Historia de un volcánMoquegua fue escenario de la erupción más violenta en la historia de América del Sur. Cuatrocientos años después, científicos peruanos y franceses buscan restos enterrados bajo toneladas de cenizas volcánicas.,Huaynaputina, Pompeya peruana [VIDEO],En el año 1600, Lima era una ciudad con pocos habitantes y muchas supersticiones. La Ciudad de los Reyes era una de las urbes más ricas del nuevo continente, por ello, el fantasma de un inminente ataque pirata era la comidilla entre sus pobladores. A fines de febrero, unas lejanas detonaciones despertaron a la población. El virrey Luis de Velasco, Marqués de Salinas, envió observadores a la cumbre del cerro San Cristóbal para comprobar si el puerto del Callao era atacado por los piratas. "Nada, no hay moros en la costa", dijeron los emisarios. Y tenían razón. Lo que no sabían es que a mil kilómetros al sur de la capital virreinal, Arequipa y Moquegua eran epicentro del fin del mundo. El 17 de febrero se inició la gran erupción del Huaynaputina ("Volcán joven"). Primero fueron la fumarolas, luego la enorme columna de humo que alcanzó 37 kilómetros de altura formando un descomunal hongo que llenó de cenizas y pavor a todas las poblaciones vecinas. En Arequipa cundió el pánico. Todas las imágenes de cristos, vírgenes y santos salieron en procesión. La lluvia de cenizas cubrió la luz del sol y no dejaba respirar a los pobladores. Hubo días de tanta oscuridad que en medio de la procesión pasaban raudas las manadas de aterradas vicuñas que escapaban de la hecatombe. Los curas creyeron ver las señales del Apocalipsis y culparon a los arequipeños por sus pecados, pero los indígenas enviaron a sus altomisayocs y ellos volvieron con la novedad de que se trataba de la erupción de un volcán. Dicen que cinco de estos curanderos nunca volvieron pues decidieron inmolarse ante el apu. Historiadores y geólogos coinciden en señalar que la erupción del Huaynaputina es la más violenta en la historia de América del Sur y una de las más poderosas de la historia. Destruyó la ciudad de Arequipa que apenas tenía 60 años de fundada y enterró a poco más de treinta poblados ubicados en el área de influencia del volcán, en la provincia de Omate. Murieron más de 1.500 personas y se contaron por varios miles los desplazados. Muchos de ellos llegaron a Lima semanas después y dieron detalles de la tragedia ante el aterrorizado pueblo limeño que recién entendió el origen de estas detonaciones que habían confundido con un ataque pirata. Efecto planetario Ya han pasado 418 años de aquella explosión descomunal. Geólogos y vulcanólogos coinciden en que las cenizas lanzadas en 1600 por el Huaynaputina se han hallado en lugares tan lejanos como Groenlandia y la Antártida. La erupción tuvo un efecto planetario: habría provocado un invierno más intenso (casi dos grados Celsius menos de lo normal) en varios países de Europa y hasta una hambruna en Rusia. Pero ¿cuáles fueron los efectos en las zonas circundantes al volcán? "Los estudios geológicos no eran suficientes", recuerda el ingeniero Jersy Mariño Salazar, del Observatorio Vulcanológico de Ingemmet (OVI) en alusión al llamado Proyecto Huayruro: la Pompeya peruana. "Tenía que ser un proyecto interdisciplinario con geólogos, ingenieros, biólogos, arqueólogos y expertos en turismo", agrega. El proyecto se planificó el 2015 y arrancó al año siguiente. Para este año acaba de recibir 400 mil soles otorgados por Concytec, luego de ser elegido entre 230 proyectos. El proyecto fue presentado por el Instituto Geofísico del Perú y las francesas Laboratoire Magmas et Volcans-Université Clermont-Auvergne y Volcan Explor Action. Este año hasta la coyuntura política es beneficiosa para el proyecto Huayruro. El presidente Martín Vizcarra es moqueguano, es ingeniero interesado en vulcanología y cuando fue presidente regional apoyó las campañas para que la población tome conciencia de su vulnerabilidad por la presencia de volcanes en la zona. Mariño asegura que Vizcarra, durante su gestión como presidente regional, apoyó la campaña para la reubicación del poblado de Querate, cercano al Ubinas, un volcán que se encuentra en proceso de erupción desde el año 2003. Mariño insiste en que "si bien el proyecto Huayruro tiene como objetivo conocer la dinámica eruptiva, el impacto en la sociedad, infraestructura y medio ambiente de la erupción del volcán Huaynaputina, también es cierto que se puede convertir en un nuevo atractivo turístico para Moquegua". En estos días también está pendiente la construcción de la autopista que unirá Arequipa, Omate y Moquegua, y que permitirá el incremento de la actividad turística en la zona. "Un museo de sitio está dentro de los planes del proyecto Huayruro", explica Mariño. La Semana Santa en Omate ya es patrimonio cultural de la nación y con la nueva vía se puede integrar a los circuitos de Arequipa, Moquegua e Ilo. Tecnología geológica En sus largas caminatas por los alrededores del Huaynaputina, los científicos peruanos y franceses han hallado los restos de muros de piedra de varios poblados enterrados bajo dos o tres metros de ceniza y piedra pómez. Son desiertos de ceniza volcánica que se alzan sobre los cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar. Las lluvias de los últimos 400 años han creado cañoncillos y quebradas donde los científicos pueden estudiar con tranquilidad. Se han utilizado drones para inspeccionar la zona investigada, también sofisticados aparatos para medir el campo magnético y tomar "radiografías" de la tierra con equipos de prospección geofísica. "Lo mejor –recuerda Mariño– es la reacción de los pobladores de Omate y Quinistaquilla, quienes demostraron ser buenos anfitriones y ofrecieron toda su colaboración a las investigaciones científicas". Los vulcanólogos utilizan una escala de ocho grados para medir la magnitud de una erupción: el más célebre es el del volcán Vesubio (grado 5) que en el año 79 a.C. destruyó la ciudad romana de Pompeya. Una más reciente fue la del Mount St. Helena, en Estados Unidos, que en 1980 arrasó con miles de hectáreas de bosques y transformó el paisaje local (grado 4). Mientras que la del Huaynaputina es de grado 6, solo superada por la erupción del Monte Tambora, Sumbawa, Indonesia, en 1815. El 2018 se proyecta como un buen año para el proyecto Huayruro: se realizará el estudio de paleoclimatología, será desenterrado el poblado de Calicanto y se iniciará la construcción del museo de sitio, previa encuesta y capacitación de la población local. Mariño confía que el proyecto se consolide antes de llegar al 2021, año del Bicentenario, con excavaciones arqueológicas e investigaciones geológicas que servirán para reconstruir esa Pompeya peruana enterrada desde hace 400 años.