Aunque se habla de que podríamos postular para el Mundial Sub-20 del 2021, el daño a nuestra imagen ya está hecho.,Todo lo que empieza mal, termina mal. En marzo del año pasado, Gianni Infantino anunciaba que Perú fue elegido como sede del Mundial Sub-17 para este 2019. La iniciativa fue de Edwin Oviedo, en esa época presidente de la FPF, sin haber consultado con el Gobierno central. Se buscaron más los aplausos, mantener la popularidad y tratar de mantener lejos la investigación que tenía sobre ‘Los Wachiturros de Tumán’, que lo ha llevado a prisión preventiva. Organizar una copa del mundo es una inversión millonaria donde la FIFA solo da un monto simbólico. Después de varios meses y presionados con la posibilidad de perder la sede del mundial, el Estado lo declaró de interés nacional. Se creó una comisión organizadora y en enero se autorizó transferir 188 millones de soles para mejorar las sedes elegidas. Sin embargo, este trabajo todavía no empezaba y el máximo ente del fútbol se dio cuenta de que los plazos no daban -querían entregar los estadios faltando 5 días para empezar el torneo- y que había problemas en la organización, quitándonos la sede y dejándonos una vergüenza mundial por clara incapacidad. Incluso, el Sudamericano Sub-17 estuvo en riesgo, aunque por ahora se ha salvado y se jugará en un solo estadio (el de San Marcos), aunque esa fórmula suene extraña. Aunque se habla de que podríamos postular para el Mundial Sub-20 del 2021, el daño a nuestra imagen ya está hecho. Con Oviedo en la cárcel, una investigación de la Fiscalía determinó que hay un desbalance económico en la FPF de 4 millones y medio de dólares. Agustín Lozano asumió en un escenario caótico y las cosas siguen igual o peor. Incluso, no habría pasado el test de idoneidad, por lo que la FIFA podría tomar la decisión de intervenir la Federación en las próximas semanas instalando una comisión para terminar de cambiar los estatutos y que se realicen elecciones. Dentro de la Videna hay muchas quejas y descontento. Clasificar al mundial no era la solución para evolucionar sino reformas estructurales que todavía siguen sin hacerse.