Cien años para celebrarCuatro renombrados investigadores revelan algunos de los tesoros escondidos de este mítico museo, que cumple 100 años el 28 de febrero. Un templo del conocimiento que se resiste al tiempo y la adversidad.,Los rostros del Museo de Historia Natural,Los rostros del Museo de Historia Natural,Los rostros del Museo de Historia Natural,Los rostros del Museo de Historia Natural,Más allá de las tristes costuras de un oso andino disecado, de los huesos empolvados de un cetáceo prehistórico o la maqueta de yeso de un pariente peruano del velociraptor, se alza la fortaleza del biólogo botánico Asunción Cano Echevarría: el 'Herbario San Marcos', uno de los tesoros más preciados del Museo de Historia Natural (MHN). Risueño como un ancashino que colecciona logros científicos, Cano revisa entre los más de quinientos mil pliegos que atesora este ambiente del MHN (donde no hay plantas vivas, sino muestras secas) y encuentra uno que enseña orgulloso, el Polylepis canoi, planta descubierta en el 2005 en Vilcabamba, Cusco. –El taxón canoi me fue dedicado por su descubridor. –¿Y hay más plantas que llevan su nombre? –Hay como diez. Pero los reconocimientos no terminan ahí. Gracias a su trayectoria y sus aportes a la ciencia, existen dos categorías taxonómicas (o taxones) que hacen referencia al apellido Cano. Además de la mencionada canoi, está la categoría caneses, utilizada en otras especies altoandinas. –El trabajo del profesor Asunción en el campo de la taxonomía (clasificación de especies) es reconocido internacionalmente– interviene Joel Calvo, joven científico español instalado en Lima desde hace una semana. –¿Es un nombre importante fuera del Perú? –Por supuesto. Es un referente para la comunidad científica internacional. Y el herbario también, es de los más diversos del mundo. Calvo no exagera. Además de los descubrimientos y clasificaciones de sus propios investigadores, el 'Herbario San Marcos' contiene una de las reliquias históricas más valiosas del país, y que el profesor Cano está ansioso por mostrarnos. Se trata de la colección de más de mil pliegos realizados por el italiano Antonio Raimondi, los primeros registros de clasificación de plantas realizados en el Perú, a mediados del siglo XIX. "A su valor científico hay que sumarle su valor histórico, porque Raimondi fue un pionero en este campo de la ciencia y tenemos documentos escritos con su puño y letra", señala Asunción Cano. Familia centífica Desde su creación por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), el 28 de febrero de 1918, el Museo de Historia Natural tuvo el objetivo de "colectar, investigar y exhibir organismos y muestras representativas del Patrimonio Natural del Perú y de la humanidad en lo referente a flora, fauna y gea, a fin de generar conocimiento científico e impartirlo a todo nivel". Dependiente del Rectorado de la UNMSM, sin embargo, por muchos años ha tenido fama de ser un museo olvidado, mal conservado y limitado a la exhibición de especies disecadas y maquetas. A días de celebrar su primer centenario, una de sus investigadoras principales, la doctora Rina Ramírez Mesías, quiere desterrar esa mala imagen. "Para mí el museo es principalmente una familia, un segundo hogar. En mi caso, desde antes de terminar la universidad, a mediados de los ochentas, me uní al equipo de investigadores del museo y, como ves, trabajamos con especies vivas. El museo es mucho más de lo que se exhibe al público", declara mientras nos muestra un caracol gigante, oriundo de la Amazonía. La doctora Ramírez es la jefa del departamento de Malacología, rama de la biología encargada del estudio de los moluscos. En su laboratorio, no sólo estudia las clases de moluscos con concha (caracoles), sino también su comportamiento y adaptación. "Me interesan los aspectos evolutivos y biogeográficos", señala. Anuncia que pronto registrará una nueva especie y no puede ocultar su emoción. "Este trabajo es muy gratificante, pero solo si tienes dedicación y vocación. Conozco colegas que prácticamente viven acá. Para nosotros, descubrir un nueva especie es un premio a ese sacrificio", concluye. Impacto social Otro investigador que está por registrar una especie nueva, es Teófilo Hernán Ortega Torres, jefe del Departamento de Ictiología. Experto en peces de agua dulce (ríos, lagos y lagunas), nos comenta que su departamento acaba de descubrir un tipo de bagre que habita en las aguas del río Chira, en Piura, y que recién será clasificado a mediados de este año. –¿Y a qué se debe que estas especies recién se estén descubriendo? –Es que lo confundían con otros nombres, hasta que alguien le prestó más atención y se dio cuenta de que era un pez distinto. Para Ortega, ese rigor científico, esa especialización y mirada acuciosa es fundamental en el campo de la clasificación de especies. Pero sus objetivos van mucho más allá de la teoría. Uno de los aspectos que más le gratifica de su trabajo, asegura, es el impacto que este genera en la sociedad y el medio ambiente. Mientras nos muestra una especie de carachama descubierta en el 2015, explica que su trabajo de campo consiste en realizar expediciones de un año a diversas partes del país. "Lo mejor de esto es que varios de nuestros trabajos han servido para crear parques nacionales", comenta orgulloso. Sierra del Divisior, Cordillera Azul y Yaguas, son tres parques nacionales creados recientemente gracias a la información generada por estas expediciones. "El registro de biodiversidad que realizamos, en conjunto con geólogos y otros especialistas, ha sido importante para que se creen estas áreas protegidas". En su laboratorio, uno de los más diversos del MHN, se tienen clasificadas más de 61 mil muestras de peces, generalmente de la amazonía y las zonas altoandinas. Algunas de las especies más llamativas de esta amplia colección, son las carachamas, pirañas, anguilas, peces aguja y mantarrayas, que se conservan en frascos con alcohol de 70 grados. Estar a la altura A pocos días de celebrarse el primer centenario del Museo de Historia Natural, su actual director, Víctor Pacheco Torres, va ultimando detalles junto a su equipo. Desde inicios de febrero, se vienen realizando conversatorios y actividades diversas tanto para el público en general como para la comunidad científica. "Llevo un año como director del museo y queremos estar a la altura de las circunstancias. No es el único, pero sí es el primero y más importante museo de historia natural del país, por las colecciones que tiene y los conocimientos que genera, además de los descubrimientos científicos que publicamos cada año", refiere. El doctor Pachecho, quien también es jefe del Departamento de Mastozología (estudio de mamíferos), admite que las exposiciones del museo (animales disecados y maquetas) no han recibido un mantenimiento óptimo, por ello vienen realizando mejoras y refacciones. "Los laboratorios para investigación cuentan actualmente con equipos adecuados, lo que toca ahora es mejorar otras áreas, pero estamos en ese proceso. Tengo más de treinta años trabajando en el museo y es un honor poder ser el director en su primer centenario", comenta mientras sostiene un vampiro. El MHN alista para este 24 de febrero una exposición de colecciones para el público en general, como la de Antonio Raimondi y otras reservadas habitualmente para investigadores. También una visita nocturna ('Museo de Noche') el próximo 10 de marzo. Todos estamos invitados a esta fiesta. Dependerá de nosotros que el museo pueda celebrar otros cien años más.