Lunares, detalles que debemos cuidar

Casi una de cada diez personas tiene por lo menos un lunar inusual (atípico) de aspecto distinto a los lunares comunes ,Los lunares son pequeñas tumoraciones sobre la piel muy comunes, que se producen cuando las células productoras de pigmento de la piel, llamadas melanocitos, crecen en grupos. La mayoría de los adultos tiene entre 10 y 40 lunares. Estos usualmente, se encuentran arriba de la cintura en zonas expuestas al sol y rara vez se encuentran en el cuero cabelludo, en los senos o en los glúteos. Aunque la mayoría de los lunares comunes pueden estar presentes desde el nacimiento, usualmente aparecen más tarde en la niñez y siguen formándose hasta cerca de los 40 años de edad, sin embargo con el paso de los años y el envejecimiento, tienden a desaparecer. Lunares atípicos: Un nevo displásico, es un tipo de lunar de diferente apariencia al de un lunar común. Este tipo de lunar atípico puede ser más grande que un lunar común y su color, superficie y bordes pueden ser diferentes. En general, tiene más de 5 milímetros de ancho y puede presentar una mezcla de varios colores, desde rosado hasta castaño oscuro. Usualmente, es plano con una superficie lisa, ligeramente escamosa o arenosa, y tiene un borde irregular que puede desvanecerse en la piel del rededor. Se presenta con más frecuencia en zonas expuestas al sol, aunque también puede aparecer en zonas que no están expuestas al sol, como en el cuero cabelludo, en los senos y en las zonas abajo de la cintura. Algunas personas sólo presentan un par de lunares atípicos, mientras que otras tienen más de 10. Riesgo. La mayoría de nevos displásicos no se convierten en melanoma y se mantiene estables al pasar el tiempo. Sin embargo, diversos estudios demuestran que la posibilidad de presentar melanoma es casi 10 veces mayor para alguien con más de 5 nevos displásicos que para alguien que no presenta ninguno y cuantos más tenga la persona, mayor será la posibilidad de presentar melanoma. Prevención. Es fundamental proteger la piel y minimizar la exposición a la radiación solar. Ya que los rayos ultravioletas producen un daño acumulativo en el material genético de las células de la piel y predisponen a la aparición de lesiones pre-cancerosas y eventualmente, cáncer de piel. Además, se les recomienda a las personas que tienen lunares atípicos, revisar su piel una vez al mes e informar a su médico si nota cualquier cambio de color, tamaño, forma, textura en estos, así como la presencia de sangrado, comezón o hinchazón. Estos lunares pueden tener más probabilidades de convertirse en melanoma, un tipo de cáncer de piel. Un 40% de los melanomas malignos aparece sobre un lunar preexistente. Auspiciado por: