Retrato de los ausentes

Perder a un ser querido es una tragedia. Perderlo y no saber qué le sucedió ni poder darle sepultura debe de ser un dolor mucho mayor. Pero perderlo, saberlo desaparecido, y no tener siquiera una imagen con la que recordarlo, probablemente sea la mayor de las desgracias.

Esta es la realidad de muchas familias de los desaparecidos durante el conflicto armado interno. Padres, madres, abuelos, hermanos e hijos cuyos seres queridos les fueron arrebatados brutalmente por el terrorismo o las fuerzas del orden. Y que hoy, para pensar en sus rostros, se ayudan solo de la memoria.

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Retratos de memoria es un proyecto audiovisual, conducido por el historietista Jesús Cossío, el fotoperiodista Alejandro Olazo y la productora Illari Orccotoma, que elabora retratos simbólicos de los desaparecidos a partir de fotografías y recuerdos de sus familiares, ayudando a los deudos a sobrellevar el duelo por esos hombres y mujeres ausentes.

–Son retratos que funcionan, sobre todo, a un nivel simbólico –dice Orccotoma–. Tienen una función de reparación.

–De algún modo, se trata de colaborar con el proceso de duelo de los afectados por la violencia política, que es tan complejo en el Perú, más en los últimos años, en los que hemos visto cómo el negacionismo y el terruqueo han ganado cierto impulso –dice Cossío, por su parte.

Dibujos para acompañar el duelo

La idea surgió hace unos siete años, después de que algunas funcionarias de la CMAN, el organismo estatal que dirige el proceso de reconciliación post conflicto, se dieron cuenta de que muchas familias que habían perdido a sus padres, hijos o hermanos debido a la violencia política no tenían fotografías que las acompañaran en los momentos de restitución y entierro de los restos de sus seres queridos.

Las funcionarias le preguntaron a Cossío –quien, por entonces, dictaba un taller de historieta a jóvenes de familias afectadas por la guerra– si podría hacer algunos retratos a lápiz.

El dibujante sumó al proyecto a Alejandro Olazo, fotógrafo vinculado a temas de derechos humanos, y juntos se pusieron manos a la obra.

Los primeros retratos fueron para los deudos de Accomarca, esa comunidad de Ayacucho en la que Sendero Luminoso asesinó a 69 personas, entre ellas a 20 niños. Cossío y Olazo entregaron los dibujos en febrero de 2017, durante la inauguración del Santuario Ecológico de Llocllapampa, en memoria de las víctimas de la matanza. Al año siguiente, en agosto, entregaron más dibujos en una ceremonia de homenaje realizada en el Lugar de la Memoria.

Illari Orccotoma, quien se sumó al proyecto poco después, dice que tras entregar los retratos de los desaparecidos de Accomarca, se dieron cuenta de lo importante que resultaba para estas familias contar con este tipo de imágenes, por lo que se propusieron darle continuidad.

Gracias a fondos del Ministerio de Cultura y de la Bertha Foundation, y al apoyo de la Dirección de Búsqueda de Personas Desaparecidas, han podido abarcar otros casos de violaciones a los DDHH, en Ayacucho y en Junín, como las masacres cometidas en Oronccoy y en Satipo.

Usualmente, Cossío, Orccotoma y Olazo acompañan a los funcionarios en procesos de exhumación o de restitución de restos. En ese momento, conversan con las familias, preguntan por los rasgos de sus desaparecidos, les toman fotografías a los parientes más cercanos y a partir de esa información elaboran los retratos.

A la fecha, cuentan con casi medio centenar de imágenes. Parte de ellas será exhibida a partir del jueves 9 en el LUM, en la muestra Retratos de memoria, en la que también incluirán fotografías y testimonios que ilustran cómo se ha desarrollado el proyecto. La exposición ha sido realizada en coordinación entre el LUM y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).