Este 2024 es un año particularmente especial para la poesía peruana. Hemos visto la publicación de la poesía completa o reunida de importantes poetas peruanos en actividad. En esta ocasión, recomendamos Trenos de Trinos (Revuelta), la poesía reunida (1983-2023), del escritor y traductor Renato Sandoval.
Sandoval es un poeta de amplia trayectoria, saludado como tal y reconocido igualmente como un gran maestro. Esta publicación, al menos para mí, tiene una peculiaridad: Trenos de Trinos reúne catorce poemarios (vemos Nostos (1996), Susuki Blues (2012) y Prooémiun mortis (2016), entre mis preferidos), de los cuales cinco son inéditos (Piloto de pruebas, Amagos, Miroando, Fuegos fatuos y Última presencia). Este número me parece exagerado, podría entender incluir hasta dos libros inéditos en una recopilación.
¿Qué pasó?
Pues prejuicio, aspecto muy habitual en el circuito literario limeño, que cuando le conviene, se deja llevar por lo políticamente correcto y en esa actitud manda al olvido a poetas cuya obra merece comentada. En el caso de Sandoval, el prejuicio está ligado a la controversia del Festival Internacional de Poesía de Lima (con cuatro ediciones, siendo la última en el 2017), que hizo de él un autor no estratégico para la dinámica editorial local. Claro, todos saben que es buen poeta, incluso por encima de algunos pintados, pero estaba ese tema del festival de poesía que hacía dudar al editor de poesía más entusiasta. No convenía publicarlo. Ese era el pensamiento.
Incluso quien escribe fue muy crítico, en su momento, con Sandoval. Y Sandoval llegó a responder mis críticas a cómo se había conducido el festival en mención. Pero una cosa es la persona y otra la obra. Al menos yo vea de esa manera la literatura. No mezclo las cosas, así se disfruta más de ese placer llamado lectura. Dicho esto, debo señalar que el tiempo se ha encargado de poner las cosas en orden, tanto a Sandoval como persona y a Sandoval como poeta. Por cierto, con Sandoval tengo una relación cordial.
Trenos de Trinos legitima la trayectoria de Sandoval. La publicación sirve también para someter a evaluación su poesía. Hay poemarios que ya no se encuentran y esta publicación permite tener una cartografía justa de Sandoval como poeta. Hasta antes de la controversia festivalera, Sandoval era muy requerido por su poesía y reconocido como maestro de poetas. Era el señor Miyagi para varios.
Habría que prestar atención a sus poemarios inéditos, como Última presencia, que, en lo personal, me gustó mucho. Un fragmento del poema “Visión”:
“No vi cuando se ahogaba la tierra en mi cuerpo/no vi la tarde de las pérdidas y desapariciones/no vi el encuentro de dos cuerpos en el matadero/ni vi la suficiente magnificencia de las amebas/no vi el estallido previsto de los eternos celentéreos…”.
Sandoval, estupendo poeta.