Proceso. El escenario electoral muestra a poco más de 30 días de las elecciones tres bloques: un tercio fujimorista, otro tercio que prefiere guerrear entre sí y un tercio que no confía en los dos anteriores y que espera mensajes.,La reciente encuesta de GfK revela que a poco más de 30 días de las elecciones se ha (re) creado un escenario de tres bloques con similar dimensión: un tercio a favor de Keiko Fujimori, otro con los que esperan enfrentársele en una posible segunda vuelta; y el tercero, de electores indecisos o resistentes al voto. PUEDES VER: ¿Cómo se mueve la encuesta GfK sin Julio Guzmán ni César Acuña? Foto y película. K. Fujimori, J. Guzmán, A. Barnechea y V. Mendoza suben; PPK, A. García y C. Acuña bajan. El escenario que estaba llamado a ser una foto del momento ha terminado como una película en cámara lenta luego de la exclusión de dos de los candidatos, aunque sirve de mucho para recordar dónde estaba cada uno de los actores. La subida de Guzmán en cinco semanas desde la última medición de GfK es de 6 puntos. Gana espacio en los sectores C y D/E, en las grandes ciudades, en el Perú rural y en todos los grupos de edad. En el centro y sur roza el 25%, recogiendo la expectativa fragmentada e impaciente de estos territorios que respaldaron en su momento a Toledo y Humala. Guzmán se alimentaba de candidatos que perdían votos, especialmente de PPK y Acuña; él ya era un pequeño buitre. Su crecimiento no fue espectacular si se toma en cuenta que durante un mes apareció como la víctima de las malvadas y rechazadas élites. Parece que antes de la resolución del JEE de Lima estuvo llegando a su techo, erosionado a su vez por Barnechea y Mendoza debido a sus contradicciones en temas cruciales de la campaña. Y es que PPK tampoco bajaba tanto y tan rápidamente. Diario La República Suben y bajan. Las subidas de Barnechea y Mendoza son muy significativas. El candidato de Acción Popular, casi como Guzmán, subió un punto cada semana y la candidata del Frente Amplio duplicó su intención de voto. Las caídas de PPK y García también lo son. El primero porque no hizo nada para evitarlo y el segundo porque hizo todo lo posible para lograrlo. A PPK le ha pasado la factura la inercia y a García el pleito. Este escenario es ideal para la candidata de Fuerza Popular, cuya intención crece en todos los sectores sociales y en el Perú rural, aunque baja en el sur. La salida de Guzmán deja al tablero sin retador de Fujimori y abre una batalla entre cuatro candidatos (PPK, Barnechea, García y Mendoza) que parecen entender que tienen varios enemigos, el tiempo y los otros tres, y no necesariamente a quien lidera las encuestas. Los nuevos tercios. El país que antes se dividía en tres tercios –derecha, centro e izquierda– parece dividirse ahora en un tercio fujimorista, otro tercio que prefiere guerrear entre sí y un tercio que no confía en los dos anteriores y que espera mensajes. Con ese marco, a la espera de la decisión del JNE, se inicia una nueva campaña, corta, dura e inédita. La medición del trasvase de votos por la salida de Julio Guzmán y César Acuña no coincide con las apuestas. Por ahora. La mitad de sus votos se han quedado suspendidos en el aire, en el rubro viciado, blanco y nulo que, contra la tendencia tradicional de que bajan conforme se acercan las elecciones, trepa para volver a ser como hace meses el 30%, y en el sur rozar el 40%. Nueva campaña. En esta nueva campaña los apoyos constan pero no son muy sólidos. La mitad de electores declara que puede cambiar su voto y dos tercios reclaman un candidato nuevo. Iniciada esta campaña, si se confirma la exclusión de Guzmán y Acuña, la pugna se traslada a lo que dejan, el centro y sur del país, los jóvenes y el sector C. Pero eso no basta; quien aspira a ser el retador de Fujimori deberá empeñarse en todo y tratar de hacer en un mes lo que Guzmán logró en dos. Este desafío es complejo. Obligaría, por ejemplo, a que los candidatos salgan de las ofertas conocidas y un poco gastadas, como el sueldo mínimo o el nuevo balón de gas barato, y trasladen ofertas convincentes al centro y sur y a los jóvenes, en los que Fujimori le lleva ventaja a Guzmán (30% a 25%). En este juego de agregar deberían tener un papel destacado los ciudadanos. La alternativa para desarmar los tres tercios parece ser solo una: adelantar la segunda vuelta empoderando a un retador (a) con un discurso antifujimorista en lugar de los discursos consabidos contra los cuatro que quedan en liza, “PPK es viejo”, “Barnechea no es nuevo” “Verónika es roja” o “Alan ya fue”. ¿Se podrá construir un potente antifujimorismo en 30 días?