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Agencias

La "relación especial" de Reino Unido y EEUU ante la prueba del regreso de Trump


El primer ministro británico, Keir Starmer, fue uno de los primeros dirigentes extranjeros en felicitar a Donald Trump, pero el regreso del republicano a la Casa Blanca inquieta a Reino Unido, que mantiene una histórica "relación especial" con Estados Unidos.

Los planes proteccionistas de Donald Trump, el conflicto de Ucrania o las declaraciones poco halagadoras hechas en el pasado contra el expresidente estadounidense por algunos ministros laboristas británicos podrían crear fricción entre ambos aliados.

"Sé que la relación especial entre Estados Unidos y Reino Unido seguirá prosperando", aseguró Keir Starmer el miércoles, poco después del discurso de victoria de Trump.

El dirigente laborista declaró a los periodistas desde una cumbre europea en Budapest este jueves que el intercambio fue "muy positivo, muy constructivo".

Pero para Bronwen Maddox, directora ejecutiva de la organización no gubernamental británica Chatham House, va a ser una "relación complicada".

Basándose en su lema "Estados Unidos primero", el presidente norteamericano "no hará ninguna concesión en materia comercial y probablemente habrá diferencias de opinión sobre Ucrania, sobre cómo reforzar la seguridad de Europa y tal vez sobre Oriente Medio", explica Maddox.

En lo que respecta a Ucrania, Reino Unido es un aliado de Kiev y le ha proporcionado una importante ayuda militar y financiera.

Por el contrario, Trump criticó la magnitud de la ayuda estadounidense concedida a Kiev y prometió imponer la paz en Ucrania "en 24 horas".

No hay duda de que el gobierno británico está "preocupado", considera Richard Whitman, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Kent.

"La mayoría de los grandes parámetros de la política exterior británica se definen en función de las principales preocupaciones estadounidenses", explica.

- "Período difícil" -

Si el gobierno laborista ha hecho del fortalecimiento del crecimiento económico una de sus prioridades, el programa proteccionista de Trump, que ha prometido aranceles aduaneros de hasta el 20% sobre todas las importaciones (y el 60% para los productos chinos), podría alterar sus planes.

El Reino Unido, que tiene en Estados Unidos a su mayor socio comercial, también corre el riesgo de encontrarse en medio de una guerra en este tema entre Trump y la Unión Europea.

La ministra británica de Finanzas, Rachel Reeves, recordó el miércoles que las relaciones económicas entre ambos países son "cruciales".

La proximidad histórica de los laboristas británicos con el Partido Demócrata estadounidense también podría afectar a las relaciones bilaterales.

Donald Trump acusó al Partido Laborista de injerencia en la campaña en beneficio de la demócrata Kamala Harris después de que algunos de sus miembros participaran en la campaña de la candidata. Unas acusaciones minimizadas por Keir Starmer.

El portavoz del primer ministro laborista dijo el miércoles que Starmer espera trabajar "estrechamente" con el presidente estadounidense electo.

El vocero también confirmó la confianza del jefe de gobierno en su ministro de Relaciones Exteriores, David Lammy, que en el pasado calificó a Trump de "sociópata que simpatiza con los neonazis" y de "tirano con peluca".

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