Escribe: Miguel Costa Vigo*
Acabados los festejos de la proclamación de la independencia de Lima, José de San Martín enfrentaba el reto urgente de continuar la campaña militar y de establecer un gobierno con respaldo político y jurídico que permitiera regir la vida ordenada de los territorios libres del dominio realista, bajo los principios de libertad, soberanía y orden.
Doctor en Historia, profesor de esa especialidad en la PUCP, y miembro de Instituto Riva Agüero. Autor de Prácticas corruptas o relaciones de patronazgo. Patrionalismo y la naturaleza y características del.sistrn político en el siglo XVI (2017), entre otros títulos.
En una coyuntura política y militar poco clara, con tropas realistas ocupando zonas estratégicas en las zonas altoandinas del centro y sur del territorio, la premura de plantear un orden político y gobierno de los territorios se impuso. El 2 de agosto de 1821, San Martín dio un decreto asumiendo el mando político y militar del Perú. Un día después, el 3 de agosto, asumió el mando con el título de “protector” de los departamentos libres del Perú, que luego cambiaría por el de “protector de la libertad del Perú”, como una medida provisional hasta la instalación de un Congreso soberano peruano.
El 4 de agosto aprobó el Decreto Protectoral, documento de gobierno inspirado en las constituciones de Cádiz de 1812 y de Francia de 1791, en donde él asumía los poderes ejecutivo y legislativo, y con ello el liderazgo del proceso militar y de cambio político, ante el vacío de poder generado por la proclamación de la independencia. Ese perfil político de San Martín duraría hasta el 20 de septiembre de 1822, cuando se instaló el primer Congreso Constituyente y ante el cual San Martín presentó su dimisión.
En los días siguientes, la decisión de San Martín generó críticas por parte de importantes y diversas figuras en el Perú, como el criollo José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, el arzobispo de Lima Bartolomé de las Heras, y de José de La Serna, el virrey del Perú, que buscaba recuperar Lima y restablecer el orden virreinal. La crítica era contundente: San Martín se estaba proclamando como un monarca absoluto y despótico, quitándole a los pueblos sus derechos legítimos de soberanía. El protector del Perú sustentó su proceder por considerar que la población en los territorios libres ya le había dado su consentimiento; que mucha gente en Lima y los miembros de la Logia Lautaro le habían hecho la misma invitación de asumir el gobierno; y porque la convocatoria a asambleas populares que ejercieran su voto podrían generar disturbios y agitaciones que, en un escenario de conflicto militar, resultaría contraproducente.
Así, lo que plantea el Decreto Protectoral es una aproximación moderada a la construcción del nuevo orden político, con un régimen jurídico que garantice la paz social, y sobre las bases de normas tradicionales que se conviertan en el motor de cambio ante la nueva realidad independiente del país. Esa nueva situación planteaba la igualdad legal y económica entre todos los habitantes y la tarea de preparar al pueblo para un ejercicio pleno de su ciudadanía, a través de la educación.
Entre las primeras medidas ese 4 de agosto, se creó el primer gabinete ministerial, compuesto de tres ministerios: Estado y Relaciones Exteriores, a cargo del granadino Juan García del Río; Guerra y Marina, a cargo del argentino Bernardo Monteagudo; y Hacienda, a cargo del peruano Hipólito Unanue. Asimismo, se creó el primer tribunal nacional, llamado Alta Cámara de Justicia, que sustituía en atribuciones a la Audiencia de Lima. Por último, se continuó la demarcación y organización territorial peruana, sobre la base de los 4 territorios creados por el Estatuto Provisorio de febrero de 1821, pasando el de la Costa a llamarse “Lima”.
Con la idea de construir situaciones en favor de la población y posibles futuros espacios de ciudadanía, el 12 de agosto aprobó un decreto ordenando la libertad de vientres y declarando libres a los hijos de esclavos nacidos en el Perú desde el 28 de julio de ese año, quienes pasaban así a tener los mismos derechos que los demás ciudadanos del país. Hacia el 27 de agosto, San Martín declaró también la abolición del tributo indígena, que pagaban tanto los indígenas como las castas, que sin embargo sería repuesto hacia 1826.
A través de sus primeros decretos de gobierno, institucionalidad legislativa y mejoras sociales, San Martín dio los primeros pasos de un largo camino de marchas y contramarchas, en torno al ideal de crear un Perú como un estado independiente, formado por ciudadanos libres e iguales ante la ley.
(*) Doctor en Historia, profesor de esa especialidad en la PUCP y miembro de Instituto Riva Agüero. Autor de ¿Prácticas corruptas o relaciones de patronazgo? Patrimonialismo y la naturaleza y características del sistema político en el Perú en el siglo XVI (2017), entre otros títulos.
Cronología de la independencia del Perú 1821
15 de jul. En cabildo abierto se jura la independencia y se firma el acta respectiva.
18 de jul. San Martín envía al cabildo limeño el diseño de la bandera para la proclamación de la independencia.
21 de jul. Francisco Antonio de Zela muere en un calabozo del Castillo de San Lorenzo de Chagres, en Panamá.
28 de jul. El general José de San Martín proclama la independencia del Perú en la Plaza de Armas de Lima.
29 de jul. Continúan las ceremonias de jura de la independencia en instituciones y provincias.
►3 de ago. San Martín asume el mando político y militar de los departamentos libres del Perú con el título de protector, que luego cambiaría por el de protector de la libertad del Perú. San Martín integra en el ejército a los indios fajineros. Estuvieron al mando del coronel Manuel Alvarado.
4 de ago. La Cámara de Apelaciones de Trujillo fue sustituida por la Alta Cámara de Justicia. Sus atribuciones
Fuente: M. Guerra, coord., Cronología de la independencia del Perú, 2016.
Edición y coordinación: Marco Zileri. Diseño: brian tejeda. Fuente: Uniforme de San Martín: Memoria histórica sobre las operaciones e incidentes de la División Libertadora por José Arenales, Madrid: Ministerio de Cultura, 1832. Memorias de Lord Cochrane, Biblioteca Nacional de Chile, 1863. / Foto: San Martín en París, la única fotografía del Libertador, de autor anónimo.