¿Quién no se ha puesto a bailar, al menos una vez en su vida, al ritmo de una pegajosa canción de cumbia o de chicha? Haciéndose escuchar en los lugares más variados, estos estilos musicales se han convertido en eficaces portavoces de alegrías, tristezas e ilusiones para las personas
La chicha, de la mano de sus grandes exponentes como “Chacalón y la Nueva Crema”, “Los Shapis” y “Pintura Roja”, trajo una frescura musical a nuestro país, al inicio de la década de los 80. Por otro lado, las cumbias norteñas, sureñas, amazónicas hallaron un renovado impulso en los últimos años, lo que se puede apreciar con las canciones del “Grupo 5”, “Agua Marina”, “Juaneco y su Combo” y otras agrupaciones que suenan con fuerza en varias radios y presentaciones.
Sin embargo, aún hoy, muchos confunden a la chicha con la cumbia, y creen que las dos palabras designan a un mismo estilo musical. ¿Son realmente dos géneros distintos? ¿Cuáles son sus diferencias? La República conversó con dos especialistas de la industria musical para resolver estas interrogantes y descubrir qué hace a estos ritmos tan únicos.
Los grupos de cumbia han disfrutado de gran popularidad en estos últimos años. Foto: Archivo / La República.
La cumbia arribó al Perú procedente de Colombia en los años sesenta y logró gran notoriedad con el estreno de la canción ‘La pollera colorá‘, compuesta por el clarinetista Juan Madera Castro, explica el productor musical Rodrigo Tantaleán. Las agrupaciones peruanas comenzaron a fusionar esta música con el rock and roll y con los ritmos de la costa, sierra y selva, lo que ocasionó el surgimiento de la cumbia peruana.
“Hay una agrupación crucial que es ‘Los Pacharacos’, que en 1962 incorporó a Manzanita Hernández, considerado uno de los padres de la cumbia peruana. En 1963, el grupo grabó una versión de ‘Río Mantaro’ con guitarra eléctrica, algo inusual para la época. Podríamos decir que ese es uno de los fetos de la cumbia peruana”, comenta el productor.
De acuerdo con Tantaleán, quien también fue baterista de “Juaneco y su Combo”, podría decirse que la cumbia se desarrolló de forma simultánea en la zona central del Ande, en la región amazónica (“Juaneco y su Combo” apareció en 1966) y en el distrito limeño del Rímac, donde en 1968, surge una camada importante de agrupaciones de este género.
"Juaneco y su Combo" es una de las agrupaciones de cumbia más antiguas del Perú. Foto: Archivo / La República.
La llamada “chicha”, por su parte, inició con la adaptación de la música popular andina a ritmos de cumbia, según explica el productor musical Jorge Pickman.
“Enrique Delgado, del grupo ‘Los Destellos’, era un gran representante de la cumbia. La mezclaba con elementos psicodélicos y también incluía a veces ritmos del huayno o del huaylarsh, que traían las personas llegadas de provincias. Eso fue lo que armó una suerte de subgénero que se empezó a denominar chicha”, afirma Pickman.
El término chicha se empieza a usar de forma oficial en 1977, con el lanzamiento del LP “Los Reyes de la Chicha”. Pero como estilo musical, se consolida en 1981, con la aparición de “El Aguajal”, el segundo disco del grupo “Los Shapis”, apunta Rodrigo Tantaleán.
Mientras la chicha pegaba casi exclusivamente entre los sectores de migrantes, otros estilos de cumbia trataron de abrirse paso al mundo de las fiestas y empezaron a imitar los formatos de gran orquesta que tenían las agrupaciones de salsa y merengue.
“La cumbia peruana era un poco más estilística, respetaba un poco más los elementos tropicales de la música y los sonidos clásicos en lo que se refiere a la guitarra y la percusión. No exploraba un poco más en otros campos como sí lo hizo la chicha”, señala Pickman.
Grupos como "Los Shapis" formaron parte del apogeo de la chicha en el Perú. Foto: Archivo / La República.
Para Tantaleán, esto no es así. La chicha o cumbia andina, afirma, es más una etapa histórica de la cumbia peruana. Para sustentar esta idea, el productor cita a autores como el musicólogo Raúl Romero Zevallos y Edilberto Cuesta, de “Los Ecos”, quienes dividen la historia de la cumbia peruana en tres grandes fases:
-La cumbia costeña (1968-inicios de los 80)
-La cumbia andina o chicha (inicios de los 80-inicios de los 90)
-La tecnocumbia (años 90-inicios de los 2000)
A estas fases, Tantaleán añade una fase de resurgimiento de la cumbia norteña (2007-2009), un ascenso de la cumbia sanjuanera (2009-2015) y una etapa en la que los distintos estilos de cumbia compiten entre sí (2015-actualidad).
Agrupaciones como el Grupo 5 destacaron en el resurgir de la cumbia norteña. Foto: Difusión.
Para reconocer si una canción es chicha o de otro estilo de cumbia, debemos estar atentos a dos aspectos: la música y la letra. En el primero, un punto a tener en cuenta es que las agrupaciones históricamente han estado conformadas de manera distinta.
“La música chicha respetaba mucho la alineación clásica de un grupo: guitarra, un bajo, teclado, batería”, explica Pickman. “La cumbia se adapta un poco más a las formas de las grandes orquestas. Hablando de instrumentos, empiezan a adoptar este tipo de formatos: vientos, grandes percusiones”, agrega.
Asimismo, la chicha rescata patrones que se hallan en los ritmos andinos. “La mayor presencia del ande está determinada por el teclado, que entra para emular el ambiente sonoro del arpa en la música andina tradicional”, refiere Tantaleán.
En el caso de la cumbia, y sus demás estilos, señala que tienen instrumentaciones bien marcadas. “En la cumbia norteña, por ejemplo, el teclado tiene un rol protagónico, la guitarra eléctrica ni figura; en muchas agrupaciones hay secciones de viento metal, con dos trompetas y dos trombones”.
“En la cumbia sureña hay mucha presencia de instrumentos eléctricos y electrónicos, como los sintetizadores y la batería eléctrica. La cumbia amazónica tiene un protagonismo tanto en la guitarra eléctrica como en el teclado”, agrega el músico.
En cuanto a las letras, la chicha se caracteriza por su fuerte contenido emocional heredado del huayno. “Representa mucho la tristeza o los sentimientos profundos de las personas, del desgarro emocional que podría surgir entre las personas que contaban sus historias a través de esa música”, comenta Pickman.
Tantaleán coincide en que los temas tocados en estas canciones incluyen el amor, desamor y alcohol como mecanismo para aliviar las penas; así como una ligera lucha de clases y las peripecias de los migrantes en su proceso de adaptación a la capital.
Asimismo, sostiene que en la cumbia moderna “las temáticas líricas (amor, desamor, alcohol) se han mantenido, excepto aquellas relacionadas con las vivencias del sector migrante, porque este ya ha conquistado a la capital”.
“La cumbia puede tener temáticas distintas, no solamente habla del amor, sino también del baile, del gozo. La cumbia como que maquilla un poco la temática lírica de desgarro con un ambiente musical totalmente bailable”, puntualiza Pickman.
De cualquier modo y en cualquier lugar que se escuche y goce, la chicha y las demás variedades de cumbia nacional siguen haciendo bailar a miles de personas; por lo que quedarse afuera de la fiesta parece casi imposible.