nada), pero cuando vinimos acá nos entrevistaron dos o tres veces. Ya nos quieren entrevistar en Portland, en Spotcane. Acá te abren la puerta y te dan la oportunidad, pero en Perú es bien difícil.

Y ahora que han participado en el Treefort Music Fest, ¿cómo han visto la relación entre los grupos musicales?

Katia: Algo que pasa es que hay mucho apoyo, mucha hermandad entre bandas, todas se van a ver.

Sebastián: Eso es algo que muchas veces en la escena de Perú no se suele ver, sin mencionar cómo tratan al artista. (En el Treefort) nos ven llegar y nos dicen ‘chicos, sus instrumentos los pueden dejar aquí, él es el sonidista; cualquier cosa, hablan conmigo’. (En Perú) llegas a tocar y te dicen “bueno, tú ve qué haces, dónde dejas tus cosas”. Si les dices algo como “no escucho mi guitarra”, te responden “ah, qué pena”.

¿Cómo así lograron llegar al Treefort Music Fest?

Katia: La banda tuvo una especie de descanso entre 2016 y 2017, y el 2018 regresamos con “Canción de cuna para ciudades fantasmas”. Postulamos a la FIMPRO (Feria Internacional de la Música para Profesionales) en Guadalajara y nos seleccionaron, así que aplicamos a Promperú, ganamos el fondo, y con eso logramos llegar; una vez allí, Eric Gilbert (director del Treefort) nos propuso estar en el festival. Para esto postulamos a los estímulos económicos del Ministerio de Cultura. Ganamos y con eso pudimos venir la primera vez, que iba a ser el 2020.

¿Y de qué manera lograron salir adelante en medio de la pandemia?

Sebastián: Antes de viajar, habíamos grabado un par de canciones para “Infraficie”, y vino la pandemia. Entonces dijimos: ‘Bueno, no viajamos al Treefort y tenemos más tiempo para el disco, pero si terminamos podemos llegar con disco nuevo’. Entonces, esos seis meses nos enfocamos en trabajar a distancia, y en octubre del 2020 recién nos juntamos a terminar de grabar. El 2021 realizamos todo el proceso de postproducción, que también fue bastante largo, porque grabamos en octubre del 2020 y el álbum salió en septiembre del 2021.

Katia: Y lo chévere fue que el disco lo presentamos acá, en el Treefort Music Fest.

¿Cuál es la esencia de “Infraficie” y qué lo diferencia del disco anterior?

Sebastián: En primer lugar, hemos trabajado ya con un productor, que es Somontano. Él nos dio mucha ayuda de cómo enfocar el disco. Si no, hubiera sido un poco disperso. Katia también tuvo ideas bien claras y entre los tres sumamos bastante para completar el concepto.

Katia: A nivel de composición, también es muy diferente porque Efrén y yo hemos compuesto todas las canciones. El primero era más de exploración, de lo que te sale al champazo y donde hay canciones muy chéveres. El otro es una exploración más profunda a nivel sonoro; pareciera que no termina de cuajarse, pero sí; se siente un poco más experimental, de búsqueda de texturas.

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