Danielle Visana. Fotoperiodista estadounidense hizo registro de espacios marginales del Centro de Lima y ha publicado el libro A light inside.,Danielle Visana es fotógrafa estadounidense. Llegó al Perú y se sumergió en los espacios marginales del Centro de Lima: La Colmena, Jr. Zepita y calles aledañas. Lo hizo porque se propuso un proyecto fotográfico sobre las mujeres trans que viven y trabajan allí. Primero hizo incursiones para ganarse la confianza, y después, con la anuencia de ellas, hizo registros que ahora publica en el libro A ligth inside (Una luz adentro) (FotoEvidence). Danielle Visana ganó el 2015 ganó el Premio Inge Morath, de la Fundación Magnum. ¿Cómo se planteó el proyecto? He documentado temas LGTBI por muchos años, desde el 2012, de Texas, Argentina …Entonces, cuando me mudé aquí, en el 2013, para terminar mi carrera en español, fue como algo natural, quería enfocarme también en las mujeres trans de aquí. PUEDES VER Difunden paneles a favor del matrimonio igualitario en diversos distritos de Lima ¿Un viaje al inframundo? Sí, por la discriminación, la transfobia y la falta de oportunidades de educación y trabajo. Sí, muchas personas trans viven, digamos, en los márgenes de la sociedad, pero no porque quieren. Yo tenía que pasar mucho tiempo con ellas, generando confianza antes entre ellos. Después de eso, pasé como tres años documentando a una comunidad trans del Centro de Lima. ¿Qué acciones hizo para ganar ese espacio en la intimidad de ellos? Cuando recién empecé con el proyecto, no tomaba fotos. Pasaron tres meses, solo iba al centro, hablaba con las chicas en la calle. Es allí cuando conocí a una mujer que se llama Tamara. Hablamos, después de un día que la conocí, en la calle, ella estaba de comisión. Me acerqué para hablar con ella, me dio su número. Al día siguiente, nos juntamos para hablar y le pregunté si podía ir a su casa algún día, y me dijo que sí. Allí empezó todo. Iba al centro también para conocer su entorno, su trabajo, pero a la vez conocí a Tamara, así entré poco a poco a conocer a muchas mujeres de la comunidad. ¿Ellas llegaron a conocer el proyecto? Claro. Todas sabían que soy fotoperiodista y estaba trabajando en un documental sobre los derechos humanos, la discriminación, y todos los retos que enfrentan las mujeres trans, por la transfobia y la cultura machista y conservadora de acá. PUEDES VER Difunden paneles a favor del matrimonio igualitario en diversos distritos de Lima Viven la marginalidad. ¿Les alcanza la felicidad? Claro. Sí, hay mucha felicidad. Yo quería enfocar eso también, porque el problema con los medios es que generan estereotipos negativos de ellas. Entonces, quería enfocar su vida diaria para mostrar que son amadas, aman, se divierten y pasan tiempo con sus familiares, sus parejas, con ellas mismas, para mostrar que son como cualquier otra persona. ¿Por qué juzgarlas y negarles sus derechos humanos? Algunas fotografías muestras su autoestima. Como cualquier persona, tienen tiempos difíciles y buenos. Por todo lo que enfrentan, como falta de acceso a salud, educación y rechazo de la familia, muchas tienen esa “pelea” con su autoestima. Entonces, en realidad, va y viene. No es fácil. La mayoría de mujeres trans en Latinoamérica mueren antes de los 35 años. Latinoamérica tiene el 85% de los homicidios de personas trans en todo el mundo. Vivir en Latinoamérica como una mujer trans no es fácil. Eso significa tener problemas con la salud psicológica y emocional. Exponerse a una sociedad que no las acepta. Sufren mucho. Ellas tienen derecho a la felicidad. ¿Se convierten en elementos de violencia también? Por la falta de acceso al trabajo, muchas no tienen otra opción que trabajar en la calle, solo como trabajadoras sexuales. Muchas han buscado trabajo, han estudiado en la universidad, tienen títulos, son profesionales, pero por ser trans no les dan trabajo. Entonces, hay esa red de trabajo sexual y viven de eso. Ser parte de ese mundo implica exponerse a mucha violencia, de policías, clientes, parejas. Están expuestas a muchas formas de violencia.