Día del Trabajo: mensajes y frases para dedicar hoy

Gobierno y Congreso en hibernación

La recomendación por el adelanto que viene del norte.

Cuando el Gobierno y el Congreso sienten, cada uno a su estilo, satisfacción por el ‘faenón’ de fingir un adelanto electoral que ‘no se pudo concretar’, es oportuno el ‘recordaris’ que llega de Estados Unidos sobre la conveniencia de un acuerdo entre ambos para salvar esta frágil democracia.

“Esperamos que la presidente Boluarte y el Congreso puedan llegar a un acuerdo para avanzar las elecciones y que los peruanos puedan confiar en la democracia”, señaló anteayer Brian Nichols, quien no solo lidera la diplomacia americana en el continente como subsecretario de estado para América Latina, sino que conoce bien la flora y fauna política local pues fue embajador en Lima entre 2014 y 2017.

Su llamado es consistente con el adelanto electoral que desea casi el 90% de los peruanos —69% quiere elecciones generales en 2023 y 19% en 2004 (IEP)—, pero discrepante con el binomio de la continuidad: el Gobierno que ya dejó de simular que desea el adelanto electoral, y el Congreso que es claro que nunca lo quiso.

Por ello, el mayor rechazo a la declaración de Nichols vino del Congreso, en una gran coincidencia desde la izquierda hasta la derecha, por la defensa de la ‘soberanía nacional’ frente a una supuesta ‘intromisión extranjera’ y, nada menos, que del ‘imperio yanqui’.

Esa paparruchada proviene de la defensa de su propia billetera y de la pretensión de quedarse hasta el 2026, así como de sectores políticos alineados con Pedro Castillo, al punto que llegan a comparar lo dicho por Nichols con la intromisión abierta, prepotente y matonesca de los presidentes Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador.

Mientras ‘Petroperú’ y AMLO toman partido por su pelele Castillo, defendiendo a un golpista y la corrupción, Nichols invoca a un acuerdo político entre el Congreso y el Gobierno para salvar la democracia, lo que implica una gran diferencia que solo puede ser invisible ante el castillismo más afiebrado.

El enfriamiento previsible de la protesta ha hecho creer al Gobierno y al Congreso que lo peor ya pasó y que el país estará en modo hibernación que les permitirá llegar a 2026, sin ver que esta calma chicha es un equilibrio precario que encontrará, por el motivo menos predecible, un gran iceberg.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.