Antonio Machado, 80 años de exilio y ausencia

Homenaje. El poeta español, autor de Soledades, falleció hace ocho décadas. Aquí una mirada a los días finales en Collioure, el pueblo francés donde reposan sus restos mortales.,Antonio Machado, 80 años de exilio y ausencia,Antonio Machado, poeta que en estas comarcas siempre se cita –“caminante, no hay camino,/ se hace camino al andar…”– y seguro poco se lee, ha cumplido 80 años de ausencia. En España, además de haberse organizado una serie de homenajes y romería –su tumba se halla en el pueblo Collioure, Francia–, se ha difundido una carta inédita dirigida a su padre y la última fotografía que se le hizo poco días antes de morir. El poeta sevillano, autor de Campos de Castilla, es un emblema en la península, no solo por su poesía, en la que desgrana una visión de su paisaje, una asunción humanista, romántica con no poco simbolismo, sino también porque, para muchos, su autoexilio y muerte en Collioure representa la suerte de miles de españoles por la dictadura del franquismo. PUEDES VER: Alfredo Bryce Echenique cumple 80 años: cuatro títulos imperdibles del escritor [FOTOS] Una crónica en El País, de la que tomaremos algunos datos, narra el día que Antonio Machado llegó a Collioure, ubicado en el lado oriental de los Pirineos, el 28 de enero de 1939. Un mes después, el 22 de febrero, dejó de existir, mientras que su madre, que había llegado con él, también agonizaba. Además de su madre, arribó con su hermano José y el escritor Corpus Barga, de quien se cree que haya sido el autor de la citada fotografía del poeta. Machado llegó enfermo y cansado, de madrugada, buscaron un hotel. Apenas podía caminar, sufría del corazón y padecía de asma, más todavía si había sido un fumador compulsivo. Tenía 64 años de edad, pero el tiempo lo ha había vencido. Se sentía viejo porque pasar los 60, decía, “son muchos para un español” y en su caso, sus “vísceras” se habían “puesto de acuerdo para no cumplir su función”. El autor de Soledades se quedó hasta hoy en Collioure. Pero pudo irse y vivir una vida libre y mejor. Como siempre fue cercado por la ironía, dicen que horas antes de su deceso llegó una carta de la Universidad de Cambridge en la que se le ofrecía un trabajo, el puesto de lector. Su féretro, cubierto con la bandera de España, fue trasladado al cementerio por soldados españoles. Y quizás lo que grafica más su condición de exiliado es que sus restos hasta 1958 descansaban en un nicho prestado. Ese año, cuando la familia benefactora requirió el nicho, tuvieron que trasladarlo. El ayuntamiento de Collioure regaló un terreno y un amigo de la familia, Jacques Baills, quien los orientó hacia el hotel el día que llegaron, organizó una colecta. Entre otros, colaboraron los escritores André Malraux, Albert Camus y el chelista catalán Pau Casals. PUEDES VER: Alfredo Bryce Echenique confesó que una señora le ayuda a escribir [VIDEO] Casals , como estaba cerca de Collioure, como buen amigo, ofreció tocar en el segundo sepelio , pero la familia quiso una ceremonia privada de modo que el chelista tocó para el poeta en un cementerio vacío. Varias veces se ha intentado repatriar los restos de Machado. El 2014 fue el último intento, pero, además de la familia, hubo voces opositoras como la de Jacques Issorel, biógrafo del poeta, autor de Últimos días en Collioure, 1939. “Esta tumba” sostuvo Issorel, “no es solo la de un gran poeta, es el símbolo del éxodo de la España republicana”. Es decir, los 500 mil españoles que emigraron por culpa del franquismo. Sobre el último retrato, fuentes de EFE deslizan que se la hizo Corpus Barga el 27 o 28 de enero. Un retrato muy significativo en muchos sentidos. Para el irlandés Ian Gibson, biógrafo de Federico García Lorca, también de Machado con el libro Ligero de equipaje y Los últimos caminos de Antonio Machado, sostiene que esa foto “simboliza una tragedia, la de un país destrozado, roto”. Actualmente, la ciudad de Sevilla le rinde homenaje con una muestra documentaria en la que se presenta el primer documento escrito conocido del poeta, una carta fechada en el verano de 1892, dirigida a su padre. El vate tenía 17 años de edad. El vocativo de la misiva, “Querido papá”, sin duda en esta fecha actualiza el vínculo amoroso del poeta a su país.