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Te regalo mis derechos, por Maritza Espinoza

“Pero una democracia puede dejar de ser democracia cuando menos se espera. Basta un proyecto autoritario exitoso…”.

La democracia puede defenderse de los ataques de las dictaduras, de los autoritarismos, de los extremismos y cualquier riesgo externo. Aún acorralada por los regímenes totalitarios más sombríos —piénsese en Corea del Norte o Irán—, siempre hay una célula viva compuesta por gente que lucha por salvar lo que quede de libertades y derechos. Disidencias ínfimas que se arriesgan incluso a perder la vida antes que la esperanza. Tal vez no para ellos, pero para el futuro.

Sin embargo, hay algo de lo que es difícil salvar a las democracias, y es cuando la gente, aquella que debería ser la que aspire a sus dones (libertades, derechos, oportunidades, prosperidad), pierde la fe en ella.

Y algo de eso, aunque suene terrible, se desprende de la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP): ante la pregunta de si están dispuestos a apoyar a un líder que acabe con la delincuencia, aunque no respete derechos, seis de cada diez peruanos abdicarían de sus privilegios ciudadanos a cambio de un poco de “seguridad”.

Es verdad que este desdén nace de varios factores. Uno, que mañana, tarde y noche, los medios de comunicación atizan el miedo difundiendo, sin contexto, análisis o ponderación, sucesos delictivos con exclusión de casi cualquier otro tema. Dos, que, desde la política, se señala un supuesto enemigo (los caviares) que empeoraría la situación porque “defiende los derechos de los delincuentes”. Y, tres, se ofrece la salida fácil: mano dura, genérico que va desde pena de muerte, cadena perpetua, violación de derechos o cualquier medida que parezca ofrecer la aniquilación del problema.

Puede que nuestra democracia aún no requiera extremaunción. El rechazo total al Congreso dictatorial que pretende apropiarse del poder absoluto (90%) así lo demuestra.

Pero una democracia puede dejar de ser democracia cuando menos se espera. Basta un proyecto autoritario exitoso. Y la mirada indiferente de la propia ciudadanía.

Maritza Espinoza

Choque y fuga

Periodista por la UNMSM. Se inició en 1979 como reportera, luego editora de revistas, entrevistadora y columnista. En tv, conductora de reality show y, en radio, un programa de comentarios sobre tv. Ha publicado libro de autoayuda para parejas, y otro, para adolescentes. Videocolumna política y coconduce entrevistas (Entrometidas) en LaMula.pe.