Blue Jeans: “Es muy difícil que con 'El Quijote' un joven se aficione a leer”

El escritor español Francisco de Paula Fernández conversó con La República sobre cómo su obra toca problemáticas que se viven en la adolescencia y también cómo fomentar la lectura en los jóvenes.,Francisco de Paula Fernández habla sin tapujos. Lleva puesta su clásica gorra azul con el bordeado ‘Blue Jeans’ –seudónimo del escritor español-, pero no oculta su semblante. Predica la transparencia y ello lo ha trasladado a sus libros, en los cuales toca problemáticas como el bullying, la drogadicción o el acoso. Los corazones en las tapas de sus obras son solo una distracción: no busca matizar la serie de problemas que hay en la adolescencia y que muchas veces son descuidados. El autor estuvo en Lima como uno de los invitados de la actual edición de la Feria Ricardo Palma y LaRepublica.pe pudo hablar con él sobre su obra, los problemas que se viven durante la adolescencia y cómo fomentar el hábito de la lectura en los jóvenes. PUEDES VER Escritores internacionales que participan en la Feria Ricardo Palma [FOTOS] Tu vorágine inicia gracias a las redes sociales. Estoy muy agradecido a las redes sociales. Al principio no se utilizaban para lo que yo lo usaba (contar novelas), pero vi esa posibilidad. Un simple fotolog podía servir para que la gente me lea, podía juzgar si yo valía o no para escribir. Le estoy muy agradecido a las redes sociales porque ahí nazco literariamente. Hoy en día es una herramienta muy importante porque puedo estar al lado del lector, para que así sientan que soy una persona corriente. Eres un autor que interactúa mucho con los lectores en redes. ¿Qué tanto consideras sus opiniones en el proceso creativo? Yo leo todo lo que me escriben. En estos diez años no hay ni un solo comentario que se haya quedado sin leer en cualquier red social. Cuando hablan del libro o de personajes, lo tengo en cuenta. ¿Cómo no hacerlo si es la opinión de la gente para la que escribo? Cuando hay una opinión generalizada, por ejemplo, si les gusta mucho un personaje y yo planteaba que ya no saliera, me lo replanteo. ¿Por qué vas a ser tan egocéntrico de una historia que estás creando para otra gente si solo haces lo que tú quieres? Te consideras un escritor muy disciplinado. ¿Cómo encontrar un equilibrio entre la escritura y el monitoreo de redes sociales? Bueno, durmiendo poco (risas). Le dedico muchas horas a estar delante de la computadora. Inclusive, cuando duermo, la cama está girada y a mi novia la he obligado a dormir al revés porque en el lado donde se suelen poner los pies tenemos puesto una mesa, en la cual está la computadora. Mi vida es esto ahora. 365 días y 24 horas al día dedicado a los libros, a los lectores, a las redes sociales. Has comentado un poco de tu intimidad con tu novia… Relativamente (risas)… Bueno, ¿qué tanto la escuchas antes de crear una idea? La escucho sobre todo después. Ella a veces es dura, sincera y si algo no lo ve claro me lo dice sin ningún problema. Hemos tenido discusiones de ese tipo, light. Esther está a mi lado y nos conocemos tanto que ya sabe por qué he hecho un personaje. Somos un equipo. Nunca me ha preocupado que me diga algo diferente. Por ejemplo, los títulos de los libros, la mitad se le han ocurrido a ella y la mitad a mí. En una entrevista comentaste que terminar la trilogía de ‘El club de los incomprendidos’ te generó un alivio. ¿Qué sentiste al finalizar la entrega de ‘Algo tan sencillo’? Cada vez que acabo un libro es un alivio porque es mucho trabajo y cuando comienzas siempre piensas ‘¿y si esta vez no acabo?’. ‘El club de los incomprendidos’ fue difícil de escribir, tuve mucha tensión y presión. Físicamente no me encontraba bien. Sin embargo, a partir de algo tan sencillo desde el primer libro he conseguido plantear las cosas de otra manera. Me esfuerzo más, pero todo está mejor distribuido. Me he divertido más redactando, estoy deseando irme a escribir. Fluye todo tan bien, pero no es tan presionante como era antes. Es verdad, soy muy disciplinado. Me he convertido en un profesional de la escritura. Te encasillan en el género romántico juvenil, pero hablas también de temas crudos. La etiqueta la tengo, inclusive mi propia editorial me vende como el autor de novelas juvenil romántica más leído en España (risas). Es verdad, a mí la etiqueta no me termina de convencer mucho. Hay amor y desamor en mis libros, pero cada vez el porcentaje es menos. No lo considero el eje de mis novelas, trato muchos temas: bullying, drogas, sexualidad, relaciones familiares, entre otras. Escribo de tantas cosas que decir que es un libro de amor es acortarlo demasiado. En ese sentido, es una responsabilidad escribir para un público tan voluble como es el adolescente. Claro, es una responsabilidad y la he asumido. Al principio yo decía que escribía solo para entretener y ahí acababa. Evidentemente con el paso del tiempo he ido madurando. Sé que estoy hablando de temas complicados, lo hago a propósito. Es una responsabilidad porque hay gente muy joven que me lee. ¿Algunos lectores te han contado sus problemas? Hay gente que me escribe y me dice que está pasando por lo mismo que el personaje. Yo puedo ayudar al lector a que me cuente lo que lleva adentro, pero la ayuda debe venir de otro lado. El libro te puede aliviar una semana, pero tienes que buscar ayuda en casa o contárselo a un profesor. No lo guarden porque son temas muy complicados. Sobre tu obra, comenzaste con un libro homenaje a Agatha Christie, con un corte diferente al juvenil. ¿Piensas volver a ese género? No descarto nada. La verdad es que no puedo decir mucho porque todavía la editorial no me deja hablar nada, pero acabo de terminar una novela antes de venir a Latinoamerica. Ese es el siguiente paso importante, va a ser un poco diferente a lo que he venido haciendo hasta ahora. Es algo muy importante para mi futuro y si el lector lo acepta, me voy a pasar unos años muy divertidos. Si no, buscaré otras cosas (risas) Hay que buscar otras puertas. Tu relación es fuerte con Perú. Inclusive uno de tus libros tiene un personaje de procedencia peruana. Eso es un homenaje a Perú. Siempre me ha tratado fenomenal. Es como un segundo hogar para mí, por lo bien que me trata el lector peruano. Entonces me apetecía meter a una peruana en el libro, a parte hablamos de comida peruana. Yo sabía que eso le iba a hacer ilusión a los chicos de aquí y eso me lo han dicho. ¿Al público joven le es complicado acostumbrarse a leer? Los jóvenes leen, pero leen lo que quieren. Es decir, para aficionar a un chico a leer estos tienen que encontrar su libro, encontrar a su autor, su experiencia. Es complicado que un joven se aficione a leer con libros de hace cuatro siglos. Está bien que lo conozcan y estudien, pero es muy difícil que leyendo ‘El Quijote’ se aficionen a leer. Luego sí, cuando tienes una edad más avanzada sí vas a entender el libro y te va a encantar. Pero, evidentemente, con 14 años es imposible que un chico se aficione. Nosotros somos creadores de lectores, pero es difícil hacer lectores con libros que ellos no entienden, no comprenden y encima les obligan a leer.