¿Escort y prostitución es lo mismo? En Perú y otros países alrededor del mundo es usual relacionar ambos oficios con un encuentro sexual a cambio de dinero; sin embargo, es necesario aclarar que existe una diferencia entre estas actividades. A continuación, te explicamos más sobre el primero de estos, el oficio que va cobrando popularidad y no diferencia entre género ni nacionalidad.
Una persona dedicada a ser escort es aquella que brinda servicios de compañía a sus clientes a cambio de una remuneración. Entre los servicios más populares de un o una escort está el asistir junto con su cliente a una reunión, fiesta o algún evento social, sin la necesidad de que exista un vínculo sexual.
Ser escort es una actividad distinta a la prostitución. Foto: iStock
Además de que un escort puede o no brindar un encuentro sexual, a diferencia de una persona dedicada a la prostitución, contratar al primero de estos podría ser mucho más costoso debido a la cantidad de servicios variados que pueda ofrecer, según el acuerdo con cada cliente.
Por ejemplo, en Japón, el auge de personas que brindan el servicio de escort ha aumentado en los últimos años, sobre todo en el sector masculino, reportó el documental "The great happiness space: tale of an Osaka love thief". Cada vez son más mujeres las que contratan el costoso servicio de un acompañante para un evento.
PUEDES VER: 5 películas con escenas de sexo más recordadas y polémicas del Perú: ¿qué actrices aparecen?
Aunque definir un costo fijo de un escort es casi imposible, puesto que cada uno de estos maneja su propia tarifa, un informe de la BBC compartió la historia de Josh Brandon, un joven dedicado a brindar compañía a cambio de dinero. Lo máximo que el británico llegó a ganar fue un monto aproximado de US$50.000 en un mes al brindar sus servicios de acompañamiento a londinenses y extranjeros.
Un escort no es una persona que ejerce la prostitución. Foto: Pie de página
Todo dependerá del tipo de contrato entre el cliente y el scort, pues su principal trabajo es la compañía. No obstante, no se descarta el aspecto sexual, siempre y cuando ambas partes estén dispuestas y hayan llegado a un acuerdo en el que ambos se beneficien.