A pocos días de celebrar las Fiestas Patrias y a solo dos años del Bicentenario, enfrentamos una dura realidad; 14% de viviendas en nuestro país no cuentan con alumbrado eléctrico por red pública, es decir cerca de 2 millones de peruanos no tienen acceso a la electricidad.
“El desarrollo de las energías renovables implica que el gobierno reconozca la potencia firme para centrales eólicas y solares, se retomen las subastas para proyectos de geotermia y biomasa, paralizadas desde el 2015, se descentralice la producción de energía a favor de las regiones y se defina un plan que delinee políticas y objetivos específicos con la contribución de todos las partes interesadas”, explicó Franklin Acevedo, gerente general de la Sociedad Peruana de Energías Renovables (SPR).
Al 2018, alrededor del 5% de la electricidad que se produjo en el Perú se obtuvo en base a energías renovables no convencionales, mientras que 57,8% provino de las hidroeléctricas y 37,8% de las termoeléctricas, en un contexto de sobreoferta de energía.
Sin embargo, estimaciones del Comité de Operaciones del Sistema Interconectado Nacional (COES) indican que esta terminará en el 2022, cuando el déficit energético obligaría a recurrir a fuentes contaminantes como el diésel para atender la demanda eléctrica de ese momento con el consiguiente impacto en las tarifas y en el medio ambiente.
Hoy, una central solar o eólica se construye entre uno o dos años y sus precios por cada megavatio han descendido hasta alcanzar los 30 dólares megavatio por hora (mv/h) y 40 dólares mv/h respectivamente; montos muy competitivos frente a la energía producida con fuentes fósiles. En efecto, el gas natural fluctúa entre los 40 dólares a 50 dólares mv/h, carbón 50 y 60 dólares mv/h y diésel alrededor de los 250 dólares mv/h.