Un estudio publicado este 26 de enero en la revista Nature informa que se ha detectado en nuestra galaxia, la Vía Láctea, una fuente de energía que no se parece a nada que hayan visto antes. Este objeto cósmico libera una explosión de radiación tres veces cada hora.
Tyrone O’Doherty, estudiante de doctorado en la Universidad de Curtin (Australia), hizo la detección cuando examinaba el universo en ondas de radio a través del telescopio Murchison Widefield Array (MWA).
O’Doherty y sus colegas estiman que se trata de un objeto giratorio con un campo magnético extremadamente potente, ya que cada 20 minutos envía un haz de radiación durante 60 segundos, periodo en que se convierte en una de las fuentes de energía más brillantes del cielo.
“Este objeto aparecía y desaparecía durante unas pocas horas durante nuestras observaciones”, dijo Natasha Hurley-Walker, astrofísica del Centro Internacional para la Investigación de Radioastronomía (ICRAR) y autora principal del estudio.
“Eso fue completamente inesperado. También fue un poco espeluznante para un astrónomo porque no hay nada conocido en el cielo que haga eso. Y está bastante cerca de nosotros, a unos 4.000 años luz de distancia. Está en nuestro patio trasero galáctico”, añadió.
Desde hace décadas, los astrónomos saben de la existencia de objetos que se ‘encienden’ y ‘apagan’. Los llaman transitorios y han sido clasificados en dos tipos: lentos y rápidos.
Los transitorios lentos pueden aparecer en el transcurso de unos días y permanecer activos durante unos meses antes de desaparecer. El mejor ejemplo son las supernovas, explosiones que ponen fin a la vida de las estrellas masivas.
Los transitorios rápidos emiten ráfagas de energía en periodos de milisegundos o segundos, como las estrellas de neutrones llamadas púlsares, remanentes de estrellas que perdieron sus capas externas cuando explotaron y terminaron como cuerpos que giran velozmente.
En suma, “al estudiar los transitorios, estás observando la muerte de una estrella masiva o la actividad de los restos que deja”, explica la astrofísica y coautora Gemma Anderson.
Sin embargo, el objeto recién detectado se encendió durante un minuto completo, lo cual no encaja con ningún tipo de transitorio conocido. Además, según Anderson, era increíblemente brillante a pesar de ser más pequeño que el Sol.
Según el documento publicado, el objeto emite ondas de radio altamente polarizadas (las ráfagas de luz solo vibran en un solo plano), lo que sugiere que su campo magnético es increíblemente poderoso.
Los autores indican que las observaciones coinciden con un objeto predicho por los astrofísicos llamado magnetar de periodo ultra largo.
“Es un tipo de estrella de neutrones que gira lentamente y cuya existencia se ha predicho teóricamente”, sugiere Hurley-Walker en un comunicado.
“Pero nadie esperaba detectar directamente uno como este porque no esperábamos que fueran tan brillantes. De alguna manera, está convirtiendo la energía magnética en ondas de radio de manera mucho más efectiva que cualquier cosa que hayamos visto antes”, sostuvo.
Hurley-Walker está vigilando la ubicación del objeto a la espera de que vuelva a comenzar su extraño periodo de actividad. No obstante, a diferencia de la primera vez que se detectó, ahora los diversos telescopios del hemisferio sur e incluso en el espacio están listos para apuntar hacia allí y revelar sus secretos.