El tímido Pirito y la intrépida Arawak son dos mellizos asháninkas de seis años, protagonistas de divertidas y reflexivas aventuras que les dejan valiosas enseñanzas en medio del paisaje amazónico. Ambos tienen una habilidad especial: pueden hablar con los animales y con los árboles del bosque.
Junto a sus amigos Koshi, una mona inquieta; Kita, un sajino nervioso y fortachón; y Yorini, el vanidoso gallito de las rocas, los dos niños aprenden a conocer sus emociones, la empatía con los demás y la diversidad de la selva. Hay otro personaje siempre presente: la madre naturaleza.
En el primer capítulo, por ejemplo, Pirito sufre la pérdida de un picaflor que ha tallado y la mona Koshi le dice que un extraño se lo ha llevado. Buscando al extraño conocen a Kita, el sajino, y finalmente descubren la verdad: Koshi se llevó el picaflor como una travesura y promete no volver a hacerlo. La enseñanza final es decir la verdad siempre y además darle valor a tener un nuevo amigo como Kita.
“Pirito y Arawak, aventuras amazónicas” fue lanzado en español y asháninka por Canal IPe a fines de noviembre pasado, como parte de un bloque de series animadas en lenguas originarias de las que también forman parte “Ciudad Jardín” y “Aprendiendo”. “Ciudad Jardín” es emitida en quechua y la otra en quechua, aimara y asháninka.
“Pirito y Arawak es un programa 100% de canal IPe. Empezamos a trabajar en julio. Primero hicimos la versión en castellano y a las dos semanas hicimos la versión en asháninka”, cuenta Federico Schwalb, director general de IPe, canal con programas para niños y jóvenes, perteneciente al Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP).
Schwalb precisa que el trabajo incluyó una primera etapa de validación de los guiones, y después se hizo la traducción sobre la animación. En el caso de Pirito y Arawak no hubo problema porque se hizo para español y asháninka. Pero en “Ciudad Jardín”, que ya estaba hecha desde el 2018 en español, debieron hacer un trabajotécnico sobre los capítulos para traducirlos al quechua.
“Algunas frases en quechua son más largas que en español. Y, por ejemplo, había que mover la boca a los personajes durante más tiempo para que se viera como si hablaran en quechua”, cuenta Schwalb.
“Pirito y Arawak” está dirigido a niños de edad preescolar y presenta situaciones que los hacen reflexionar. En el capítulo 3, “Arawak y la boa de río”, tocan el tema del miedo de Arawak al río que corre cerca de su casa: ocurre que le teme a la boa que vive en sus profundidades. Y en el capítulo 4, “El gran Kita”, muestran que el esfuerzo y la confianza en uno mismo ayudan a lograr nuestras metas.
Cada emisión de “Pirito y Arawak, aventuras amazónicas” se hace en español y en asháninka, una detrás de la otra, y en cada capítulo hay, además, una canción vinculada a la historia. A pesar de la aparente sencillez de las imágenes, hay mucho trabajo en cada episodio.
“Después de entrevistar a varios educadores para saber qué necesitan los chicos, llegamos a la inteligencia emocional. En una etapa muy primaria, los niños y niñas necesitan el acompañamiento adecuado para saber qué hacer con lo que sienten, cómo lidiar con la frustración, el miedo o la tristeza y cómo ser más empáticos”, ha dicho Bruno Alvarado, director de la franja a cargo del proyecto.
Este proyecto de IPe está enmarcado también en la importancia de la difusión y conservación de las lengua originarias en un país como el Perú, que tiene numerosas lenguas en su territorio. Cabe señalar que el 2019 fue denominado el Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
“Hicimos una serie animada en Asháninka con el objetivo de visibilizar las diferentes miradas y culturas de nuestro país, sobre todo la cosmovisión amazónica. Y también porque queremos desarrollar el sentido de identidad en los más pequeños y descentralizar los contenidos audiovisuales dirigidos a ellos”, señaló Alvarado en la presentación del programa.
Las otras series
“Ciudad Jardín” y “Aprendiendo” son las otras dos series animadas del bloque de lenguas originarias que presenta Canal IPe por estos días.
“Ciudad Jardín”, que se emite en quechua, muestra cómo se puede vivir en armonía con el ambiente a través de las aventuras de los personajes Pipo, Vivi, Tato, Lila, Mimí y la señora Nani. Las niñas y los niños tendrán la oportunidad de trasladarse a esta ciudad súpersostenible que, además de moderna, les enseñará a tomar acción para cuidar el planeta.
Esta serie es coproducida por Polirama y Canal IPe, y muestra una comunidad futurista habitada por animales clasificados como vulnerables que llegaron ahí en busca de paz y seguridad. Desde su lanzamiento ya se pensaba en traducirla al quechua, pero eso recién se pudo concretar este año. Uno de los creadores de “Ciudad Jardín”, Mauricio Esparza, ha señalado que la serie busca que los niños entiendan cómo conservar el medio ambiente.
Esta serie ganó en 2018 el premio del público del Festival Audiovisual para Niños y Niñas, (FAN) en Chile.
Hay dos objetivos que Canal IPe busca con el bloque de lenguas originarias: uno es exponer a niños y padres a lenguas de las que escuchamos hablar, pero pocas veces las escuchamos habladas. Y el otro objetivo es la inclusión, porque hay una población grande de chicos y chicas que hablan estas lenguas.
“El razonamiento es que se sienten excluidos cuando prenden la televisión y no encuentran nada en su idioma. La idea es que con estos contenidos ellos se vean representados”, explica Federico Schwalb.
La tercera serie animada del bloque es “Aprendiendo”, que se emite en quechua, asháninka y aimara. Aquí los personajes dan lecciones de cómo comunicarse en uno u otro idioma. Por ejemplo, explican a los pequeños televidentes cómo nombrar o saludar a los miembros de una familia en distintas lenguas.
Sería interesante que otras series animadas de producción peruana puedan también ser traducidas a lenguas originarias. Quizá más adelante. Estas series animadas se pueden ver en el bloque ‘Lenguas originarias de Chicos IPe’ en el canal 7.4 de la señal abierta digital. En los canales 319 (SD) y 772 (HD) de Movistar TV. En el 45 (SD) y 545 (HD) de Claro TV. Y en el 28 de Best Cable.
Es un esfuerzo valioso por brindar contenidos para población que habla lenguas minoritarias y es una iniciativa que merece el respaldo y el interés de más televidentes. Que los niños que hablan asháninka, quechua y aimara se vean reflejados en esas historias y no se alejen de su cultura. Y quienes no las conocen se empapen del país diverso que somos.